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Spica es el nombre latinizado de una estrella que forma parte de la constelación de Virgo, y concretamente nos parece, desde nuestra atalaya cósmica que es el Planeta Agua, la más brillante de dicha constelación y la 16ª más brillante del firmamento tal como lo vemos. Actualmente cada 15-16 de octubre la Nave Tierra está en el punto de su órbita desde el que veríamos a Spica justo debajo del Sol. Si durante el día pudiéramos ver más estrellas veríamos algo así (puedes pasar el indicador del ratón por encima de la imagen para ver más):
Si en esta imagen diurna vemos a Spica delante de nuestra frente, hace 6 meses Spica estaba a nuestra espalda, de modo que para verla tendríamos que girar 180 grados y estando en la Sombra de la Tierra, en la noche. Eso mismo ocurrirá dentro de 6 meses, hacia el 15 de abril. Esto es fácil de comprender si añadimos a nuestro lenguaje temporal el lenguaje espacial y de desplazamiento en el espacio, pues lo que llamamos 6 meses es media órbita del Planeta Tierra al Sol, es decir, 180 grados de desplazamiento por la órbita. También podemos ver esa imagen como si nosotros estuviéramos flotando en el Espacio detrás de Spica, y la Nave Tierra estuviera al otro lado del Sol, aunque veríamos al Sol mucho más pequeño y no habría ninguna constelación con forma de "Virgo".
Pero la mejor forma de comprender la relación entre los cuatro puntos (nosotros, la Tierra, el Sol y Spica) es que nosotros volemos a un punto del Espacio desde el que abarquemos a los otros tres puntos y desde el que veamos a toda la Humanidad en el planeta Tierra en un día 15-16 de octubre.
En la siguiente escena puedes pasar el indicador del ratón para descubrir la estructura geométrica que subyace a tres puntos que hay en el Espacio y que parece que no guardan ninguna relación. No sólo podemos definir la realidad en base a lo que vemos, pues lo que vemos también tiene una dimensión invisible, empezando por nosotros mismos, que sólo vemos nuestro ser visible.
Evidentemente, en esta escena los tamaños y las distancias no son a escala. De hecho, entre la Tierra y el Sol la distancia es insignificante con respecto al Sol y Spica, que está unos 260 años luz, teniendo en cuenta que el Sistema Solar es sólo la 800ª parte de la distancia recorrida por un rayo de luz en 1 año u órbita de la Tierra.
Curiosamente, además de esa cifra de 260 años luz, y tomando nuestro punto de vista como fijo, vemos a Spica situada a 2'60 grados por debajo de la eclíptica o camino por el que transita el Sol. 260... 2'60... Esto nos ayuda a recordar los "números de Spica". Por supuesto, podemos calcular la medida en años luz de esa línea vertical que sale de Spica hasta el perímetro del plano extendido de la órbita de la Tierra (círculo de puntos grises).
Como podemos ver, la estrella Spica está un poco por debajo del plano de la órbita de la Tierra. Por eso, desde la Tierra, en un día como hoy 15-16 de octubre, podríamos ver a Spica un poco por debajo del Sol. Y desde Spica, podríamos ver a la Tierra un poco por debajo del Sol...
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RELACIÓN ENTRE LA HUMANIDAD Y LA ESTRELLA SPICA.
La expresión "Spica de Virgo" está latinizada, y viene a significar "La Espiga de la Virgen".
Los sumerios llamaban a la constelación Bad-Tibirat, y a su estrella principal Sib (la Spica actual). Los primeros agricultores relacionaron la constelación de Virgo con la diosa de la fertilidad, Deméter, Ceres (cereal), Perséfone y los distintos nombres de la Diosa Madre que, con el tiempo derivaron hacia la acepción de "Virgen" o "Madre Divina". La Naturaleza es fértil y fecunda porque es pura, virgen, inocente, pues su función no es "concebir el mal". De ahí la expresión "Madre Virgen". La misteriosa Savia es la sustancia prístina que da vida y enriquece a los recursos naturales del Planeta.
El hombre primitivo observó la relación entre la estrella Spica, el agostamiento de la vegetación y el tiempo de recogida del trigo ya seco y maduro. La crecida del cereal coincidía con la presencia de la misteriosa estrella Spica. Puede que por eso, precisamente, la llamaran Spica, la "estrella espiga", y que al grupo de estrellas al que pertenecía se le denominara "virgen", cual la madre pura y providente.
Entre los egipcios ocurría lo mismo, pero en Egipto la referencia del año agrícola la suministraba la estrella Sirio. Era el orto heliaco de la estrella Sirio (su primera aparición al amanecer) que coincidía con la primera inundación anual del Nilo que cubría la tierra con una capa de limo fertilizante.
También en diversas culturas de la antigüedad, se confería carácter sagrado a ciertas piedras como representantes de la "divinidad"(fertilidad, fecundadidad) de la tierra vinculada a cultos de significado agrícola. La fuerza fecunda de la tierra y de las hembras se personificaba en la Diosa Madre, Gran Diosa o Diosa Blanca, y aquellos agricultores comenzaron a venerar pequeñas figurillas de exagerados rasgos femeninos que los arqueólogos denominan "Venus".
Aquella humanidad agricultora (sabiduría del agro o campo) era la de los auténticos campesinos, los pagus, palabra de la que derivó como "pagano" a raíz de la proliferación de las religiones organizadas ansiosas de poder y riqueza blandiendo la excusa de "la civilización y evangelización" y su necesidad de crear algo "contrario a sus dogmas"(=pagano) que consideraban "sagrados". Así, la sabiduría humana ligada a la Diosa Madre Tierra y Naturaleza quedó reducida (aunque salvaguardada) en "los hijos de la Tierra" durante la Historia. En la edad moderna tendente a la concentración en las grandes capitales del capital y sus grandes mercados financieros y empresariales para el beneficio económico a través de la comercialización de los recursos naturales de la Diosa Madre, perduran muy escasos reductos de auténticos campesinos en el campos, aunque siempre los suficientes para que el retorno al seno de la Madre Tierra sea siempre una oportunidad abierta, y no necesariamente física sino en conciencia.
Cada pueblo, cada religión del Mediterráneo, tuvo una Diosa Madre ligada a las estrellas, como la estrella Spica representante de la provdencia de la fecundidad gratuita de la Tierra. La Diosa Madre se asociaba a la estrella, era reina del cielo y madre de los otros "dioses y diosas" (potencias naturales personificadas como hembra o macho por la imaginación humana) que se derivaron de ella. En toda cultura y territorio es la misma historia de La Diosa Madre de la Vida recibiendo distintos nombres: la Sarrat Same de los babilonios; la Reina de las Espigas, Ishtar, como nombraban al planeta Venus; la egipcia Isis y Hathor; la india Lacksmi, la Cibeles de Asia Menor, la fenicia Astar té, la cartaginesa Tanit...
Hubo un momento en que el culto de Venus, Astarté e Isis se confundieron, ya en los albores de nuestra Era, cuando la cultura romana intentaba uniformar el mundo conocido. Por entonces surgió el cristianismo dogmático (que no por llamarse "cristianismo" tuviera que ver con Cristo) que hizo tabla rasa de los cultos anteriores. Incluso este tipo de culto a la Diosa Madre, o la constelación de Virgo, o la estrella Spica desembocó en la madre de Jesús, María. Precisamente en los tiempos en que María dio a luz a Jesús, el planeta Tierra orientaba su cintura o ecuador al universo de modo que cortaba por la estrella Spica de Virgo, la Espiga de la Virgen.
La estrella Spica es la que estaba más cerca del Sol desde nuestro punto de vista cuando se inició el conteo del tiempo gregoriano. Ocurrió el 13 de octubre de 1582. Las personas que inauguraron el calendario gregoriano lo hicieron "drásticamente" convirtiendo al 14 de octubre en 4 de octubre, "borrando" virtualmente 10 días de la memoria histórica. Entonces el planeta Mercurio estaba justo al otro lado del Sol, es decir, la Tierra y Mercurio en oposición, y cuando, desde la Tierra, hacía 13 días que el Sol había pasado por encima de Spica (un 30 de septiembre). El día 13 de octubre los líderes religiosos decidieron que el día 14 de octubre sería el 4 de octubre, día en el que la estrella Spica era la que estaba más cerca del Sol desde nuestro punto de vista.
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RELACIÓN ENTRE GEA, HELIOS Y SPICA.
Si proyectamos el plano de la órbita de la Tierra hacia el Espacio, dicho plano casi corta por Spica. Hace 2000 años, la orientación de la inclinación del Planeta en el que estamos era tal que el plano de su ecuador extendido al firmamento cortaba por Spica, lo que significa que Spica estaba en el Ecuador celeste de la imaginaria esfera de nuestro Firmamento. Aquí podemos verla en referencia a la constelación de Orión y el momento histórico del inicio de la era cristiana.
ver animación
Prácticamente hace 2039 años, hacia el año 30 antes del inicio de la era cristiana, la proyección del plano del ecuador de la Nave Tierra cortaba por la estrella Spica. En las dos siguientes dobles imágenes puedes pasar el indicador del ratón para comprobar la deriva de Spica por el firmamento visto desde de la Tierra durante 4000 años. No hay que olvidar que es un movimiento aparente, reflejo del verdadero movimiento de oscilación de la Nave Tierra que "escanea" el firmamento usando la proyección de la línea de su ecuador como "scanner". Es decir, que la línea roja que representa al Ecuador celeste es el "scanner" que asciende y se desplaza hacia la derecha.
Y hacia el año 360 Spica era la señal del equinoccio de otoño en el hemisferio norte (de primavera en el hemisterio sur) porque el Sol estaba sobre ella en tal día, tal y como ocurriría en el futuro (en el año 2000) aunque un 16 de octubre, 26 días después del equinoccio. Es un "retraso" calendárico de 26 días que es reflejo de que no podemos crear calendarios flexibles "ligados" a la libertad del Espacio ni a la dinámica del Planeta, ni por ello que tengan en cuenta los grados de desplazamiento de los puntos equinocciales en la órbita de la Tierra debido a su inclinación y movimiento de bamboleo. Para "ligarnos" a la dinámica ya somos conciencias cuyo tejido es el Tejido EspacioTemporal del Universo, y contamos con la capacidad de reintegrarnos a ese tejido y fluir en él con Trajes (formas, organismos, cuerpos) de gala.
El "retraso" del calendario realmente no es tal, sino que significa que el calendario es una estructura rígida, estática, y por ello la mente que la adopta tiende a cobrar rigidez, es decir, a mantener la desconexión con la dinámica del universo. Por eso, las personas que inauguraron el calendario gregoriano lo hicieron "rígidamente" convirtiendo al 14 de octubre en 4 de octubre, "borrando" virtualmente 10 días de la memoria histórica. Ocurrió el 13 de octubre de 1582, cuando el planeta Mercurio estaba justo al otro lado del Sol (Mercurio y Tierra en oposición), y cuando hacía 13 días el Sol había pasado por encima de Spica (un 30 de septiembre). El día 13 de octubre los líderes religiosos decidieron que el día 14 de octubre sería el 4 de octubre. Y así se inició el conteo del tiempo gregoriano. El 4 de octubre, la estrella más cercana al Sol desde nuestro punto de vista era, precisamente, Spica.
Actualmente el plano de la órbita de la Tierra (que no el plano de su ecuador) por donde transita el Sol y los planetas pasa un poco por encima de Spica. En el mapa de estrellas situadas en el plano de la órbita de la Tierra podemos hacernos cierta idea de la distancia que separa a Spica y al Sol. El círculo amarillo que rodea al punto que representa al Sol tiene un radio de "sólo" 16 años-luz.
Según las personas astrónomas y astrofísicas que calculan las distancias entre las estrellas Sol y demás, Spica está a unos 260 años luz, distancia que un rayo de luz, cubriendo 300.000 kms cada segundo, recorre en línea recta al mismo tiempo que la Tierra da, en línea circular, 260 órbitas al Sol. En términos de distancia y usando kilómetros luz, es decir, 1.000 tramos de 300.000 kms cada uno, 1 año luz es 31.536.000 tramos de 300.000 kms, y por tanto 31.536 kms luz. Así, Spica está a 31.536 x 260, es decir a unos 8 millones de kms-luz del Sol, pero ni el Sol ni Spica -ni nosotros- están a ninguna distancia del Espacio.
A escala humana, e imaginando que eres la estrella Spica y que 1 milímetro es 300.000 kms, resulta que el Sol, sus planetas y la Tierra estarían a 8 kilómetros de ti, y que los habitantes de la Tierra podrían verte desde su planeta durante 2 meses antes y después del 15 de abril de su tiempo, y que media órbita después (15 de octubre) su planeta estaría al otro lado de su Sol, de modo que no podrían verte debido a que la luz de su estrella velaría su visión.
En esta escena puedes imaginarte estando en un planeta de la estrella Spica (o ser la misma estrella con el nombre que elijas) y observar cuál es la línea de visión que los habitantes del Planeta Agua y Tierra tienen de ti mientras ellos están en zona de noche de su Planeta en un 16 de abril viéndote en el punto del Espacio en el que estabas hace unos 260 años suyos, pues ahora estás en el punto en el que te verán dentro de 260 años suyos porque, como cualquier forma celeste, flotas y te trasladas, y no a voluntad, pero tampoco condicionadamente. Al otro lado de su órbita está el punto en el que estuvieron hace 6 meses suyos: el 15-16 de octubre...
Realmente serías tú la fuente que envía rayos de luz en todas direcciones y que en todo momento llegan hasta las pupilas y neuronas de los humanos del Planeta Aire que orbita a la estrella Sol.
El Espacio del Universo está perdido de Polvo de Estrellas!
También el día 16 de octubre la Nave Tierra está cruzando el meridiano celeste contrario a la estrella doble Mizar/Alcor de la constelación de la Osa Mayor. Es decir que, según las coordenadas de nuestra "esfera celeste", Spica y Mizar están en el mismo meridiano celeste, línea imaginaria desde la Estrella Polar hasta el Polo Sur celeste. Tal línea "es atravesada" por el Sol cada 16 de octubre nuestro, de modo que Spica está un poquito por debajo del Sol, y Mizar bastante por encima.
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