DE LA AMISTAD   Un joven pidió: Háblanos de la amistad. Almustafá respondió: Tu amigo es una respuesta a tus necesidades. Es el campo que siembras con amor y cosechas con agradecimiento. Un amigo es tu mesa y es tu hogar; acudes a él cuando tienes hambre y también en busca de paz. Cuando tu amigo revela su pensamiento, no tengas miedo del no que surge en tu mente ni le escatimes el sí. Cuando él está callado, tu corazón no cesa de escuchar el suyo; porque en la amistad, todos los pensamientos y los deseos, todas las esperanzas nacen y se comparten con alegría y sin alardes. Cuando tengas que alejarte de un amigo, no te sientas afligido. Lo que amas en él será más claro en su ausencia, como es para el montañés la vista de su montaña desde la llanura. No permitas que exista un interés en la amistad, con excepción del entendimiento espiritual. Porque el amor que solamente busca la revelación de su propio misterio no es amor, sino una red que atrapa al inútil. Reserva lo mejor de tí y entrégaselo a tu amigo; si él ha de conocer el flujo de tu marea, deja que también conozca su reflujo. No busques al amigo para matar loas horas con él; búscalo para vivir las horas. Porque su tiempo y el tuyo deben confluir en la satisfacción de las mutuas necesidades y no para alimentar la banalidad. Que en la dulzura de la amistad haya sonrisas y comunión de placeres. Porque en el rocío de las cosas pequeñas es donde encuentra el corazón la frescura de la mañana.   G. J. Gibrán