LA FIESTA DE SAN JUAN - El Universo de los Hechizos

LA FIESTA DE SAN JUAN

La fiesta de San Juan (24 de junio) es la que por su profundo significado naturalista, ha concentrado el mayor número de estos elementos y a ella nos vamos a dedicar con mayor detenimiento.

La festividad de San Juan Bautista no tiene sus orígenes en el Cristianismo. La celebración de los ritos que tienen lugar en ese día se rastrean más allá de dicha religión y, sin duda, está relacionada con el tránsito de las estaciones.

Las fiestas del solsticio de verano han sido constatadas en las diferentes culturas hasta el punto de ser encontradas en áreas tan dispares como la mahometana y la cristiana, lo que prueba que dichas celebraciones tienen orígenes distintos del hecho religioso actual.

Las fiestas de San Juan no son únicamente la herencia de lejanos ritos, sino la suma de componentes indígenas, prerromanos, romanos y cristianos.

El sol simbolizado por el fuego en los rituales como origen de la luz y del calor, fue venerado por las comunidades prerromanas de Asturias y de ello han quedado muestras inequívocas en la epigrafía.

La veneración del agua está documentada en la toponimia local y en la hidronimia por medio de la voz celta Deva -–diosa – utilizada para designar a algunos ríos de la región y de Navia, como divinidad fluvial. También, a través del nominal de un personaje mitológico, la xana, o ninfa, que mora en las aguas, dando nombre a muchas fuentes.

El culto a los árboles, está igualmente, constatado en Asturias desde la antigüedad.

En Asturias, los rituales de la noche de San Juan han tenido lugar en torno a esa triada de elementos festivos formada por el fuego, el agua y los vegetales. Ha sido costumbre en el pasado encender grandes hogueras en la aldeas asturianas en las que participaba la comunidad local. No faltaban tampoco estas hogueras en torno a las iglesias parroquiales, y más aún tratándose de las del medio rural, habida cuenta de la fuerza ritual de la fiesta en el ámbito agrario, donde todavía en las primeras décadas de este siglo era frecuente ahumar o afumar los ganados con fines pretendidamente preservativos en la noche de San Juan.

El agua, el segundo de los elementos de la noche solsticial, adquiría asimismo un gran protagonismo ritual, al serle asimiladas propiedades terapéuticas e hidrománcicas bajo determinadas condiciones. La costumbre de recoger "la flor del agua" de alguna corriente de agua, o del mismo rocío, en la mañana de San Juan, es decir, el líquido elemento sobre el que idealmente había caído la bendición del santo es bien conocida, como su aplicación en prácticas curativas. Quien logra coger la flor de agua será el más feliz y hará realidad todas sus esperanzas. Las xanas o ninfas de las aguas esperan esta noche para ser desencantadas. Otros personajes fantásticos tienen también la oportunidad de manifestarse en la noche más mágica y poética del año.

Finalmente, el tercero de los elementos, el vegetal, encierra un expresivo simbolismo. La costumbre de poner ramos en lugares señalados o la tradición de enramar las fuentes en la noche de San Juan son bien indicativas. También los vegetales se hallan vinculados a distintos ritos profilácticos propios de este día, y éste es el caso del saúco, que en Asturias adquiere una especial significación.

A partir del día de San Juan, y a lo largo del ciclo festivo que sigue, se hace habitual en algunas partes de Asturias un rito de carácter naturalista que consiste en cortar árboles en bosques cercanos de las aldeas y erguirlos en lugares públicos. La costumbre posee una gran entidad en el oriente de la región, donde son conocidos en la actualidad con el nombre de hogueras o jogueras. Se trata de la misma tradición que en torno a comienzos del verano se desarrollaba hasta bien entrado nuestro siglo en muchas regiones europeas y que aún pervive en muchas partes de España en torno al mes de mayo.

En la mágica noche de San Juan la danza es también otro elemento esencial de la fiesta. Antes y después de la hoguera se danza incansablemente. Hoguera y Danza Prima, están, al menos en los tiempos recientes, íntimamente relacionadas.