¡Ahí viene el coco! - Con Alma de Mujer

¡Ahí viene el coco!

Por: JOSÉ O. CASTAÑEDA RODRÍGUEZ

Desde la lejana Oceanía hasta América, Asia, Mediterráneo y África, pasando por regiones secas, húmedas, frías, templadas o semidesérticas, no hay preferencia para la planta cultivable más extendida del mundo. Así es el cocotero o árbol de los cien usos. De él se obtiene excelente madera, techos rústicos, agua tonificante, biocombustible, amplia aplicación médica, material para artesanía, grasa vegetal, alimento humano y animal, entre otros muchos empleos.

Los investigadores aseguran que la llegada del coco al continente americano se produjo de manera natural, al ser arrastrados por las corrientes marinas desde otras regiones del mundo y haber germinado en estas tierras.

Se cree llegó a Cuba en 1565 procedente de México. Su cultivo se extendió por toda la Isla, pero con mayor intensidad en la región oriental, fundamentalmente en la zona de Baracoa, cuya economía local en buena medida se apoya, desde entonces, en su explotación.

Separar la cáscara de la nuez es ruda labor. Convenientemente procesada, la cáscara o fibra del coco sirve para la tapicería y colchonería. El polvo que genera al desfibrarse se emplea como materia orgánica para la producción de orquídeas y vegetales. Otro uso para la fibra es como biocombustible, con ahorro significativo de petróleo

En la actualidad se trabaja allí en el mejoramiento de las variedades. La región produce el 80 por ciento de todo el coco cubano. Las autoridades locales realizan importantes esfuerzos para incrementar los rendimientos del cultivo e introducir mejoras tecnológicas para diversificar la industria de sus derivados.

Es tradicional el empleo de la masa de la nuez en la elaboración de dulces y turrones con alto valor nutritivo. El autóctono cucurucho, un delicioso símbolo de Baracoa, se confecciona artesanalmente en una pequeña industria local. A su sabor único, se une el regalo de la pequeña obra de arte que resulta su peculiar envase de yaguas de palma real

En los denominados Hornos Malayos la concha o endocarpio se quema como biocombustible para la extracción de la humedad de la masa o copra para la posterior obtención de aceite. Otro uso de esta envoltura dura de la nuez es obtener carbón vegetal para producir carbón activado mediante procesos químicos. El polvo residual se emplea como materia orgánica en la agricultura urbana

El agua además de su dulce sabor, es refrescante, un diurético excelente, alimenticia y produce un vino muy solicitado

Fuente: http://www.bohemia.cu

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