Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
¡ Feliz Cumpleaños t-maria2 !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Herramientas
 
General: LA IZQUIERDA ES REACCIONARIA / CARLOS SEMPRÚ MAURA
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: IGNACIOAL  (Mensaje original) Enviado: 14/12/2010 19:37
La Izquierda es Reaccionaria
 
http://2.bp.blogspot.com/_vSIXvmkhgrc/ScvdGiNm6aI/AAAAAAAABo4/s41Ykptn3jw/s400/Carlos+semprun.jpg   
 
CARLOS SEMPRÚM MAURA

Carlos Semprún Maura nació en 1926 en Madrid. Militó en el Partido Comunista de España y, posteriormente, en Acción Comunista. Siguió en posiciones izquierdistas hasta el comienzo del nuevo milenio. Este escritor, periodista e historiador, fue uno de los primeros colaboradores de Libertad Digital y, desde entonces, una de sus firmas habituales.
 

Antaño, o sea el pasado siglo XIX y principios del XX, la división entre izquierda y derecha representaba de manera simplista, pero no radicalmente falsa, el enfrentamiento entre pobres y ricos, trabajadores y patronos, proletariado y burguesía. Las cosas, evidentemente eran, y desde siempre, más complejas y por ejemplo en Prusia, gracias a Bismarck, se invento el primer conato de lo que hoy es la Seguridad Social así como toda una serie de ventajas sociales, salarios, alojamiento para los obreros, etc, que formaban parte de las reivindicaciones sindicales y social-democráticas. Y Bismarck puede perfectamente calificarse como hombre de derechas, nacionalista y guerrero. En la orilla opuesta, la tendencia prepotente del movimiento obrero, la marxista, y luego la marxista-leninista, en nombre del proletariado y utilizando muy hábilmente sus humillaciones y sus anhelos de bienestar, y hasta su rebeldía, ante condiciones de vida y trabajo, efectivamente durísimas, llegaron a crear en medio mundo un sistema totalitario en el que los ciudadanos no sólo estaban totalmente sometidos al partido-Estado, sino que vivían infinitamente peor que en los países capitalistas. Pero durante decenios esta evidencia fue ocultada y negada. La leyenda se había instalado en las mentes, se había convertido en dogma; la URSS y los demás países comunistas podían cometer "errores" y hasta crímenes, seguían representando simbólicamente la victoria de los explotados contra la explotación, y por lo tanto la justicia y el Bien. ¿Dónde se situaba el terror, el Gulag, las docenas de millones de víctimas en esa "Liberación"? En ningún sitio, se negaban los hechos sencillamente. Yo he oído mil veces el argumento siguiente: exageran mucho las cifras de víctimas de deportados, pero bueno, admitamos que algo de eso existió, pero era necesario y se justificaba.

¿Por qué? Porque eran contrarrevolucionarios. Desde la "Gran Revolución Francesa", y en el mundo entero, existe el convencimiento de que si el terror es de izquierdas, es justo y hasta bondadoso; si es de derechas, no solo injusto, criminal. Trotski, en su humilde folleto "La Revolución Traicionada"(1938), convertido en bestseller, ya que ha sido plagiado hasta por gentes que no le han leído, si criticaba a la URSS comparando, tal vez por primera vez, la burocracia política soviética a la nazi, afirmaba, sin embargo, que las bases del sistema eran sanas, socialistas, y por lo tanto, lo que necesitaba la URSS era una revolución política (un cambio de dirigentes) y no una revolución global: política, económica, social, cultural. ¿Por qué? Sencillamente porque no se había restablecido la propiedad privada. Este dogma marxista fundamental, totalmente erróneo como se ha visto, perdura hasta en las páginas de "El País" o en la social-burocracia francesa, pongamos.

Saltando, como un tigre por un aro ardiendo en un circo, sobre las guerras, los desastres, los campos de concentración y los millones de víctimas inocentes del siglo recién concluido, para hablar de hoy someramente resulta evidente que la izquierda, entendida como movimiento obrero, si tuvo desde su nacimiento aspectos intolerantes, dogmáticos, fanáticos, y si en lo esencial su sector revolucionario se convirtió en totalitarismo, también tuvo hace bastantes años aspectos positivos en cuanto a sus reivindicaciones sociales. Todo esto ha muerto. Hasta sociológicamente: los partidos calificados de izquierda hoy y hasta los sindicatos "obreros" (Fidalgo que yo sepa es médico y no metalúrgico) no cuentan con ningún obrero en sus órganos dirigentes. Basta con ver la profesión de los delegados a los congresos del PSOE, o la de los diputados de la izquierda "plural" en Francia, por ejemplo, para constatar la desaparición absoluta de los obreros. Las profesiones más representadas en estos y otros ámbitos de la representatividad de la izquierda son abogados, funcionarios y profesores; ni siquiera maestros, los cuales tuvieron sus horas de gloria en las luchas de la izquierda, cuando existía.

Yo no soy "obrerista", en el sentido de considerar que un obrero, por serlo, es más honesto, abnegado, incluso revolucionario, que un artesano o un profesor, pero resulta sistemático que los "representantes de la clase obrera" no tengan ni la más remota idea de lo que representa el trabajo manual o la huelga. Pero, aún peor, no sólo han desaparecido los obreros, también han desaparecido los militares. Aquellos voluntarios benévolos, a menudo fanáticos como hinchas futbolísticos, con su abnegación a la vez que intolerancia han desaparecido, sustituidos por funcionarios asalariados.

Antes daban sus horas libres y pagaban sus cuotas, hoy reciben sus sueldos y esperan las ordenes del jefe. Y además, contra toda ética democrática, los estados les subvencionan, con lo cual son a la vez funcionarios de partidos o sindicatos y funcionarios del Estado. Un aquelarre.
En la Europa actual, los gobiernos de izquierda o de derecha, reivindicando casi todos el "centro", apenas si se diferencian salvo en cuestiones de matiz que pueden, desde luego, ser importantes: más o menos impuestos, más o menos reglamentos en el mundo económico y laboral, más o menos privatizaciones, más o menos Estado, más o menos Europa, etc. Esto, afortunadamente, poco tiene que ver con los trágicos dilemas del siglo pasado: guerra o paz, revolución o contrarrevolución, democracia o totalitarismo. Está visto que los gobiernos del centro derecha son muchas veces más de izquierdas que los de centroizquierda, entendiendo por "izquierda" lo que fue: más progreso, más libertad individual, mayor bienestar y, desde luego, menos Estado. Un ejemplo sencillo: en el reciente enfrentamiento electoral PSOE/PC contra PP, la victoria de este constituye una victoria de las "fuerzas de progreso".

¿No me van a decir que Almunia y Frutos constituían el progreso moderno frente a Aznar, Rato y demás? Todo se puede decir, claro, y se ha dicho, pero me parece absurdo porque la izquierda tradicional, convertida en social-burocracia, si ha conquistado importantes feudos electorales, sindicales, en las burocracias estatales, los servicios públicos y la enseñanza en Europa (y en España, además en el Poder Judicial), les han convertido en fortalezas conservadoras que se resisten con uñas y dientes a toda evolución, a toda reforma por esencial que sea, por temor a perder sus privilegios evidentes frente a los parados, los marginados, los excluidos y los inmigrantes. Su sacralización del Estado todopoderoso constituye el freno más conservador bajo sus oropeles históricos a la autonomía de los individuos y al desarrollo económico y cultural de las sociedades tan desprovistos de libertad. Y en cuanto a la ultra izquierda, no hablemos, se ha convertido en una vociferante minoría ultra reaccionaria, con sus exponentes milenarios y su odio al progreso científico como industrial, en una palabra a la modernidad. Terminaré citando al conservador británico Michael Portillo: "(...) Si eres un liberal en lo económico también deberíamos serlo en lo social. No corresponde al Gobierno decir a la gente cómo debe vivir su vida". Pues ¿qué Gobierno no pretende dirigir nuestras vidas? En una palabra, la revolución será liberal o no será...

http://www.libertaddigital.com/ilustracion_liberal/articulo.php/180



Primer  Anterior  2 a 3 de 3  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: IGNACIOAL Enviado: 14/12/2010 19:43
"En cuanto a la ultra izquierda, no hablemos, se ha convertido en una vociferante minoría ultra reaccionaria, con sus exponentes milenarios y su odio al progreso científico como industrial, en una palabra a la modernidad ".
 
CARLOS SEMPRÚN MAURA .

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 14/12/2010 19:45

eduardo galeano

 
 
 
 
con la tecnología de
 
 

jueves 8 de mayo de 2008

Entre la derecha y la “izquierda” española, ¿qué los diferencia?

 

 Cuando los miras bien te das cuenta que son los mismos.

En ese país algunos llaman “España” hay algo que no funciona. Tienen a un presidente que se dice de izquierdas y que curiosamente lleva y hace políticas de la extrema derecha, y si no la hace, las continúa. Cuanto más tiempo pasas en este país te das cuenta que la derecha e izquierda se parecen mucho, y, cuando más te informas y escudriñas en sus programas electorales y sus políticas, no sabes a ciencia cierta el programa del partido que lees.

Dos ejemplos por no poner muchos más. El primero la represión política en el País Vasco; las ilegalizaciones que inició el partido de la derecha española, la siguen los que se dicen de izquierdas, no se diferencian en nada. El partido de la derecha cerró periódicos, ilegalizó un partidos políticos y encarceló a todos sus dirigentes. Y ¿el que se dice de izquierda? Ilegaliza partidos, movimientos sociales y encarcela casi a toda la dirigencia de un partido político. ¡Qué coincidencia! si parece que me repito entre líneas.

Pero, para que veamos que no sólo en esto se parecen, segundo ejemplo; El partido de la derecha cuando estuvo en el poder elaboraron una ley de extranjería donde entre sus artículos prohíben a los migrantes; derecho a sindicalizarse y les prohíbe, cuando llevan un tiempo viviendo sin sus familiares más cercanos, al reagrupamiento familiar.

Muchas personas que trabajan con este sector - cada vez más amplio y diverso - creyeron que una vez ese partido que se dice de izquierdas, ganara las elecciones del 2003, la cosa iba a cambiar. Cambios nimios por no decir que no los hubo. Tras la última reforma de la Ley de Extranjería, realizada por el gobierno Zapatero y en la que se contempló un proceso de regularización extraordinaria de inmigrantes, las situaciones de arraigo laboral y social, así como el llamado contingente laboral son las únicas vías legales de entrada y permanencia de extranjeros no comunitarios en el territorio español.

Sin embargo en el meollo de dicha ley, y, que es el quid del tema en cuestión, sigue, a todas luces, vulnerando derechos de las personas migradas. No se ha cambiado nada, ni una coma. Aunque ha habido fallos de sus cortes españolas donde le dicen que la esa ley vulnera derechos de los migrantes. El partido que hoy está en el gobierno no la cambia ni la piensa cambiar. Es más, en estos días los estados miembros de la unión europea están consensuando una política común contra los migrantes que residen de forma “ilegal”, que son un porcentaje aproximado de ocho millones. Ya hay una propuesta del Presidente de Italia, de la extrema derecha que junto a su homólogo Francés (también de la extrema derecha) y por si nos quedaba alguna duda de que el partido socialista “obrero” “español” no se diferencia en nada a la derecha, estos últimos apoyan la propuesta de susodichos presidentes. Y ¿Qué es lo que el Sr Zapatero y su gobierno secunda en dicha propuesta?:

  1. La ampliación a un periodo máximo de internamiento de las personas inmigrantes en razón de haber cometido una infracción administrativa de estancia irregular en el territorio europeo, hasta 18 meses.
  2. Certifica que ante la falta de centros de internamiento puedan ser ingresadas en prisiones aunque se encuentren en módulos separados.
  3. La prohibición de los expulsados de volver a la UE en un periodo de cinco años. Esta es una de las medidas que ya aplican en el Estado Español.
  4. Prevé el internamiento de menores de edad.

En fin, las cosas por más que las adornen, por más que quieran parecer distintos en cuanto a planteamientos políticos, ideológicos, y de humanidad, no los vamos a encontrar. Habrá que buscar esas diferencias entre esos partidos que se dicen de izquierdas y los de la derecha más xenófoba y racista, y esas diferencias habrá que buscarlas con lupa. Y si hay alguna no la veo con claridad pero si algún ducho en estos temas encuentra alguna que nos la comparta.

 


 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados