Si crees que sufres un ataque de "mal de ojo" debes realizar tu mismo este ritual, para el necesitarás lo siguiente: un mortero de bronce o marmol con su correspondiente maza, un puñado de ruda cortada a pequeños trozos, un puñado de malva, unas hojitas de tomillo, unas hojitas de laurel, medio vaso de alcohol, un pergamino, un pequeño frasco con tinta virgen de color verde, una pluma de ave y una botella de aceite de mandrágora.

Deposita en el mortero todas las hierbas indicadas anteriormente, utilizando el mazo, pulverizandolas los más finamente posible. Acontinuación utilizando la tinta verde y la pluma de ave, escribe en el pergamino la siguiente oración:

"Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espiritu Santo,

que el mal que alguien me está deseando,

no pueda llegar a mí, y que los mal sanos deseos que ptros seres me producen,

se alejen de mi cuerpo y de mi mente,

y que nunca jamás en mi el mas vuelva a llegar.

Amén".

Seguidamente de escribir esta oración dobla el pergamino en cuatro partes y deposítalo en el mortero, junto a las hierbas. Vierte el alcohol (debe ser lo mas puro posible) sobre las hierbas y el pergamino y enciendelo con una cerilla de madera. Una vez este ardiendo, reza un Padre Nuestro, espera unos momentos a que se acabe de consumir la mezcla y el pergamino y seguidamente vierte sobre los restos, para acabar de apagarlos, el aceite purificador de mandrágora, mientras lo haces, recita lo siguiente:

"Por el ritual que realizo al vaciar esta botella,

pido la celestial bendición para mi persona,

que las malas influencias no me afecten,

que la maldad de mi desaparezca,

y que este sagrado aceite,

purifique para siempre mi persona."

Seguidamente de escribir esta oración dobla el pergamino en cuatro partes y deposítalo en el mortero, junto a las hierbas. Vierte el alcohol (debe ser lo mas puro posible) sobre las hierbas y el pergamino y enciendelo con una cerilla de madera. Una vez este ardiendo, reza un Padre Nuestro, espera unos momentos a que se acabe de consumir la mezcla y el pergamino y seguidamente vierte sobre los restos, para acabar de apagarlos, el aceite purificador de mandrágora, mientras lo haces, recita lo siguiente:

"Por el ritual que realizo al vaciar esta botella,

pido la celestial bendición para mi persona,

que las malas influencias no me afecten,

que la maldad de mi desaparezca,

y que este sagrado aceite,

purifique para siempre mi persona."

Deja que el aceite impregne todos los restos que todavia no se han quemado y tiralo todo al retrete. Tira de la cadena para que el agua arrastre todas las impurezas. A continuación espolvorea dentro del retrete un puñado de sal para potenciar el efecto purificador.