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PANEL GRACE "MATRIMONIOS VENCEDORES": TRES PASOS PÀRA REEDIFICAR
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De: simplementeGrace  (Mensaje original) Enviado: 13/01/2010 04:45

 

TRES PASOS PARA REEDIFICAR

Para reedificar tu casa e ir delante de Dios a recibir provisión que sobreabunde, debes seguir tres pasos, pero antes, comprende que sobreabundancia no significa tener una cuenta bancaria de ocho dígitos o un límite de crédito más amplio, sino que se refiere a manejar adecuadamente lo que tienes

El primer paso para reedificar es creer que Dios te habla de forma individual. La fe es la llave que te conduce a una buena relación con tu Padre. La Biblia dice que el que creyere y fuere bautizado será salvo. Convéncete, la fe te da la salvación y va más allá. 

Marcos 9:23 nos recuerda: Jesús le dijo: "Si puedes creer, al que cree todo le es posible". 

La Palabra dice que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. Cree en lo que tienes para poder multiplicarlo. Conoce tus talentos y posibilidades para multiplicarlos. Piensa en todo lo que tienes y verás que es más de lo que imaginabas. Sólo tienes que descubrir lo que te pertenece para hacerlo crecer. Quien no se cree templo del Espíritu Santo difícilmente podrá reedificarse delante de Su presencia. Quien duda que el Espíritu Santo habita en su interior, no podrá ir delante de Dios y pedirle que lo reedifique. 

Quien se cree pecador o se menosprecia, o el que se cree demasiado para pedirle al Espíritu Santo que camine con él, no podrá reedificar su casa. Eres lo que crees, así que piensa bien sobre ti para lograr cosas grandes en el Señor. 

El segundo paso es invertir. La Biblia lo llama sembrar. Ninguna casa, templo o edificio se reedifica sin una inversión y para hacerla debemos tener capital, con las bolsas vacías es imposible. Quien da es más bienaventurado que quien recibe, porque dar es sinónimo de tener recursos para compartir. 

Debemos invertir en nosotros en tres aspectos. Invierte físicamente en tu bienestar e intelecto. Compra buenos libros, disfruta de buenas películas, adquiere sabiduría. Cuida tu cuerpo para vivir mucho tiempo y aprovecharlo adorando a Dios y compartiendo con tu familia. Aliméntate sanamente y ejercítate para sentirte bien y estar a gusto con tu imagen. 

Invierte en tu alma. Encuentra contentamiento con lo que tiene y con lo que no tiene. La Biblia dice que el gozo del Señor es nuestra fortaleza y eso sí lo podemos tener. 

También debes invertir en tu espíritu. En la Iglesia puedes recibir mucho pero hay alimento que solamente encuentras en tu relación directa con Dios. Como en la parábola de las diez vírgenes. Cinco tenían suficiente aceite y cinco no. Las sensatas aconsejaron a las necias que fueran a comprar más. El aceite es la unción que debes buscar y encontrar, tanto en la Iglesia como en el “monte alto” que se encuentra en la soledad de tu habitación y que te servirá para encender la lámpara que iluminará tu vida. Tu inversión espiritual requiere de mucha oración en intimidad. 

El tercer paso para reedificar es obedecer. Después de creer e invertir, ve con el experto para recibir instrucciones y obedécelas. Recuerde que inteligencia e integridad no es lo mismo que la obediencia. Mantenerte alejado de la tentación del pecado es inteligencia e integridad. Cuidarte de no hacer negocios ilícitos o consumir alcohol y drogas es cuidarte y ser sensato. Obediencia a Dios es dar tu diezmo aunque tenga un presupuesto limitado o ser como Abraham que estuvo dispuesto a sacrificar lo que más amaba por amor a Dios. Obedecer es detener aquel proyecto en el que estás trabajando porque Dios te dice que no conviene, o al contrario, arriesgarte a emprender aquello que Dios te motiva a hacer aunque humanamente parezca imposible lograr. 

Cuando obedecemos se reedifica nuestra casa. Hageo nos instruye para recibir bendición. Nos dice que subamos al monte, o sea que creamos; luego dice que traigamos madera, esto se traduce en el mandato de invertir y finalmente pide que reconstruyamos la casa, lo que significa que obedezcamos. Si cumplimos con este proceso, Dios promete que nos verá con agrado y manifestará Su gloria. 

Las instrucciones son claras. Es evidente que el Señor desea manifestarse con poder y gloria en tu vida. Así que empieza a caminar en obediencia, viendo únicamente hacia Dios. De esa forma evitarás que tu provisión caiga en saco roto y serás testigo de la sobreabundancia que podrás compartir con otros. Créele a Dios y entrégale tu vida, reconcíliate con Él y decláralo como tu único Señor y proveedor.

Graciela

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