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dejardefumar: Datos sobre el Tabaquismo
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De: x-x-loly_ta-x-x  (Mensaje original) Enviado: 29/04/2007 07:49

Datos sobre el Tabaquismo

La mitad de las personas que mueren debido al tabaquismo han perdido una media de 20 años de vida. Y muchas más personas y familiares ven seriamente disminuida la calidad de los años vividos.

El tabaquismo es la causa reconocida de 29 enfermedades (entre ellas 10 tipos distintos de cáncer)

Por su enorme importancia, es preciso recordar que el tabaquismo es la causa de más del 90% de los casos de bronquitis diagnosticadas en nuestro país, el 95% de los casos de cáncer de pulmón, el 30% de todas las cardiopatías coronarias y es también un factor causal bien establecido de cáncer de esófago, vejiga urinaria, cavidad bucal y laringe.

Las mujeres, además de estar expuestas a los mismos riesgos que el tabaco ocasiona en los hombres, están sometidas a otros riesgos adicionales. Además para ellas el tabaquismo incrementa el riesgo de padecer cáncer de pulmón y enfermedades coronarias.

El consumo de tabaco ejerce un efecto multiplicador de los riesgos cardiovasculares que presentan los anticonceptivos orales. Por ello, la probabilidad de padecer un infarto se multiplica por diez en las mujeres que fuman y siguen este método anticonceptivo. Las mujeres que fuman sufren un adelanto medio de la menopausia de entre dos y tres años con respecto a las mujeres que nunca han fumado, aumentando paralelamente el riesgo de osteoporosis.

A veces el riesgo de muerte que ocasiona el tabaquismo se minimiza y confunde de forma interesada, situándolo entre otros muchos riesgos con los que nos vemos obligados a convivir cada día.

Si observamos las muertes anuales debidas a causas de gran impacto social e igualmente evitables, podemos ver cómo las muertes derivadas del consumo de tabaco son decenas de veces más numerosas que las muertes por consumo de drogas ilegales, por SIDA y por accidentes de tráfico.

Debes saber que, de cada 1.000 muertes que se producen en España, 151 se deben al consumo de tabaco, 15 a accidentes de tráfico, 4 a SIDA y menos de una al consumo de drogas ilegales. Por ello, es importante que conozcas que es erróneo equiparar el impacto sobre la salud del tabaquismo con otros riesgos cotidianos a los que también estamos sometidos, como son los accidentes de tráfico o la exposición a la contaminación atmosférica.

Fumar acelera el proceso de envejecimiento

La aparición de arrugas en el rostro es un fenómeno natural y común a la mayoría de personas mayores, ya sean hombres o mujeres. Sin embargo, fumar produce sequedad cutánea y acelera la aparición de arrugas en la cara de forma prematura.

Si bien este hecho no puede considerarse como un problema de salud grave, sí debe ser señalado, aunque sólo sea para contrarrestar la imagen que la publicidad ofrece de las personas que consumen tabaco: jóvenes, atractivas y con rostros radiantes.

El consumo de tabaco es muy perjudicial para la salud de los que te rodean

Además de los efectos adversos para tu salud, el consumo de tabaco tiene efectos dañinos sobre quienes optan por no fumar pero comparten espacios cerrados contigo mientras fumas (en casa o en el trabajo).

La identificación del Aire Contaminado por Humo de Tabaco (ACHT) como carcinógeno para los humanos, realizada en el año 2002 por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) dependiente de la OMS, refleja la unanimidad existente en toda la comunidad científica internacional respecto a este problema.

La combustión del tabaco origina un tipo de humo que contiene más de 4.000 sustancias químicas. De ellas, más de 50 son carcinógenas. De manera específica el IARC ha identificado 69 agentes carcinógenos en el humo del tabaco, de ellos:

  • 11 son carcinógenos para los humanos.
  • 7 son probablemente carcinógenos para los humanos.
  • 49 son carcinógenos para los animales (no está probado para los humanos).

Entre estas sustancias carcinógenas se incluyen:

  • Alquitranes: utilizados para asfaltar carreteras y calles.
  • Arsénico: veneno mortal muy potente.
  • Cadmio y níquel: utilizados en baterías.
  • Cloruro de vinilo: discos de vinilo.
  • Creosota: componente del alquitrán.
  • Formaldehído: conservante orgánico usado en laboratorios forenses y anatomía patológica.
  • Polonio 210: radioactivo.
  • Uretano: utilizado para embalajes.

Otros tóxicos irritantes para los ojos y las vías respiratorias superiores:

  • Amoniaco: Utilizado en los limpiacristales.
  • Acetona: disolvente tóxico.
  • Acroleína: Potente irritante bronquial y causa de enfisema.
  • Cianuro de hidrógeno: Veneno mortal utilizado como raticida.
  • Monóxido de carbono: Mortal en espacios cerrados cuando hay una combustión deficiente (calderas, estufas, braseros,...).
  • Metanol: Utilizado como combustible de misiles.
  • Tolueno: Disolvente tóxico.

Existen grandes diferencias entre las sustancias que el fumador inhala directamente en el acto de fumar y las inhaladas por las personas que, sin fumar, están en un ambiente contaminado por humo de tabaco. Estas diferencias son debidas a que la combustión del tabaco es distinta al ser inhalado que al consumirse de forma espontánea, produciéndose en esta última forma mayor contenido de productos de deshecho en partículas de menor tamaño. Estas partículas que flotan en el aire, al ser más pequeñas, pueden alcanzar rincones más profundos del sistema broncopulmonar y en consecuencia ser más nocivas. Por ejemplo el cadmio, un reconocido carcinógeno pulmonar, se encuentra en concentraciones seis veces superiores en el humo inhalado por los fumadores involuntarios o pasivos que en el inhalado directamente por los fumadores.

Tras 20 años de investigación, las evidencias sobre el aumento de riesgo de padecer diversas enfermedades derivadas de la exposición al ACHT son incuestionables.

La exposición al ACHT es la causa de:

  • Un incremento del riesgo de sufrir cáncer de pulmón de entre el 20 y el 30% respecto a las personas no expuestas.
  • Un incremento del riesgo de mortalidad por enfermedad isquémica del corazón de un 25%.
  • Un incremento de sufrir infarto de miocardio cercano al 82%.
  • Una reducción del peso al nacer entre los hijos de madres expuestas al ACHT
  • Un incremento significativo de la frecuencia de síntomas respiratorios crónicos (como tos, molestias faríngeas y otros síntomas respiratorios menores).
  • Un incremento de síntomas menores como irritación ocular.

La exposición al humo de tabaco es especialmente dañina para las mujeres embarazadas y para la infancia

Durante el embarazo el feto es el fumador involuntario más joven, presentando un riesgo superior de aborto espontáneo, de nacimiento prematuro o de bajo peso al nacer, lo que facilita el riesgo de muerte perinatal.

Finalmente, si el padre, la madre o los dos fuman durante la infancia de sus hijos, aumenta el riesgo de muerte súbita del lactante y se incrementa el riesgo de infecciones respiratorias, asma, pulmonía y otitis entre sus hijos en comparación con los hijos de padres que no fuman. Los niños asmáticos expuestos al ACHT tienen síntomas más severos y frecuentes. Los niños que conviven con fumadores tienen en conjunto peor salud y sufren mayor absentismo escolar.

La exposición al humo de tabaco en los niños:

  • Incrementa la probabilidad de que desarrollen bronquitis, asma, pulmonía y enfermedad del oído medio.
  • Los niños asmáticos expuestos al humo del tabaco tienen síntomas más severos y frecuentes.

¿Por qué se dice que el tabaquismo es actualmente un problema epidémico?

Por la gran cantidad de personas a las que ha empezado a afectar desde mediados de los años 50 del siglo XX hasta hoy. Desde que los españoles trajeron las primeras hojas de tabaco de América, pasaron 400 años sin que su uso alcanzara en nuestro país la dimensión epidémica actual.

Esta dimensión epidémica se debe fundamentalmente a cambios económicos propios de la industrialización, especialmente: el desarrollo de nuevas técnicas de cultivo, el incremento masivo de las importaciones de tabaco, el abaratamiento de los procesos productivos, la incorporación de los procesos de industrialización a la fabricación de cigarrillos y el desarrollo de técnicas cada vez más sofisticadas de promoción.

Todos estos factores, junto a la falta de medidas reguladoras, hicieron que el consumo de tabaco se disparase a mediados del siglo pasado, llegando a su punto más alto a mediados de los años 80. Desde entonces, el consumo de tabaco en nuestro país se mantiene muy alto, aunque con una ligerísima tendencia a disminuir.




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