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notcias: Energía: el comienzo de la vida
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De: o-x-loli-ta-x-o  (Mensaje original) Enviado: 19/07/2003 00:18
LA HORA-ECUADOR
Quito - Viernes, Julio 18, 2003

Esoterismo
Energía: el comienzo de la vida
Los movimientos que involucran el cuerpo entero son globales y siempre empiezan por la cabeza.
Leyla Piedad Escobar

En nuestra primera entrega hicimos un resumen de lo que significa la energía postural en movimiento, de acuerdo a Bobby Rosenberg, estadounidense, estudioso y profesor certificado de la Técnica Alexander (una guía para el uso de sí-mismo). Desde 1990 Rosenberg está radicado en Colombia donde se dedica a la enseñanza de la técnica y de Tai Chi que lo estudia con el maestro Liu Qingxun.

Hoy nos dedicaremos a revisar los movimientos parciales y globales; sentarse, pararse contra la pared, gatear, caminar, escribir y trabajar en el escritorio, corresponde a la primera clasificación; mientras que correr y/o saltar tienen el carácter de globales.

“Energía: postura y movimiento” (título de la obra de Rosenberg publicada por Editorial Norma) es una sencilla y magnífica guía para mejorar la forma en que usamos el cuerpo y así aprender a sentirnos mejor y de la que hemos tomado estas enseñanzas.
Pararse con la energía postural

En cuanto a la energía postural sentarse y pararse son esencialmente lo mismo. La cabeza sube, el tronco se relaja y la energía sube por al columna. La diferencia es obvia, al estar parado la energía tiene que llegar hasta las piernas.

Primer parte: Este ejercicio se hace parado con la espalda contra la pared.

Se liberan el cuello y los hombros.
Se sube la cabeza sin tensiones en la nuca.
Los músculos esternocleidomastoideos (del esternón, la clavícula y el mastoides) elevan el cuello y aflojan y abren los hombros.
Segunda parte: pecho-cintura-pelvis
Se ajusta la pelvis contra la pared.
Se relaja el pecho.
Se relaja la cintura.

Se mantiene las instrucciones para cabeza-cuello-hombros.

Tercera parte: rodillas y pies

Cuando se empieza a cambiar la postura, particularmente la del pecho y la pelvis, el tronco tiende a desplazarse. Por eso recostarse contra la pared facilita el proceso de equilibrar y mantener le tronco derecho. Por ahora, trata de mantener toda la espalda en contacto con la pared, sin apoyarse demasiado en ella. Ahora suelte sus piernas y perciba qué pasa con el peso del tronco. Probablemente verá que cae hacia delante o hacia atrás, interfiriendo así con el equilibrio. Al estar contra la pared probablemente no percibirá que pierde el equilibrio del tronco. Sin embargo, sentirá un aumento o una disminución de la presión de la espalda contra la pared. De todas formar es posible que al soltar las rodillas no pierda el equilibrio y pueda continuar el ejercicio.

Hay tres posible tensiones en las rodillas

Dobladas (adelante)
Bloqueadas (atrás)
Libres (desbloqueadas)
Si no está seguro del estado de sus
rodillas, intente lo siguiente:
Doble las rodillas
Échelas hacia atrás (bloqueadas)
Suéltelas sin alcanzar a doblarlas

Para permitir que la energía llegue a las piernas las rodillas deben estar libres.
El peso del cuerpo debería distribuirse entre la planta y el talón e igualmente sobre ambos pies.

Lo importante es tener una sensación de alivio. Para probar si lo está haciendo bien puede hacer lo siguiente.

Organícese con la energía postural (cabeza a pies)
Párese con toda la espalda contra la pared.
Suba la cabeza libremente hasta que los hombros se abran.
Relaje el pecho y la cintura.
Desbloquee las rodillas y distribuya el peso sobre los pies.
Observe la respiración para comprobar que sea natural.
Mueva los brazos un poco para ver si están libres.
Mueva las rodillas un poco para ver si están libres.
Si no lo están, vuelva a organizarse.
En esta posición el cuerpo tiene la postura más eficiente. Atrévase a dar un paso adelante, aprenda a hacerlo sin el apoyo de la pared.

Sentarse con la energía postural

Partiendo del principio que “la buena postura no se puede adquirir por partes sino por medio de un proceso energético integrado” sentarse con la energía postural significa aprender a recuperar esa energía y organizar el cuerpo a partir de la cabeza para estar cómodamente sentado.

Primera parte: Cabeza-cuello-hombros

Este ejercicio debe hacerse en una silla con espaldar y con el cuello, la cabeza y los hombros desplomados hacia delante.

Soltar el cuello y los hombros. En caso de estar tensionados usted mismo puede hacerse un masaje en el cuello y los hombros.

Intente subir la cabeza, sin tensionar la nuca. Si siente que la tensión disminuye es porque va por buen camino.

Una vez que haya logrado subir la cabeza libremente, ésta se mantendrá arriba con una conducción constante y sutil de energía en el cuello. La cabeza se balancea encima, entre el peso de la parte frontal y los músculos de atrás.

Una forma sencilla de percibir si hay tensión indebida es colocando ligeramente la palma sobre la nuca y la base del cráneo. Incline la cabeza hacia atrás y adelante para sentir la articulación entre la cabeza y el cuello.

Si suelta por completo la cabeza tiene que caer hacia adelante, pues pesa más el frente del eje que atrás. Si se mueve hacia atrás es por tensión. Así que hay que aprender a subirla sin retraerla sobre la nuca.

Segunda parte: pecho-cintura-pelvis

El eje principal de conducción de la energía postural es la columna, así que sacar el pecho o sacar la cola, no tiene nada que ver con la postura.
El flujo energético entre la cabeza y el resto del cuerpo es un proceso natural y automático. Conseguir que la columna se enderece es más un permitir que un hacer. Si no hay interferencia en el cuello, el pecho o la cintura se dan las condiciones para que la energía se conecte con toda la columna.
Lo que hay que hacer es:
Ajustar la pelvis contra el espaldar.
Relajar el pecho.
Relajar la cintura.
Mantener las instrucciones para cabeza-cuello-hombros (primera parte de este ejercicio).
¡Está bien sentado! La energía postural está trabajando.
La sensación de la energía postural es débil comparada con la de nuestra postura artificial y habitual. Los músculos posturales tienen muy pocos sensores.
Lo más importante es tener una sensación de alivio. Para probar si lo está haciendo bien, el autor sugiere lo siguiente:
Organícese con la energía postural (cabeza y pelvis).
Siéntese contra el espaldar.
Suba la cabeza libremente hasta que los hombros se aflojen y se abran.
Relaje el pecho y la cintura.
Observe si la respiración es natural.
Mueva loa brazos un poco para comprobar si están libres.
Si no lo están, vuelva a organizarse.


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