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espiritismo: LOS SUEÑOS
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De: magicman497  (Mensaje original) Enviado: 04/01/2008 14:53

En la hora del sueño


El reposo mediante el sueño, es indispensable al equilibrio psicofísico de los seres, especialmente del hombre. El sueño representa una gran contribución a la salud, a la armonía emocional, a la lucidez mental, a la acción en las diversas empresas de la existencia humana. En cuanto se procesa el entorpecimiento de determinadas células corticales, responsables por el sueño, se liberan los clichés del inconsciente, que se transforma en catarsis valiosa para la manutención del paisaje mental equilibrado.

Sobrecargado por las emociones refrenadas, por las reminiscencias dolorosas, por las frustraciones, presiones, ansiedades, que se transforman en conflictos y complejos variados, el inconsciente se revela en los estados oníricos, que dan origen a los sueños, de innegable valor a los psicoanalistas para el estudio del comportamiento y de la personalidad.

El sueño natural es de relevante significado para la vida y su preservación, durante la existencia corporal en la cual el espíritu procesa su evolución. Con cierta justeza algunos estudiosos de la psiquis afirman que “dormir es una forma de morir.”

Esos dos fenómenos biológicos se parecen, sin dudas, porque en el sueño, el espíritu se desprende parcialmente del cuerpo, en cuanto que, en el acontecimiento de la muerte, se produce el desligamiento total de los lazos espirituales.

De este modo, conforme se duerma o se muera, esto es, de acuerdo con las ideas abrigadas y aceptadas, se manifiestan las consecuencias idénticas. En el caso del sueño, el espíritu resuma las emociones que le son agradables, acontecidas o no, sucediendo lo mismo con la muerte, lo que, por sintonía, propicia la vinculación con otras mentes, con otros espíritus semejantes.

Sueños o pesadillas, desdoblamientos de pequeño, medio o largo porte, son resultados del estado emocional del individuo.

Cuando busques el reposo, cuida del panorama emocional a través de la meditación y renueva la mente recurriendo a la oración. Repasa las actividades del día y proponte la rehabilitació n en los incidentes que consideres infelices, en los cuales constates tus errores.

No conduzcas al lecho de dormir pensamientos depresivos, angustiantes, coléricos, perturbadores. .. Los momentos que preceden al sueño deben ser de higiene mental, de preparación para otras actividades, que ocurrirán durante el proceso de reposo físico y mental.

Asimismo, libérate de las ideas perniciosas que son cultivadas con intensidad. El hábito de fijarlas crea condicionamientos viciosos que atraen a Entidades semejantes, que se te acercan y explotan tus energías, agotándote y dando comienzo a lamentables procesos de sutiles obsesiones, que se prolongan, normalmente, durante el nuevo día, repitiéndose, exhaustivamente, hasta más allá de la muerte.

Planifica el bien, vitalízalo con la mente, vívelo desde antes de dormirte y tan pronto se dé el fenómeno biológico, Amigos dedicados del mundo espiritual te conducirán a las Regiones Felices, a fin de que te equipes más para las tentativas, donde escucharás preciosas enseñanzas, viviendo momentos de arte, belleza y estímulo, que se podrán reflejar en tus paneles mentales como sueños agradables, confortadores, que te dejarán sensaciones de inefable bienestar.

De la misma forma, cuando eres arrastrado hacia los recintos licenciosos que el pensamiento abriga, el contacto con los seres infelices se transformará en pesadillas incalificables, desgaste y agotamiento, que se manifestarán como irritabilidad, indisposición y otras enfermedades. Los momentos precedentes al sueño son de vital importancia para el período de reposo. Asimismo, no descuides la educación de tu mente, la manutención de los hábitos saludables y los programas edificantes, a fin de que todas tus horas sean provechosas para tu crecimiento interior y una existencia de paz.

Juana de Ángelis

(Página extraída del libro MOMENTOS DE ARMONÍA, psicografiado por Divaldo P. Franco, y traducida por Johnny M. Moix.)

Los sueños

1.Hay quien dice que durante el sueño tenemos contacto con el mundo espiritual. ¿Es posible?

Esa es la realidad demostrada por la Doctrina Espírita. El cuerpo precisa de reposo. El espíritu no. Cuando dormimos, transitamos por el más allá. Por eso se acostumbra decir que el sueño es una sumersión en la eternidad.

2. ¿Los sueños son recuerdos de nuestras actividades en el plano espiritual, durante el sueño?

No siempre. Diríamos que hay tres tipos de sueños: fisiológicos, psicológicos y espirituales, definiendo situaciones diferentes que nos envuelven durante el sueño.

3. ¿Qué es el sueño fisiológico?

Es aquél que dramatiza algo que acontece con nuestro cuerpo. Si hace frío y nos descubrimos, sueño pesado, sin despertar, podremos vernos en un campo de nieve, tiritando de frío. Personas con incontinencia urinaria sueñan que están satisfaciendo esa necesidad fisiológica en tanto mojan la cama.

4. ¿Qué es el sueño psicológico?

Es el que expresa nuestros estados íntimos. En los viejos tiempos, en que no había los recursos de la informática, yo pasaba días y días procurando diferencias en las fichas gráficas de cuentas corrientes, en el Banco de Brasil, donde trabajaba. En la noche siempre me veía, durante las horas de sueño, en la agencia, repitiendo interminables verificaciones. Era la dramatización de aquella preocupación con la cual estaba envuelto.

5. ¿Y el sueño espiritual?

Es el residuo de una actividad desenvuelta por el Espíritu, apartado del cuerpo durante el sueño. Kardec denomina esa situación como «Emancipación del Alma».

6. ¿Cómo podemos saber si un sueño expresa una actividad espiritual o se trata de simple dramatización de situaciones fisiológicas o psicológicas?

Los sueños de carácter fisiológico o psicológico son fugaces, mal delineados. Los sueños espirituales son más nítidos, más claros. Los recordamos mejor. Y un detalle: generalmente son coloridos, lo que no ocurre con las demás formas, que se presentan en blanco y negro.

7. Hay sueños repetitivos. La persona se ve siempre en la misma situación, generalmente, dramática. Se está ahogando, o envuelta en un incendio, o sufriendo un accidente. ¿Tiene algo que ver con el mundo espiritual?

Llámense «recurrentes» los sueños repetitivos. Generalmente implican una experiencia remarcable, en el pasado próximo (en la vida actual) o remoto (en vidas anteriores). En determinadas situaciones, generalmente, cuando la persona pasa por una tensión, ese recuerdo, sepultado en el inconsciente, aflora, dando origen al sueño.

8. Freud concebía que, interpretando los sueños de sus pacientes, podría ayudarlos a vencer traumas y desajustes. ¿Es posible?

Freud estaba en el camino correcto. Le faltó la creencia en la inmortalidad y en la reencarnación para percibir que sueños perturbadores pueden tener origen en influencias espirituales o en reminiscencias de vidas anteriores.

Richard Simonetti
Transcrito de la Revista Internacional de Espiritismo - Octubre, 2003.
La Revista espirita Nº 3

Sueños Proféticos

1.¿Existen sueños proféticos, en que las personas tienen visiones de acontecimientos futuros?
La experiencia dice que sí. La Biblia es un repositorio de experiencias de esa naturaleza. Destacan especialmente los sueños del faraón, interpretados por José, hijo de Jacob, sobre años de abundancia y de escasez que se aproximaban.

2. Los sueños del faraón trataban sobre siete vacas gordas y siete vacas flacas, algo nebuloso. ¿Son así?
Los sueños proféticos implican, generalmente, la intervención de mentores espirituales. Ellos no hablan de forma simbólica, pero la persona lo registra como simbolismo, debido a la dificultad para hacer la transposición de una experiencia extra-cuerpo hacia el cerebro físico.

3. ¿Por qué eso acontece?
Nuestro cerebro tiene registro objetivo apenas para las experiencias que pasan por los cinco sentidos –tacto, gusto, olfato, visión y audición. Esa es una de las razones por las cuales no recordamos nuestras existencias anteriores. Al reencarnar, quedamos dependientes de un cerebro «cero-kilómetro» , sin registros del pretérito. Algo semejante ocurre en relación a nuestras actividades en el plano espiritual, durante el sueño.

4. ¿Es siempre así?
Hay excepciones, envolviendo a personas dotadas de la onirofania, una mediumnidad especial que permite el registro objetivo de las experiencias vividas en el mundo espiritual durante las horas de sueño. Ejemplos típicos son los sueños de José, padre de Jesús, que en varias oportunidades fue orientado durante el sueño por Gabriel, mentor espiritual de elevada jerarquía que lo acompañaba.

5. ¿Puede ocurrir que no se cumpla un sueño premonitorio?
Sí, porque no es raro que «sueños premonitorios» apenas manifiesten una fantasía relacionada con nuestras preocupaciones. Un familiar se va de viaje y, aprensivos, soñamos con un accidente.

6. Cuando ocurre un legítimo sueño premonitorio, ¿fatalmente se concretizará?
No necesariamente. La premonición puede apenas expresar un aviso de la espiritualidad para que seamos cuidadosos. Es como si nuestros mentores avisasen: hay problemas en el camino. Sea prudente. Vaya con cuidado. Recuerdo otra vez a José, padre de Jesús; si él no siguiese las orientaciones de Gabriel, la historia sería diferente.

7. ¿Hay premoniciones que no son meros avisos, sino la anticipación de que algo fatalmente ocurrirá?
Sí, envolviendo situaciones difíciles, dolencias, problemas y hasta la muerte. La literatura psíquica es pródiga en ejemplos de esa naturaleza. El presidente Lincoln soñó que despertaba en plena noche y, dirigiéndose hacia el salón principal de la Casa Blanca, notó que había un velorio. Preguntó a un soldado, que le respondió que era del presidente, que había sido asesinado. Compareciendo a un teatro, en aquel mismo día, Lincoln fue muerto en un atentado.

8. Hay personas que tienen horror a esos sueños, considerándolos de «mal augurio». ¿Al final constituyen un bien o un mal?
Son para bien, si es que la persona se prepara y tiene la convicción de que lo acontecido no fue fruto de circunstancias fortuitas. Era algo programado, envolviendo el rescate de sus débitos kármicos.

Richard Simonetti
Tomado de la Revista Internacional de Espiritismo (Nov. 2003). La Revista espirita Nº7



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