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caroladegoya: 01-¿Y QUÉ COSA ES METAFÍSICA?
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De: marce2057  (Mensaje original) Enviado: 04/10/2010 16:40

¿Y QUÉ COSA ES METAFÍSICA? 
Imagen2.jpg picture by MINI070

Amado hermano: Mi Cristo saluda a tu Cristo.

Vengo a darte la Verdad. Recuerda que Jesús dijo:

“CONOCE LA VERDAD Y ELLA TE HARÁ LIBRE”.

Vengo pues. En nombre de mi Maestro Jesús, a darte libertad.

 

Me replicarás:

- Yo estoy libre, yo ando suelto, ¿de qué vas a liberarme?

 

Te diré:

- Vengo a liberarte de ti mismo. Tu cacareada libertad es sólo una apariencia manifestada en el plano de las apariencias. La verdad es que tú y la mayoría de los que andan por ahí aparentemente sueltos, se hallan prisioneros, y lo triste es que no lo saben. Sí, están prisioneros tras barrotes que no se ven, entre paredes que no son físicas, atados por grillos que no son grillos materiales ni se llevan en los pies sino en la mente. Pero estos barrotes, estos muros, estos grillos, son tan reales como los más fuertes y tangibles que puedes constatar con tus cinco sentidos físicos. Probablemente eres esclavo de un resentimiento, de un complejo, de un temor, te encuentras bajo el imperio de una ambición o quizás la envidia ha clavado en tus entrañas su diente envenenado, o tal vez la soberbia... la avaricia... Quién sabe de cuál o cuáles de estas fieras invisibles, de esos monstruos internos que coartan nuestro libre desenvolvimiento ante nuestros semejantes, eres obediente servidor. Yo vengo a librarte de ellos. Vengo a hacer de ti un ser feliz, desacomplejado, optimista, yo vengo para hacer de ti un triunfador.

 

- ¿Y cómo?- me preguntarás.

- Enseñándote Metafísica, te respondo.

- ¿Y qué cosa es Metafísica?

 

Metafísica es una rama de la filosofía que estudia lo que está más allá de los sentidos físicos. Su mismo nombre, que nos viene del griego, te lo dice:

META= más allá

TA-PRUSIKA= de lo físico.

La Metafísica estudia la verdad.

 

Me dirás:

- Y bien, ¿qué cosa es la Verdad?

La Verdad es lo que permanece, Lo absoluto, lo eterno, lo que no cambia ni perece. En una palabra, La Verdad es lo que muchos llaman Dios, otros Alá, Brahma, Causa única, Gran Arquitecto, el nombre está muy diversificado. Cada quien lo conoce con el apelativo que le enseñaron, pero el verdadero nombre de Dios, dado por Él mismo a los hombres es “Yo Soy”. Si quieres comprobarlo ni tienes más que buscar la Biblia, en el libro llamado Éxodo (Capítulo 3, versículo13) hallarás lo siguiente:

“Y dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros; si ellos me preguntaren ¿cuál es su nombre? ¿qué les responderé?”

Y respondió Dios a Moisés: “Yo Soy El que Soy” y añadió: “Así dirás a los hijos de Israel: “Yo Soy”, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, este es mi memorial para todos los siglos”.


Este nombre que Dios da a Moisés como su nombre para siempre es una afirmación de su existencia. “Yo Soy”. Es decir, “Yo Existo”, “Yo Estoy”, “Yo Permanezco”. Cada una de estas afirmaciones es una afirmación de La Verdad, de lo indestructible, de lo incambiable, de lo imperecedero.


Muchos hermanos que aún no han adquirido el conocimiento de La Verdad afirman enfáticamente: Para mí la verdad es lo que veo con mis ojos y toco con mis manos, todo lo demás es pura fantasía. Y precisamente, lo que ven con sus ojos y tocan con sus manos es lo que viene a resultar pura fantasía, o sea apariencia, algo que se transmuta, que cambia, que no permanece, ya que toda la materia está en perpetuo estado de evolución. Así vemos cómo todo nace, llega a su plenitud, decae y desaparece. No decimos muere, porque lo que llamamos muerte es también pura apariencia. Nada está muerto en el Universo, nada está inmóvil, todo está formado por átomos y aún en la materia aparentemente inerte, el átomo sigue lleno de vida, con su núcleo lleno de luz irradiante, y sus electrones girando vertiginosamente en su derredor.


Cuando acaece eso que llamamos muerte, lo que ocurre en la parte física es la transmutación, es decir, los átomos que componían esa materia empiezan a evolucionar, soltando electrones unos y tomando nuevos electrones otros, con lo que pasan a constituir nuevos cuerpos o materia física. Esto está ampliamente comprobado en el estudio de la química, cuando ocurre lo que se llama reacción de una sustancia que se mezcla con otra para formar una nueva tercera sustancia, lo que ha habido en ese intercambio de electores entre los átomos. En la Naturaleza ni un solo átomo se pierde, solamente se transmuta. Así un poeta dijo:

“LA MATERIA INMORTAL COMO LAS ALMAS, CAMBIA DE FORMAS PERO NUNCA MUERE”.

Y al tratar de hacer un verso dijo una gran verdad. De modo que la muerte física es una apariencia, algo que nuestros 5 sentidos físicos captan hasta donde son capaces de captar lo que sigue “más allá”, es precisamente el objetivo de lo que llamamos estudio esotérico o metafísico.


Cada quien tiene su propia verdad, es decir, cada uno tiene su propio concepto de Dios, el que le han enseñado, el que él se ha forjado, el que él siente. Casi todos, en la infancia, hemos recibido de nuestros padres o institutores una noción acerca de Dios. Se nos dice que  el Creador; que es Omnipotente, terrible, celoso, castigador. Que es un Dios que premia y castiga. Que tiene un cielo, un purgatorio y un infierno; que maneja las enfermedades, los terremotos y toda clase de cataclismos como un látigo con el cual azota a la humanidad o la premia con riquezas, salud y bienestar. Este es un Dios de kindergarten (Jardín de Infantes), un Dios para niños timoratos. Tú puedes ser un niño-adulto o un adulto-niño.


Aquí trataré de enseñarte La Verdad. Si tu alma está preparada para recibirla, tú la asimilarás; si por el contrario tu alma está aún en la infancia, no la aceptarás “todavía”. Tienes necesidad de más evolución para que su conocimiento llegue a ti y puedas captarla. El mismo Jesús lo declara así en la parábola del Sembrador:

“Uno que sembraba, salió a sembrar su simiente; y sembrando, una parte cayó junto al camino y fue hollada; y las aves del cielo se la comieron. Y otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó porque no tenía humedad. Y otra parte cayó entre las espinas; y naciendo las espinas, juntamente, la ahogaron. Y otra parte cayó en buena tierra y cuando fue nacida, llevó fruto a ciento por uno. Diciendo estas cosas, clamaba: El que tiene oídos para oír, oiga”.

Y cuando sus discípulos le preguntaron qué quería decir con esto, les explicó: “La simiente es la palabra de Dios”. (Lucas 8-5, 6, 7, 8 y 11).

La palabra de Dios que, sólo en la tierra que está abonada para recibirla, fructifica.

Cuando tú crees en ese Dios del látigo, soberbio, iracundo, rencoroso y cruel, tienes una imagen distorsionada de Dios, una imagen como la que reflejan esos espejos baratos en los que tu rostro aparece con picos y ondas que tú no tienes. Dios no es eso. Dios es algo mucho más noble, mucho más simple, mucho más bello, mucho más fácil de comprender, si a ello te pones. Dios es amor y nada más que amor. Podemos decir más apropiadamente que Dios es un eterno manantial de bienes. Todo lo existente lo hizo Dios y a Él pertenece. Tú eres su hijo, su heredero; tú tienes derecho a disfrutar con Él y con tus hermanos, de todo lo que hizo para ti y para ellos. Dios no te creó para que fueras desgraciado, ni pobre, ni miserable, ni enfermo, ni feo, ni defectuoso. Esto no sería propio de un Dios bueno. Él te creó para que fueras feliz y libre, con la libertad del aire que va por todas partes dando vida. Para conocer La Verdad tienes que saber que Dios no castiga a nadie, simplemente porque no puede. Nadie puede dar lo que no tiene. Dios sólo produce bien, luego no puede darte mal. Es como si alguien te dijera que la luz va a darte oscuridad. No, la luz siempre alumbrará lo que produce la oscuridad para ti es el obstáculo que se interpone entre la luz y tú; pero la luz, ella. ¡no puede sino lo que es luz! Para recibir la iluminación que da la luz, tú sólo tienes que ponerte en el ángulo justo, en el lugar adecuado, que te permita recibir sus rayos. Pues igual cosa pasa con el bien que Dios irradia. Colócate en la posición justa y recibirás su gracia a plenitud. Él constantemente está derramando hacia nosotros salud, belleza, abundancia, inteligencia, amor... Si tú te colocas en la posición correcta, tú recibirás todo ese bien que llegará a ti naturalmente, sin otro esfuerzo de tu parte que el de estar en el ángulo justo.

Secreto Metafísico de la riqueza 1.

 Piense bien y hagase rico.




    


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