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El Sumo Pontífice en una asamblea de líderes de congregaciones religiosas católicas femeninas en el Vaticano.CreditL'Osservatore Romano, vía Associated Press
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ROMA — El Papa Francisco dijo el jueves pasado que formará una comisión para estudiar si las mujeres pueden servir como diaconisas en la Iglesia católica romana, un movimiento aclamado por las mujeres que han luchado durante años para tener un papel más destacado en esa institución.
Sus consideraciones revelan una apertura para reexaminar la insistencia de la Iglesia en conformar un clero exclusivamente masculino. Sin embargo, esta idea se enfrentará a la fuerte resistencia de los que creen que es el primer paso hacia la ordenación de mujeres sacerdotes (sacerdotisas), algo que los últimos papas han descartado, al citar la doctrina de la Iglesia.
El papa hizo estos comentarios durante una asamblea de líderes de órdenes religiosas femeninas y fueron consistentes con su estilo: una observación aparentemente inocente que abre un amplio horizonte de posibilidades.
Se produjo durante una sesión de preguntas y respuestas en la que aseguró a las 900 hermanas presentes en el recinto que quería “aumentar el número de mujeres en los puestos de toma de decisiones en la Iglesia”.
Una mujer le preguntó sobre la posibilidad de una comisión oficial para estudiar el tema. Su respuesta fue, en esencia: “¿Por qué no?”.
“¿Constituir una comisión oficial que pudiera estudiar la cuestión?”, preguntó el Sumo Pontífice, según The National Catholic Reporter. “Creo que sí. Aclarar este punto sería hacerle un bien a la Iglesia. Estoy de acuerdo”.
“Acepto”, dijo el papa más tarde. “Me parece útil tener una comisión que aclare bien esto”.
Sus comentarios pueden llegar a ser más un cambio de tono que un cambio en las prácticas de la Iglesia, como cuando dijo : “¿Quién soy yo para juzgar?”, para responder a una pregunta sobre los homosexuales durante una conferencia de prensa en 2013.
Los diáconos son ministros ordenados en la Iglesia católica, y en muchas parroquias hacen la mayoría de las tareas que hacen los sacerdotes. Se les permite a predicar en la misa, realizar bautizos, matrimonios y servicios funerarios. Actualmente, los diáconos deben ser hombres mayores de 35 años y pueden ser casados (aunque si la esposa del diácono muere, se espera que se mantenga célibe).
Frente a la escasez de sacerdotes, la iglesia en Estados Unidos ha estado alentando a los hombres a convertirse en diáconos y llenar las vacantes. La Conferencia de los Obispos Católicos de Estados Unidos dice que ahora hay más de 13.000 hombres que sirven en lo que se llama el “diaconado permanente”.
La creación de una comisión del Vaticano no es una garantía de cambio. Estas comisiones pueden tardar años en llegar a conclusiones y son meramente consultivas. El Papa Pablo VI rechazó el informe de una comisión en 1966 que, después de tres años de estudio, recomendaba que la Iglesia levantara su prohibición sobre el control artificial de la natalidad.
Esto no significa que Francisco quiera que existan diaconisas en la Iglesia católica o que la comisión que conforme recomendaría este cambio.
Algunas católicas citan investigaciones que muestran que las mujeres sirvieron como diáconos en la historia temprana de la Iglesia. Pero en la asamblea, el Papa hizo algunas preguntas escépticas sobre las responsabilidades de las diaconisas en la Iglesia primitiva que quizá eran más limitadas que las de los diáconos.
Francisco dijo que el primer paso sería consultar con la oficina doctrinal de la Iglesia “para que me digan si hay estudios sobre esto”. Esa instancia está dirigida por el cardenal Gerhard Ludwig Müller, un teólogo alemán que durante mucho tiempo ha sostenido que la ordenación de mujeres, en cualquier cargo, no debe permitirse.
Lucetta Scaraffia, editora de una revista mensual sobre la mujer y la Iglesia distribuida con el diario del Vaticano, L’Osservatore Romano, dijo que, aunque las palabras del papa fueron alentadoras, no reflejan necesariamente los puntos de vista de la mayoría de los obispos.
“Dudo mucho que saldrá de eso”, dijo Scaraffia. “Creo que al papa le gustaría iniciar la discusión, pero hay una fuerte resistencia” a cualquier ordenación de las mujeres.
Aún así, los comentarios de Francisco emocionaron a los católicos que han cuestionado la doctrina de la Iglesia porque establece que las mujeres no pueden ser ordenadas puesto que los discípulos de Jesús eran hombres.
“Estoy extasiada”, dijo la hermana Christine Schenck, quien durante años fue la directora ejecutiva de FutureChurch, una organización con sede en Cleveland que aboga por un papel más importante para los laicos y las mujeres en la Iglesia. “Estaba orando dándole gracias a Dios”.
Dijo que unas 30.000 mujeres ya sirven en parroquias estadounidenses como “ministros eclesiales laicos”, y tienen muchas funciones pastorales y administrativas. Muchas de ellas poseen títulos avanzados en teología y ministerio. Sin embargo, no se les permite ofrecer la homilía de la misa, y algunas son anónimas e invisibles en sus parroquias.
“La gran mayoría mañana mismo podrían ser ordenadas diaconisas. Ellas cumplen con todos los requisitos”, dijo la hermana Schenck. “Al ser ordenadas como diaconisas les permitirían predicar en la misa dominical. También sería una forma de validar su ministerio”.
La Women’s Ordination Conference es una organización estadounidense que apoya la idea de que existan diaconisas, sacerdotisas y obispas. Esta agrupación dijo en un comunicado que “la apertura de una comisión para estudiar el diaconado para las mujeres sería un gran paso para el Vaticano en el reconocimiento de su propia historia”.
La historia, sin embargo, es un asunto de debate. Algunos estudiosos dicen que no hay evidencia bíblica de que las mujeres sirvieron como diáconos junto a los hombres, pero otros dicen que eso sí pasó pero las funciones de las mujeres eran más limitadas.
En 1995, un grupo estadounidense de expertos en derecho canónico dijo que la ordenación de diaconisas en la Iglesia estaría de acuerdo con la teología católica y la práctica habitual, aunque el Vaticano nunca tomó en cuenta esa recomendación.
Phyllis Zagano, defensora de la ordenación femenina y editora del libro “Women Deacons? Essays With Answers”, dijo que hasta el siglo XII, las mujeres fueron ordenadas como diáconos pero sus funciones variaban de acuerdo a los países y las diócesis.
“El verdadero problema es que ellos no pueden entender por qué una mujer puede ser ordenada diácono pero no puede ser cura”, dijo Zagano.
Francisco aboga porque se les otorgue a las mujeres un papel más importante en la Iglesia, institución donde pocas mujeres ocupan cargos importantes en la curia romana, el brazo administrativo del Vaticano. En muchas ocasiones se ha reconocido este fallo pero, hasta el momento, no se han tomado medidas al respecto.
En la asamblea del jueves, el Papa Francisco admitió que la integración de la mujer en la vida de la Iglesia había sido “muy débil” y aseveró: “Tenemos que seguir adelante”.