En las Escrituras leemos respecto a una joven niña que había muerto; su padre, Jairo, había corrido apresuradamente a buscar a Jesús rogando que viniera a la casa a sanar a su hija moribunda. Jairo y Jesús intercambiaron unas palabras, y Jairo comenzó a tener fe que Jesús realmente podía sanar a su hija.

En ese instante en que la fe brotaba en su corazón un mensajero llegó desde su casa y trajo la noticia fatal, la criatura ya había muerto, por lo tanto dijo: No molestes más al Maestro. Jesús se dio vuelta y con firmeza le dijo a Jairo: "No temas, cree solamente".
En otras palabras, Jesús le estaba diciendo: "No te preocupes, los problemas son precisamente el negocio de Dios". Cuando ambos llegaron a la casa, Jesús tomó a la niña de la mano y le habló, la gente se asombró profundamente al ver que la niña se levantó de la cama de muerte, restaurada a una salud perfecta.

¡Qué maravilloso es el poder de Dios, cuánto nos gozamos en el momento en que ocurre el milagro!, pero con frecuencia decimos: ¿Dónde está Dios cuando yo lo necesito? ¿No se ha hecho usted esta pregunta?

Amigo/a, mire bien porque justo en el medio de su problema, ...¡allí está Él!, eso es un hecho; por lo tanto, no tenga miedo, siga creyendo en Dios porque aun de las cenizas El traerá sanidad, aun de la derrota El traerá victoria, y aun de la oscuridad brillará Su maravillosa luz.
Nunca olvides que el solucionar problemas es el negocio de Dios. Dios bendiga a tu familia y supla todas tus necesidades.

Graciela