Baldomero Eugenio Otto Fernández Moreno nació en Buenos Aires el 15 de noviembre de 1886 hijo de un comerciante español. Debido a la ruina económica de su padre, contando él con seis años de edad, la familia se trasladó a España.

Allí vivió en Bárcena, la aldea natal de sus padres, en Santander, cuya placidez de la montaña frente al mar dejó en el pequeño las vivencias prístinas que marcaron su vida. Allí aprende las primeras letras hasta que en 1897 regresan a Buenos Aires, donde completó su educación general descubriendo a los grandes poetas de la lengua hispana. La lectura literaria, abundante aunque indiscriminada, fue en él una constante que lo llevó a ser afecto, en principio, a Núñez de Arce, Campoamor, Esteban Echeverría, Rafael Obligado. En la Universidad Nacional de Buenos Aires se graduó de médico en 1912.

En un dilema permanente entre su profesión y la poesía, se trasladó a Chascomús, ciudad próxima a Buenos Aires, para ejercer la medicina. Luego recorrió algunos pueblos de La Pampa, estableciéndose en esta Provincia, en Catriló. Su gusto literario se fue dirigiendo hacia Becquer,  Lugones, Rubén Darío, Antonio Machado, para avanzar aún más hacia Baudelaire y Verlaine. Tal vez por eso, su estilo no puede identificarse con alguna corriente en especial y es tan personal y, por eso tal vez, así de sencillo.

En 1915, publicó su primer libro Las iniciales del misal. En 1916, Intermedio provinciano, el que mereció los elogios de Leopoldo Lugones. Mientras tanto, su afición a la poesía se acrecentaba en desmedro de la medicina.

De regreso a Buenos Aires, en 1917 publicó Ciudad. En 1918 se casó con Dalmira del Carmen López Osornio y publicó Por el amor y por ella; con su esposa se radicó en Huanguelén, al sur de la provincia de Buenos Aires, donde escribió El hogar en el campo, inspirado en su vida de casado.

Luego de un periodo nuevamente en la ciudad de Buenos Aires y otro en Chascomús –donde en 1924 escribe Aldea Española, en recuerdo a Bárcena, donde había transcurrido su infancia, poemario que mereció el Primer Premio Municipal–, se radicó ese año definitivamente en la Capital Argentina, abandonando la medicina para dedicarse a las letras y a cátedras de letras y de historia.

En Buenos Aires frecuentó a los grandes de las letras de esa época, como Alfonsina Storni, Enrique Méndez Calzada, Nicolás Coronado y trabó una muy fuerte amistad con el poeta uruguayo Enrique Amorim.

En 1925 le correspondió ser el primer presidente de la naciente Sociedad de Escritores.

El nacimiento de su hijo César inspiró su libro de poemas El Hijo, de 1926, y su esposa y los restantes niños, Dalmira, Ariel, Manrique y Clara, animaron su poemática en torno a la familia. Su obra continuó –Décimas y Poesía (ambos de 1928), Sonetos (1929), Romances (1936) y Seguidillas (1936), entre otras– hasta que, en 1937, el fallecimiento, a los diez años, de su hijo Ariel, lo sumió en un profundo estado depresivo. De esa época proviene una serie de poemas que se conoció recién en 1951 bajo el nombre de Penumbra.

En 1949 publicó Parva, que mereció el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores. Este premio le fue entregado en junio de 1950, oportunidad en la que pronunció un discurso memorable, considerado su despedida, ya que falleció el 7 de julio de ese año.

Leí a Baldomero Fernández Moreno cuando tenía doce o trece años. La profesora de Literatura de primer año nos propuso la lectura de su obra La patria desconocida, un pequeño librito de recuerdos de su infancia en España y el reencuentro con Argentina, cuya prosa sencilla y tan próxima llegó hasta lo más profundo de mis emociones.

 

Luego descubrí su inmortal poema “Setenta balcones y ninguna flor”. Y comencé a mirar los áridos balcones de mi ciudad. Solo, muchos años después, al conocer España, comprendí cuánto más vacío debía él haberlos sentido, al no encontrar el cariño derramado por entre esas rejas engalanadas de verde y arco iris de Madrid, de Toledo, de Sevilla...

 

Esta no quiere ser solo una biografía sino el recuerdo de alguien que, sin conocerlo en persona, fue mi "amigo virtual" a través de las letras, hermano de sentimientos en una etapa crucial de mi adolescencia.

 

Un fuerte abrazo

 

                                                                  Jove

BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES:

 

Cutolo, Vicente Osvaldo, Buenos Aires: Historia de las calles y sus nombres
Tomo I, Editorial Elche, Buenos Aires, 1988. En: http://www.clarin.com/diario/especiales/yrigoyen/biografias/baldome.htm

http://www.educared.org.ar/bibliote[....]rchivos/fernandez_moreno_baldomero/

http://www.canaltrans.com/literatura/biografias/fer_moreno.html

http://www.todo-argentina.net/biografias/Personajes/baldomero_fernandez.htm

http://www.oni.escuelas.edu.ar/olim[....]res/F_Moreno/Fernandez%20Moreno.htm