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Sexologia: Masages eróticos
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Cordobesa  (Mensaje original) Enviado: 29/09/2009 20:51
 

Tacto

El tacto es parte importante de la sexualidad, y utilizando las manos o la boca podemos transmitir mucho a nuestra pareja. Los masajes eróticos sirven para estimular, pero también despiertan un mundo de sensaciones a menudo olvidadas en nuestro día a día.
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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Cordobesa Enviado: 29/09/2009 20:54
 
Un masaje sexual prepara nuestro cuerpo para el placer y la excitación. También relaja los músculos, elimina tensiones, calma los nervios y ayuda a desconectar, por eso sirve para olvidar preocupaciones y problemas y ayuda a concentrarse en las sensaciones placenteras.
Para dar un masaje erótico hay que buscar un momento y lugar apropiados. No hay que tener prisas, sino encontrar un momento de tranquilidad en el que podamos desconectar el teléfono y en el que nadie nos vaya a interrumpir. Un lugar tranquilo, sin ruidos y muy cómodo es imprescindible.
La temperatura es importante y, si queremos estar cómodos desnudos el lugar donde daremos el masaje tiene que estar a unos 25º C. La persona que recibe el masaje puede tumbarse en una cama, un sofá o en el suelo, por ejemplo encima de una edredón.
Es mejor utilizar una luz tenue (las velas ayudan a crear un buen ambiente), algo de música relajante de fondo y un aroma agradable, como el del incienso. Si quieres un preámbulo perfecto, combina una copita de cava con algo de fruta o unos bombones.
Utiliza una loción o aceite de rápida absorción para dar el masaje. Las cremas son peores porque tardan más en ser absorbidas por la piel, y además no suelen tener un sabor agradable, lo que no es adecuado si luego queremos estimular con los labios o la lengua.
Antes de empezar, desviste a tu pareja y pídele que se tumbe boca abajo, con la cabeza ladeada y los brazos doblados a la altura de la cabeza. Cúbrele las nalgas con una toalla suave y siéntate encima, o a un lado, ya sea de pié (si tu pareja no está en el suelo) o sobre un cojín. Lo importante es estar cómodos.
Comienza colocando tus manos abiertas y relajadas sobre su espalda, presionando un poco, y con la mano izquierda a la altura del corazón y la derecha en la zona lumbar. Concéntrate en la respiración durante unos minutos hasta que notes que tu pareja se ha relajado. Mientras puedes acariciar su espalda desde el cuello hasta los glúteos, y continuar recorriendo brazos y piernas.
Regresa hasta el cuello con más caricias y masajea la cabeza con un poco más de presión. Coloca las manos tras las orejas de tu pareja, introduce los dedos en el cabello y masajea el cuero cabelludo presionando con las yemas de los dedos desde la nuca hasta la frente.
Regresa hasta el cuello con más caricias y masajea la cabeza con un poco más de presión. Coloca las manos tras las orejas de tu pareja, introduce los dedos en el cabello y masajea el cuero cabelludo presionando con las yemas de los dedos desde la nuca hasta la frente.
Después coloca las manos abiertas con los dedos juntos sobre la parte superior de la espalda de tu pareja y deslízalas hasta los glúteos, siguiendo el recorrido de la columna. Cuando las deslices hacia arriba, presiona sólo con la base de las manos, y repite el movimiento varias veces.
Si has seguido estos pasos ya habrás relajado la piel de tu pareja, y ahora puedes relajar también los músculos. Puedes amasar los músculos de tu pareja con los dedos de las manos, ejerciendo una presión suave, recorriendo su cuerpo y deteniéndote un poco en cada zona. Comienza por los hombros y sigue hasta los pies.
Pide a tu pareja que se coloque boca arriba. Con las yemas de los dedos y con movimientos circulares, masajea delicadamente su cara (frente, pómulos, detrás de las orejas, lóbulos y mandíbula) haciendo algo de presión con los dedos pulgares en los puntos neurálgicos: sienes, inicio de las cejas, pómulos (bajo los ojos), zona entre la nariz y los labios, y entre los labios y la barbilla.
Céntrate después en acariciar y masajear el torso y la parte frontal de piernas y brazos de tu pareja. Con un poco de aceite para masaje acaricia todo su cuerpo, desde los hombros hasta los pies, estimulando suavemente sus músculos.
Cuando hayas acariciado todo el cuerpo de tu pareja, céntrate en acariciar por debajo de la toalla, en las caderas, el glúteo y el pubis, utilizando deslizamientos suaves y firmes, y movimientos circulares. Acércate poco a poco a la zona genital, y continuad con besos y caricias hasta donde queráis
 
         


 
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