ORACION
En tus manos, oh Dios, me abandono. Modela esta arcilla, como hace con el barro el alfarero. Dale forma, y después, si así lo quieres, hazla pedazos.
Manda, ordena. "¿Qué quieres que yo haga? ¿Qué quieres que yo no haga?"
Elogiado y humillado, perseguido, incomprendido y calumniado, consolado, dolorido, inútil para todo, sólo me queda decir a ejemplo de tu Madre:
"Hágase en mí según tu palabra".
Dame el amor por excelencia, el amor de la Cruz; no una cruz heroica, que pudiera satisfacer mi amor propio; sino aquellas cruces humildes y vulgares, que llevo con repugnancia. Las que encuentro cada día en la contradicción, el olvido, el fracaso, los falsos juicios, la indiferencia, en el rechazo y el menosprecio de los demás, en el malestar y la enfermedad, en las limitaciones intelectuales y en la aridez, en el silencio del corazón.
Solamente entonces Tú sabrás que te amo, aunque yo mismo no lo sepa. Pero eso basta. Amén.
(Esta oración fue escrita por Robert Kennedy y se la halló en un bolsillo de su saco el día que lo mataron).
BYE : LOLY-AMOR
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