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General: COLOMBIA Y EL EJERCITO DE BOLIVAR
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 27/12/2010 19:09
  Simón Bolívar Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
 
 
Simón Bolívar, el Libertador (1) Manuel Pérez Vila

Descendiente de una familia de origen vasco que se hallaba establecida en Venezuela desde fines del siglo XVI, y ocupaba en la Provincia una destacada posición económica y social, Simón Bolívar nació en la ciudad de Caracas el 24 de julio de 1783. Sus padres fueron el Coronel don Juan Vicente Bolívar y Ponte, y doña Concepción Palacios Blanco. Tenía tres hermanos mayores que él -María Antonia, Juana y Juan Vicente- y hubo otra niña, María del Carmen, que murió al nacer. Antes de cumplir tres años, Simón perdió a su padre, fallecido en enero de 1786. La educación de los niños corrió a cargo de la madre, mujer de fina sensibilidad, pero también capaz de administrar los cuantiosos bienes que poseía la familia. Además de la herencia paterna, Simón era titular de un rico mayorazgo, instituido para él en 1785 por el Presbítero Juan Félix Jerez y Aristaguieta.

Caracas en el siglo XVIII En su ciudad natal transcurrieron sus primeros años, con ocasionales viajes a las haciendas que la familia poseía en los Valles de Aragua. En 1792 falleció doña Concepción. María Antonia y Juana contrajeron matrimonio bien pronto, y los dos varones de la familia, Juan Vicente y Simón, siguieron viviendo con el abuelo materno, don Feliciano Palacios, tutor de ambos. La casona de la familia daba al frente a la plazuela de San Jacinto, en pleno centro de la ciudad. Al morir el abuelo, Simón quedó al cuidado de su tío y tutor Carlos Palacios. En julio de 1795, cuando cumplía 12 años, sufrió una crisis muy propia de la primera adolescencia: huyó del lado de su tío, para acogerse a la casa de su hermana María Antonia y de su marido, hacia quienes sentía mayor afinidad afectiva. A consecuencia de estos hechos, que pronto se arreglaron favorablemente, Simón Bolívar pasó algunos meses como interno en la casa de don Simón Rodríguez (1771-1854), nacido también en Caracas, quien regentaba entonces la Escuela de primeras letras de la ciudad. Entre aquel genial pedagogo y reformador social y el niño Simón Bolívar, se estableció pronto una corriente de mutua comprensión y simpatía, que duraría tanto como sus vidas. Rodríguez se marchó de Caracas en 1797. Antes y después de ser alumno suyo, tuvo Bolívar otros maestros en Caracas, entre los cuales se cita a Carrasco y a Vides, quienes le dieron lecciones de escritura y de aritmética, a Fray Jesús Nazareno Zidardia, al Presbítero José Antonio Negrete, profesor de Historia y de Religión, y a Guillermo Pelgrón, preceptor de latinidad. Recibió también lecciones particulares de Historia y de Geografía que le dio don Andrés Bello (1781-1865), quien atesoraba ya en su juventud el caudal de conocimientos que habría de conducirlo con el tiempo a ser el primer humanista de América.

Simón Bolívar en el ejército La vocación de Bolívar era el ejercicio de las armas. En enero de 1797, ingresó como cadete en el Batallón de Milicias de Blancos de los Valles de Aragua, del cual había sido Coronel años atrás su propio padre. No tenía aún 14 años cumplidos. En julio del año siguiente, cuando fue ascendido a Subteniente, se anotaba en su hoja de servicios: «Valor: conocido; aplicación: sobresaliente». El adiestramiento práctico en los deberes militares lo combinaba Bolívar con el aprendizaje teórico de materias consideradas entonces la base de la formación castrense: las matemáticas, el dibujo topográfico, la física, etc., que aprendió en la Academia establecida en la propia casa de Bolívar por el sabio Capuchino Fray Francisco de Andújar desde mediados de 1798, y a la cual asistían también varios amigos de Simón.

A comienzos de 1799, viajó a España. En Madrid, bajo la dirección de sus tíos Esteban y Pedro Palacios y la rectoría moral e intelectual del sabio Marqués de Ustáriz, se entregó con pasión al estudio. Recibió allí la educación propia de un gentilhombre que se destinaba al mundo y al ejercicio de las armas: amplió sus conocimientos de historia, de literatura clásica y moderna, y de matemáticas, inició el estudio del francés, y aprendió también la esgrima y el baile, haciendo en todo rápidos progresos. La frecuentación de tertulias y salones pulió su espíritu, enriqueció su idioma, y le dio mayor aplomo. En Madrid conoció a María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, de quien se enamoró. A fines de 1800 pensaba en constituir un hogar, asegurarse descendencia, y regresar a su país, para atender al fomento de sus propiedades. Hubo un compás de espera: en la primavera de 1801 viajó a Bilbao, donde permaneció casi todo el resto del año. Hizo luego un breve recorrido por Francia que le condujo hasta París y Amiens. En mayo de 1802 estaba de nuevo en Madrid, donde contrajo matrimonio, el día 26, con María Teresa. Los jóvenes esposos viajaron a Venezuela, pero poco duró la felicidad de Simón. María Teresa murió en enero de 1803. El joven viudo regresó a Europa a fines de ese mismo año, pasó por Cádiz y Madrid, y se estableció en París desde la primavera de 1804.

Casa de Bolívar en París En la capital del naciente Imperio Francés los placeres de una vida social, mundana, y los estímulos de orden intelectual, comparten la atención de Bolívar, no menos que el espectáculo fascinante de una Europa en plena ebullición política. Frecuenta teatro, tertulias y salones, donde conoce a bellas mujeres, pero trata igualmente a sabios como Alejandro de Humboldt y Amado Bonpland, y asiste a las conferencias y a los cursos libres de estudios donde se divulgan los conocimientos y las teorías más recientes. En esta época de su vida se entrega con pasión a la lectura. Se ha encontrado de nuevo con Simón Rodríguez, cuyo saber y cuya experiencia hacen de él un extraordinario compañero de conversaciones, lecturas y viajes. Van juntos a Italia, y cruzan a pie la Saboya. En Roma, un día de agosto de 1805, en el Monte Sacro, Bolívar jura en presencia de su maestro no dar descanso a su brazo ni reposo a su alma hasta que haya logrado libertar al mundo Hispanoamericano de la tutela española. De nuevo se separan Bolívar y Rodríguez. El primero, poco más tarde, asciende al Vesubio en compañía del Barón de Humboldt y de otros científicos. Bolívar regresa a París, en donde se afilia a una logia masónica. A fines de 1806, conocedor de los intentos realizados por el Precursor Miranda en Venezuela, Bolívar considera que ha llegado el momento de volver a su patria. Se embarca en un buque neutral que toca en Charleston en enero de 1807; recorre una parte de los Estados Unidos, y regresa a Venezuela a mediados del mismo año.

Vive ahora como un joven aristócrata, atento al fomento de sus haciendas, y en 1808 sostiene un sonado pleito con Antonio Nicolás Briceño por los linderos de una de ellas; pero piensa siempre en el porvenir del país. En las reuniones que él y su hermano Juan Vicente celebran con sus amigos en la quinta de recreo que poseen en Caracas a orillas del río Guaire, se habla de literatura, pero también se hacen planes para la Independencia de Venezuela.



Guaira Llega el 19 de abril de 1810. La Junta establecida ese día nombra a Bolívar, en compañía de Luis López Méndez y de Andrés Bello, comisionado ante el Gobierno Británico. Cumplida su misión, Bolívar regresa de Londres a fines del mismo año. En Inglaterra ha visto el funcionamiento práctico de las instituciones. En el seno de la Sociedad Patriótica de Caracas es uno de los más ardientes abogados de la Independencia, que el Congreso proclama el 5 de julio de 1811. Bolívar se incorpora al Ejército, y con el grado de Coronel contribuye en 1811, bajo las órdenes de Miranda, al sometimiento de Valencia. En 1812, a pesar de grandes esfuerzos, no logra evitar que la plaza de Puerto Cabello, de la cual era comandante, caiga en poder de las fuerzas realistas por una traición. A mediados de 1812, el General Miranda capitula ante el jefe español Domingo de Monteverde. En el puerto de La Guaira un grupo de oficiales jóvenes, entre los cuales figura Bolívar, deseosos de continuar la lucha, arrestan al infortunado Precursor. Pero todos los esfuerzos son inútiles. Bolívar logra salvarse gracias a la hidalguía de un amigo suyo, don Francisco Iturbe, quien obtiene un pasaporte para él. Se traslada a Curazao, y luego a Cartagena de Indias, donde redacta y publica su «Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño», uno de los escritos fundamentales, en el cual expone ya su credo político, así como los principios que habrán de guiar su acción en los años futuros.

Batalla de Araure Comienzan entonces sus fulgurantes campañas militares, en las cuales alternarán victorias y reveses hasta 1818, y a partir del año siguiente predominarán los triunfos. A la cabeza de un pequeño ejército, limpia de enemigos las márgenes del río Magdalena, toma en febrero de 1813 la Villa de Cúcuta, e inicia en mayo la liberación de Venezuela. La serie de combates y de hábiles maniobras que en tres meses le condujeron vencedor desde la frontera del Táchira hasta Caracas, a donde entró el 6 de agosto, merecen en verdad el nombre de Campaña Admirable con que se les conoce. A su paso por Trujillo, en junio, había dictado el Decreto de Guerra a Muerte, con el objeto de afirmar el incipiente sentimiento nacional de los venezolanos. Poco antes, a su paso por la ciudad de Mérida, los pueblos le habían aclamado Libertador, título que le confieren solemnemente en octubre de 1813 la Municipalidad y el pueblo de Caracas, y con el cual habrá de pasar a la historia.

Bolívar luchandoEl período que va de agosto de 1813 a julio de 1814, la Segunda República, es en verdad el Año Terrible de la Historia de Venezuela. La Guerra a Muerte hace furor, y los combates y batallas indecisos, afortunados o perdidos, se suceden unos a otros con gran rapidez. A pesar de victorias como la de Araure, la de Bocachica, o la primera batalla de Carabobo, y de resistencias tan heroicas como la del campo atrincherado de San Mateo y de la ciudad de Valencia, tanto Bolívar como el General Santiago Mariño (quien había libertado antes el Oriente del país) se ven obligados a ceder ante el número de los adversarios, cuyo principal caudillo es el realista José Tomás Boves. Éste triunfa en la Batalla de La Puerta (junio de 1814), y los patriotas se ven en la necesidad de evacuar la ciudad de Caracas. Se produce una gran emigración hacia el Oriente del país. Allí, Bolívar y Mariño ven su autoridad desconocida por sus propios compañeros de armas. El Libertador halla de nuevo fraterno asilo en la Nueva Granada, donde interviene con varia suerte en las contiendas políticas internas y logra que la ciudad de Bogotá se incorpore a las Provincias Unidas. En mayo de 1815, hallándose frente a Cartagena, Bolívar abandona el mando para evitar el estallido de la guerra civil.

Aislado en Jamaica desde mayo hasta diciembre de 1815, aguarda impaciente el momento de intervenir de nuevo en la lucha. Mientras tanto, medita acerca del destino de Hispanoamérica y redacta en septiembre la célebre Carta de Jamaica, donde abraza con penetrante comprensión y con visión profética el pasado, el presente y el porvenir del Continente.

Mientras que la derrota de Napoleón en Europa, y la llegada a Venezuela de un poderoso ejército español que manda el General Pablo Morillo, infunden nuevos ánimos a los partidarios de la causa realista, Bolívar se traslada a la República de Haití, en busca de recursos para continuar la lucha. El Presidente de aquel Estado, Alejandro Petión, se los proporciona con magnanimidad. Pronto sale de Los Cayos una expedición al mando de Bolívar, que llega en mayo de 1816 a la Isla de Margarita y pasa poco después al Continente. Carúpano es tomado por asalto, y ahí da Bolívar, el 2 de junio, un decreto que concede la libertad a los esclavos, el cual ratificará poco después. La expedición pasa luego al puerto de Ocumare de la Costa, en donde Bolívar se ve separado accidentalmente del grueso de sus fuerzas, y debe embarcarse de nuevo. Regresa a Haití, en donde organiza una segunda expedición que llega a la Isla de Margarita a fines del año. A comienzos de 1817 Bolívar se halla en Barcelona. Su objetivo es apoderarse de la Provincia de Guayana, y hacer de ella la base para la liberación definitiva de Venezuela. En julio, la capital de aquella Provincia, Angostura (hoy Ciudad Bolívar), es tomada por los patriotas. Se organiza de nuevo el Estado. Bolívar crea el Consejo de Estado, el Consejo de Gobierno, el Consejo Superior de Guerra, la Alta Corte de Justicia, el Tribunal del Consulado, y se preocupa por establecer un periódico (que aparecerá en junio de 1818), el «Correo de Orinoco». Entre tanto, tiene que luchar no sólo contra los españoles sino también contra la anarquía que se había insinuado en su propio campo: en octubre de 1817, tras un juicio militar, el General Manuel Piar, uno de los principales jefes republicanos, es fusilado en Angostura. Hacia esos mismos días, el Libertador dicta la «Ley de Repartición de Bienes Nacionales», que habrá de contribuir a fortalecer el sentimiento patriótico.

En 1818 la campaña del Centro se inicia bajo favorables auspicios, pues el Libertador logra sorprender en la ciudad de Calabozo al general realista Morillo, pero los republicanos son derrotados en el sitio de Semén. Días después, en el Rincón de los Toros, Bolívar está a punto de morir a manos de una patrulla realista, en plena noche. El 5 de junio está de nuevo en Angostura. Llegan entonces un Agente Diplomático de los Estados Unidos y un gran número de voluntarios europeos.

Angostura El Segundo Congreso de Venezuela, convocado por Bolívar, se reúne en Angostura el 15 de febrero de 1819. Ante él pronuncia un Discurso que es uno de los documentos fundamentales de su ideario político. Le presenta, también, un proyecto de Constitución. Poco después emprende la campaña que habrá de libertar a la Nueva Granada. El ejército tramonta los Andes por el inhóspito páramo de Pisba, y tras los cruentos combates, en julio de 1819, de Gámeza y del Pantano de Vargas, obtiene un triunfo decisivo en la batalla de Boyacá, el 7 de agosto. Días después Bolívar entra en Bogotá. Dejando organizadas las provincias de la Nueva Granada bajo el mando del General Santander, el Libertador regresa a Angostura, donde el Congreso, a propuesta suya, expide la Ley Fundamental de la República de Colombia en diciembre de 1819. Este gran Estado, creación del Libertador, comprendía las actuales repúblicas de Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá.

Tratado de Regularizacion de la GuerraA estos acontecimientos que habían fortalecido la causa republicana, vino a sumarse la Revolución Liberal que estalló en España en enero de 1820. La situación ha cambiado. En todas partes los ejércitos de la República obtienen ventajas. Cartagena es sitiada, Mérida y Trujillo libertadas. El nuevo Gobierno español intenta llegar a un acuerdo pacífico con los patriotas. Los comisionados de ambas partes firman en Trujillo, en noviembre de 1820, un Tratado de Armisticio y otro de Regularización de la Guerra. El Libertador y el General Morillo se entrevistan en el Pueblo de Santa Ana. Algunos meses después, expirado el Armisticio, los ejércitos republicanos se ponen en marcha hacia Caracas. El 24 de junio de 1821, en la Sabana de Carabobo, Bolívar da una batalla que decide definitivamente la independencia de Venezuela. Los restos del Ejército Realista se refugian en Puerto Cabello, que caerá en 1823. El Libertador entra triunfador en su ciudad natal en medio de la alegría de sus conciudadanos. Batalla de Carabobo

Vuelve ahora la mirada hacia el Ecuador, dominado todavía por los españoles. Por Maracaibo se dirige a Cúcuta, en donde se halla reunido el Congreso, y de allí a Bogotá. En 1822 dos ejércitos patriotas tratan de libertar a Quito: Bolívar conduce el del Norte, y el General Antonio José de Sucre el del Sur partiendo de Guayaquil. La acción de Bomboná, dada por Bolívar en abril, quebranta la resistencia de los pastusos, mientras que la batalla de Pichincha, ganada por Sucre el 24 de mayo, liberta definitivamente al Ecuador, que queda integrado a la gran República de Colombia. En Quito Bolívar conoce a Manuela Sáenz, el gran amor de los últimos años de su vida. El 11 de julio Bolívar se halla en Guayaquil, en donde desembarca el día 25 el General José de San Martín, procedente del Perú. Allí se abrazan y se entrevistan los dos ilustres capitanes de la Independencia Suramericana. Lo que conferenciaron en privado, consta en los documentos auténticos emanados de Bolívar y de su Secretaría General. El objetivo principal del General San Martín, que era negociar sobre el destino futuro de Guayaquil, no pudo realizarse, puesto que la Provincia se había incorporado ya a la República de la Gran Colombia. A mediados de 1823 la situación político-militar del Perú se había deteriorado muchísimo. Llamado por el Congreso y por el pueblo de aquella Nación, el Libertador se embarcó en Guayaquil el 7 de agosto y llegó a comienzos de septiembre al Callao. La anarquía reinaba entre los patriotas. Bolívar, facultado únicamente para dirigir las operaciones militares, se dedicó con tesón a reorganizar el ejército, dándole como núcleo central los cuerpos que le habían acompañado desde Guayaquil. En enero de 1824 Bolívar se hallaba enfermo de cuidado en Pativilca, en la Costa del Perú, donde recibió la noticia de que la guarnición del Callao se había pasado a los realistas. Ante tantas dificultades, su indomable espíritu se manifestó en su exclamación famosa: «¡Triunfar!».

Lima cae en manos de los realistas, pero el Congreso del Perú, antes de disolverse, nombra a Bolívar Dictador -como en la antigua República Romana- con facultades ilimitadas para salvar al país. Él acepta serenamente tan tremenda responsabilidad. Retirado a Trujillo, trabaja infatigablemente; su genio y su fe en el destino de América operan el milagro. Emprende la ofensiva, y el 7 de agosto de 1824, en Junín, derrota al Ejército Real del Perú. La campaña continúa, y mientras Bolívar entra en Lima y restablece el sitio del Callao, el General Sucre, en Ayacucho, pone el sello definitivo a la libertad americana el 9 de diciembre de 1824. Dos días antes, desde Lima, Bolívar había dirigido a los gobiernos de Hispanoamérica una invitación para enviar sus plenipotenciarios al Congreso que habría de reunirse en Panamá, el cual efectivamente se celebró en junio de 1826.

Ha terminado la fase militar de la Independencia. El 10 de febrero de 1825, ante el Congreso Peruano reunido en Lima, Bolívar renuncia los poderes ilimitados que le habían sido conferidos. Dos días más tarde aquel cuerpo decreta honores y recompensas al Ejército y al Libertador, pero éste no acepta el millón de pesos que se le ofrecían particularmente. Sale luego de la capital para visitar a Arequipa, El Cuzco y las provincias que entonces se llamaban del Alto Perú. Éstas se constituyen en Nación, y lo hacen bajo la égida del héroe: «República Bolívar», se llamó la que hoy conocemos con el nombre de Bolivia. Para el Nuevo Estado Bolívar redacta en 1826 un Proyecto de Constitución en el cual están expresadas sus ideas para la consolidación del orden y la independencia de los países recién emancipados.

Páez Entretanto, una Revolución acaudillada por el General Páez «La Cosiata» ha estallado en Venezuela contra el Gobierno de Bogotá, en abril de 1826. Bolívar regresa a Caracas y logra restablecer la paz a comienzos de 1827. Sin embargo, las fuerzas de disociación predominan sobre las tendencias aglutinadoras. Bolívar se distancia más y más, política y personalmente, del Vicepresidente Santander, hasta que sobreviene la ruptura total. El 4 de julio de 1827 Bolívar sale por última vez de Caracas, se embarca en La Guaira, y por la vía de Cartagena llega a Bogotá. Allí, el 10 de septiembre, presta ante el Congreso juramento como Presidente de la República.

Proclama-Manuscrito de la Convención de Ocaña La Convención Nacional reunida en Ocaña en 1828 se disuelve sin que los diversos partidos hayan logrado ponerse de acuerdo. Bolívar, aclamado Dictador, escapa en Bogotá, en septiembre de aquel año, a un atentado contra su vida; poco después ha de ponerse en campaña para enfrentarse a las fuerzas del Perú que han penetrado en el Ecuador, en donde permanece durante casi todo el año de 1829. A pesar de estar enfermo y de sentirse cansado, lucha por salvar su obra. A comienzos de 1830 vuelve a Bogotá para instalar el Congreso Constituyente. Venezuela se agita de nuevo y se proclama Estado Independiente. En la Nueva Granada la oposición crece y se fortalece. El Libertador, cada vez más enfermo, renuncia a la Presidencia y emprende viaje hacia la Costa. La noticia del asesinato de Sucre, que recibe en Cartagena, le afecta profundamente. Piensa marchar a Europa, pero la muerte le sorprende en San Pedro Alejandrino, una hacienda situada en las cercanías de Santa Marta, el 17 de diciembre de 1830. Bolívar y SucreDías antes, el 10, había dirigido a sus compatriotas su última proclama, que es su testamento político.

Restos del LibertadorSobresalió entre sus contemporáneos por sus talentos, su inteligencia, su voluntad y abnegación, cualidades que puso íntegramente al servicio de una grande y noble empresa: la de libertar y organizar para la vida civil a muchas naciones que hoy ven en él a un Padre. Sus restos mortales, traídos a Venezuela con gran pompa en 1842, reposan hoy en el Panteón Nacional.



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De: Ruben1919 Enviado: 27/12/2010 19:25

Historia Del Ejercito De Colombia

Historia Del Ejercito De Colombia

HISTORIA DEL
EJERCITO NACIONAL DE COLOMBIA

Los antecedentes del Ejército Nacional de Colombia, se remontan a las décadas de 1770 y 1780 con el Ejército comunero surgido en tierras de los actuales departamentos de Santander y Norte de Santander , llamada también región de los Santanderes. Luego de las capitulaciones de Zipaquirá de 1781, sus comandantes fueron traicionados, fusilados, sus cuerpos mutilados y esparcidos sus miembros.3
Luego de los acontecimientos del 20 de julio de 1810, la Junta suprema recién creada, anuncia la creación Batallón Voluntarios de Guardias Nacionales compuesto por infantería y caballería, al mando del Teniente Coronel Antonio Baraya.4
De 1810-1816 la nación se sumerge en disputas entre Federalistas y Centralistas, lo cual aprovecha la corona española para emprender su reconquista, y para este fin envía a Pablo Morillo. Luego viene la campaña libertadora al mando de Simón Bolívar, que culmina con la Batalla de Boyacá el 7 de agosto de 1819 , la cual consolida la independencia de la Nueva Granada.
Luego de la independencia se formó la Gran Colombia, durante este período el Ejército se enfrentó a Perú, venciéndolo el 27 de febrero de 1829 en la Batalla del Portete de Tarqui. La Gran Colombia contaba para mediados de los años 1820 con un ejército de 25.000 a 30.000 hombres, de los cuales alrededor de la mitad eran tropas regulares y el resto milicias.5 La calidad de los soldados colombianos variaban: desde veteranos con años en servicio en unidades élite como el batallón Voltígeros, los Bravos de Apure, el batallón Albión; a unidades mal apertrechadas y mal entrenadas que participaban en labores como milicias y guerrillas.

Durante el siglo XIX, el país se vio inmerso en innumerables conflictos internos entre Federalistas (liberales) y Centralistas (Conservadores), esto no permitió un avance significativo del Ejército, ya que sus oficiales no eran suficientemente técnicos

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De: Ruben1919 Enviado: 27/12/2010 19:30
Centro de Estudios Históricos del Ejército Historia del Ejército Nacional de Colombia

Historia del Ejército Nacional de Colombia

Historia del Ejército Nacional de Colombia
La Historia de nuestro Ejército Nacional se remonta antes de la Independencia, con nuestros aborígenes hasta nuestros días.

El Ejército organizacional de nuestros días inicia con los sueños de Libertad. Siendo esta historia tan extensa, tomamos como referencia una Reseña Histórica escrita por don Gabriel Camargo Pérez, tomado de la Revista Ejército No.81 de Marzo 1988.
Tres días después del 20 de Julio de 1810, la Junta suprema encargada de institucionalizar la Independencia, anunció al pueblo, en la plaza mayor de Santafé, que las armas para su defensa estaban ya aseguradas, y que se creada el "Batallón Voluntarios de Guardias Nacionales" compuestas de infantería y caballería, cuyo comandante sería el Teniente Coronel Antonio Baraya.

Es cierto que en ese mismo acto, realizado frente a la casa Consistorial, con el retrato de Fernando VII en el balcón del Cabildo, apareció en persona, como Presidente de la Junta, el propio Virrey don Antonio Amar y Borbón, y que los representantes del nuevo gobierno lucían en su casco los colores de España.

Con todo, en el corazón del 23 de Julio, se fermentaba un recóndito pensamiento de verdadera emancipación, como lo acusa aquel híbrido aparato ceremonial, porque si el "bando" que allí se promulgaba con tambores y cornetas de la Compañía Real de Granaderos tenia por objeto promulgar los derechos del Rey Hispano, por lo cual se disponía iluminar durante tres noches la exhaltada ciudad, tras los símbolos reales aparecían como cuerpo de una nueva autoridad nacionalista, cinco vocales de la mentada Junta Suprema.

Entre otros lucía la joven figura de Baraya, quien se había puesto a órdenes de la patria, desde el primer día de la revolución, y era señalado ahora para primer comandante de la Guardia Nacional. Y porque si ese día formaba en la plaza la caballería veterana colonial, con sus arreos de lujoso y fino apero, también permitiose rematar aquellas filas con cincuenta (50) jinetes llegados de las haciendas rurales, y con una apretada muchedumbre, nervio y amago que habrían de hincharse para proclamar la república.

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De: Ruben1919 Enviado: 27/12/2010 19:56

El Ejército de la Nueva Granada

El Ejército de la Nueva Granada
Entre la juventud de la Nueva Granada se despertó el gran interés y entusiasmo; muchos se alistaron y recibieron lecciones sobre el empleo y manejo de las armas, que les daban los antiguos oficiales, del cuerpo veterano llamado "El Fijo".
En aquella primera Escuela, fruto del esfuerzo del Brigadier Mayor RAMON DE LEYVA, tomaron plaza, mostrando una gran inclinación hacia la carrera militar, jóvenes que fueron después famosos y que obtuvieron el bien de la patria; entre ellos están FRANCISCO DE PAULA SANTANDER, ATANASIO GIRARDOT, HERMOGENES MAZA y otros, el cuerpo de caballería se formó de voluntarios de la Sabana y como lo relatan las crónicas:

"ARMADOS DE LANZAS Y MEDIAS LUNAS MOHOSAS y LOS JEFES CON ESPADA TODELANA DE CINCO CUARTAS EN VAINA DE VAQUETA, en silla vaquera de enorme tamaño con rejo a la acción pellón de lana, arretranca, grande de estribera de cobre que llamaban de baúl, vestidos con gran ruana listada, calzón corto de gamuza,.botas de lana azul, a manera de media sin pie, zamarros de cafuche, pañuelo rabo de gallo en la cabeza, cuyas puntas salían sobre la espalda, y sombrero vara de ala".

Así desfilaron en columna de cuatro en fondo quinientos jinetes por las calles de Santafé, dando vivas a la Junta.

Consolidada la Junta de Gobierno y no pudiendo el consejo de la regencia española, como consecuencia de la guerra que sostenía con Napoleón, dedicar sus tropas a la reconquista de sus colonias de las indias, se inició la vida de la nueva nación, que desde un principio se debatió en divisiones intestinas, que tenían como causa la rivalidad de las diferentes provincias que querían ser la cabeza de gobierno.

Como resultado de estas disensiones, los numerosos españoles que había en el país aprovecharon las luchas entre los hermanos para tratar, de acuerdo con el gobierno español de recuperar lo perdido, movimiento que tuvo su foco en el sur donde el gobernador TACON, al mando de una fuerte tropa imponía su voluntad.

Pero hay un hecho de más notable significación para esta fecha del 23 de julio, como nacimiento del Ejército Nacional: en las horas de la noche se rumoró que Amar y Borbón gestionaba la entrega del parque de artilleros, a órdenes de su autoridad, y esta noticia hizo terminar definitivamente con la diplomacia de los dirigentes criollos para salvar la finalidad de la Junta Suprema de Gobierno.

El vocal don Pedro Groot propuso la creación de cuatro escuadrones de caballería, con 150 plazas cada una, y de inmediato fueron designados sus respectivos jefes en las personas del Coronel Pantaleón Gutiérrez, del Teniente Coronel Primo Groot de los comandantes Nicolás Rivas y Luís Otero, genuinos partidarios de la idea republicana.

Y si en los días sucesivos quizo organizarse un despliegue militar a favor de la corona, con músicos y carros traídos de Cartagena, por otra parte comenzaron a mostrarse en Santafé numerosas milicias de los pueblos vecinos, ofreciendo su apoyo a la causa de un mandato nacional.

Choachí, Fómeque, Ubaque, Chía, acuden los primeros, y más de tres mil hombres se reúnen a la cabeza de la caballería sabanera, hasta cobrar, bajo su control y mando, las piezas de la artillería real.

Así fue como aquel movimiento patriótico, cada vez más agudo y multitudinario, determinó la prisión y deportación del Virrey y así como nació del alma popular la esencia del soldado granadino, en aquellos inicios de nuestra gesta libertaria. Día a día, a medida que fue extendiéndose la revuelta a través de veloces mensajeros que volaron con expresas informaciones a distintas comarcas del país, pero especialmente las de Santafé, Tunja y el Socorro, en cada una de ellas se formaron otras tantas milicias para engrosar las filas voluntarias de la Guardia Nacional, y acudir en el momento necesario a sostener la bandera de la Independencia.

El 5 de agosto se inició la formación de los escuadrones de infantería y caballería, bajo control de la Junta Suprema, en ceremonia especial que hizo brillar los primeros uniformes del Ejército. Días después, en la huerta de Jaime, donde más tarde serían sacrificados muchos de los próceres de la revolución, se presentaban 18 compañías en el reglamento de milicias, a las cuales "corría la gente", según el cronista Caballero, para alistarse en el frente militar de la patria.

Esta misma emoción del espíritu nacionalista surgió enseguida por todos los ámbitos del país: Neiva, Quibdó, Popayán, Sogamoso, Mariquita, reencendieron la chispa insurgente, para elegir sus representantes al primer congreso de la Nueva Granada, y en diciembre de 1810, se instalaba en el cuartel de San Agustín el Batallón de Guardias Nacionales que había creado la Junta Suprema de gobierno, para ofrendar sus armas al primer cuerpo soberano de la nación.

Respuesta  Mensaje 5 de 11 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 27/12/2010 20:00

1810 - 1816, Periodo de Inquietud

Fue el bajo Palacé en marzo de 1811 que la célula, de los que serían el ejército de libertadores, hizo sus primeras armas al derrotar al gobernador TACON. Comandaba las fuerzas patriotas ANTONIO BARAYA y entre sus oficiales se distinguió ATANASIO GIRARDOT.
De 1810 a 1816 la nueva nación tuvo un período de inquietud, los nuevos gobernantes sin experiencia, se lanzan a ensayos entre centralismo y federalismo lo cual ocasiona una serie de traumatismo s que desembocan en una guerra civil, situación que debilita a los neogranadinos y fortalece a los españoles quienes aprovechan esta circunstancia para preparar la reconquista que tan sanguinariamente ha de hacer mas tarde el pacificador Pablo Morillo.

Con la pacificación desaparece la Escuela Militar, que se había fundado por el sabio Caldas ayudado por la vigorosa juventud de JUAN DEL CORRAL. En ese tiempo, el noble ejército se foguea en muchos encuentros con sus propios hermanos y en algunos con los realistas, y ve aparecer en el territorio de la Nueva Granada, en noviembre de 1812 a un Coronel venezolano de 29 años que había de llenar con su figura histórica el mundo de Colón: SIMON BOLÍVAR.

Bolívar venía de la capitanía general de Venezuela, que había vuelto a caer en poder de España.

Ingresó por decido así al ejército neogranadino a órdenes del francés PEDRO LABATUT quien tenía el mando de las tropas en el río Magdalena. El genio de Bolívar y el valor de soldados, hizo lo posible derrotar al español en el do y después batir al enemigo en el Valle de Cúcuta y rechazarlo hacia Venezuela de donde había venido. A ese ejército, ancestro de nuestro ejército, pertenecían oficiales granadinos como Francisco de Paula Santander, Atanasio Girardot, y muchos otros como se mencionó anteriormente, oficiales éstos que cumplirían una parte importantísima en el curso de la historia nacional.

En el período siguiente hasta la reconquista española, y materializada con la toma de Cartagena por Pablo Morillo el 6 de diciembre de 1815, fue de altas y bajas para los núcleos armados, que como ya se dijo, constituían la célula del ejército neogranadino, que con el correr de los tiempos habría de convertirse en el Ejército de Colombia.

Así lo admiramos vencedor al mando de Nariño en la Batalla del alto Palacé, para verlo poco después con mala suerte en la Batalla de Tacines; lo tenemos derrotado por. Bartolomé Lizon en los valles de Cúcuta cuando Santander, al mando de 200 hombres fue vencido en la Batalla de Carrillo. Por el mismo tiempo, el núcleo del ejército que sigui6 a Bolívar a Venezuela tuvo éxitos en Carache, Niquitao, Horcones, Taguanes, Barinas y Tinaquillo, hasta ocupar la ciudad de Trujillo; viene después el triunfo del Bárbula, donde rinde su vida ATANASIO GIRAROOT, y después San Mateo, donde Antonio Ricaurte hizo ofrenda de la suya en aras de la libertad.

La exitosa campaña en Venezuela fue seguida, cuando la represión cruel y masiva de Monteverde, de una serie de reveces y ese núcleo de granadinos volvió a la Nueva Granada para reorganizarse, y hacer frente a Morilla. Sin embargo, este tomó a Santafé e inició un gobierno sangriento como el régimen del terror.

Del Ejército granadino al mando de Servíez, sólo pudieron llegar a Pare, con destino a los llanos, Santander y 56 hombres.
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Respuesta  Mensaje 6 de 11 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 27/12/2010 20:04
Centro de Estudios Históricos del Ejército Historia del Ejército Nacional de Colombia Independencia, la Gran Colombia y la República (1819 - 1903)

Independencia, la Gran Colombia y la República (1819 - 1903)

Independencia, la Gran Colombia y la República (1819 - 1903)
Los llanos constituyeron la base de operaciones de los patriotas, tanto neogranadinos como venezolanos y vemos hasta 1819 como se organizan, se adiestran y tienen en jaque a las fuerzas españolas. En esas llanuras se gestó la epopeya que habría de dar la libertad a cinco naciones.
El 27 de mayo de 1819 se inicia la marcha que ha de llevar las tropas patriotas, germen de nuestro ejército, al mando de Bolívar, a Boyacá, Carabobo, Pichincha, Junín y Ayacucho, batallas que dieron la libertad a Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia.

Asegurada la independencia, Bolívar formó la Gran Colombia cuya vida fue efímera. Durante su corta existencia, el ejército mide sus fuerzas con el Perú, donde el 27 de febrero de 1829, las armas colombianas en el porte te del Tarqui vencen al invasor.

Disuelta la Gran Colombia y desaparecido Bolívar, el Ejército de la Nueva Granada se debate entre la guerra y la guerra civil sin poder progresar ni modernizarse. Sus oficiales, producto de estas guerras entre hermanos, no son suficientemente técnicos y así lo comprenden los gobernantes, quienes, en varias ocasiones trataron de fundar y organizar escuelas y colegios militares; en 1839 el gran General Tomas Cipriano de Mosquera organiza, del cual fue inspector el Coronel Italiano Agustín Códazzi.

Como consecuencia de nuestras guerras civiles por asuntos partidistas, los jefes y oficiales estuvieron compenetrados y fueron, por decirlo así, frutos de la política; el ejército se convirtió en elemento decisivo para el desarrollo de la misma; para fines del siglo pasado y comienzos del presente, era función del cerebro y del corazón, reducida hoy, a la busca de granjerías y prebendas.

La necesidad de tecnificar el ejército impulsó la creación de una escuela militar, la cual se creó por ley 127 de 1886, reglamentada por decreto No. 284 de 1887.

Para organizar el ejército, el gobierno contrató con el gobierno de Francia una misión militar compuesta de tres oficiales a saber: Capitán BRONHARD, de artillería, jefe de la Misión; Capitán SABARTHEZ, de Ingenieros y Capitán LEVEQUE, de Infantería.

Su misión fue fructífera y la organización de tipo francés a base de divisiones, regimientos y batallones se implantó en el país.

Por desgracia la guerra civil declarada el 1 8 de octubre de 1899, no deja seguir la tecnificación de oficiales y mandos. Este estado de cosas dura hasta el retorno de la normalidad, obtenida con el tratado de paz firmado a bordo del buque de guerra americano "WISCONSIN", y el restablecimiento del orden publicó el 1o. de junio de 1903.

Terminada la guerra civil de los mil días, fue elegido para la presidencia de la República el General RAFAEL REYES quien, dotado de gran dinamismo, avocó la rehabilitación de la República, sumida en el caos como producto de la guerra fraticida.

Recuperada en primer lugar la economía, y con el fin de velar por la paz interna, el presidente Reyes resolvió tecnificar al ejército, para ello, el primer paso fue reducir el pie de fuerza, pues el ejército tenía 80.000 hombres mal instruidos, mal equipados, mal armados, mal vestidos y sobre todo sin un encuadramiento cuantitativo que hiciera del ejército un elemento eminentemente técnico y con un carácter netamente nacional para que dejase de ser instrumento dócil de los políticos partidistas.

La idea del General Reyes tuvo muchos opositores, entre ellos los jefes del ejército que venían, con la disminución del pie de fuerza, su retiro forzoso. Se argumentaba que muchas ciudades quedarían desguarnecidas, que la guerra entre hermanos volvería a renacer.
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Respuesta  Mensaje 7 de 11 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 27/12/2010 20:09
Centro de Estudios Históricos del Ejército Historia del Ejército Nacional de Colombia Inicios del Siglo XX - Escuela Militar, Conflictos y Guerras Mundiales

Inicios del Siglo XX - Escuela Militar, Conflictos y Guerras Mundiales

Inicios del Siglo XX  - Escuela Militar, Conflictos y Guerras Mundiales
El carácter del General Reyes se impuso, se disminuyó el pie de fuerza, los jefes del ejército desaparecieron del escenario nacional sin que se causara traumatismo alguno y la tecnificación del ejército se inició con la fundación de la Escuela Militar de Cadetes.
Para ello se contrató una misión militar chilena compuesta por los capitanes Arturo Ahumada Bascuñan y Diego Guillén S., quienes asesoraron al Ministerio de Guerra y ello de junio de 1907 inició sus labores la nueva Escuela Militar con 56 alumnos.

Fuera de la Dirección de la Escuela Militar, la misión chilena tuvo a cargo la reorganización del ejército, que se agrupó, de acuerdo con la organización convencional prusiana, fuente del Ejército Chileno, en divisiones compuestas de tres regimientos de infantería y uno de artillería; caballería y los ingenieros se consideraban y se agrupaban como tropas del ejército.

Como los cuadros de oficiales del ejército seguían constituidos por los oficiales, producto de la guerra civil, ya que la nueva escuela solo daría, al cabo de un tiempo prudencial, un grupo pequeño de oficiales subalternos, el gobierno organizó una serie de cursos de información a los cuales fueron, después de una rigurosa selección, los oficiales que debían de tener bajo su responsabilidad el ejército durante muchos años.

Estos cursos de información realizados por la Escuela Superior de Guerra, obtuvieron resultados muy satisfactorios y muchos de estos oficiales autoformados en el campo de batalla y académicamente preparados, respondieron satisfactoriamente ante la patria con la misión a ellos confiada.

El ejército siguió su vida normal y rutinaria bajo la influencia, aún de las misiones chilenas que estuvieron en nuestro país hasta 1914.

Los cuadros de oficiales subalternos se fueron llenando con oficiales de carrera egresados de la Escuela Militar; los mandos medios y superiores continuaban en manos de los oficiales veteranos, los cuales, no pudieron librarse de su ancestro político y la política partidista siguió jugando igual papel en el ejército.

En el. año de 1926, llegó al país una misión militar Suiza, compuesta por los Coroneles Jugler Von Verth y Guatier y el Capitán Pessina. Esta misión reorganizó nuevamente el ejército, el cual quedó constituido en brigadas combinadas se cubrieron de gloria. Terminado el conflicto surgió un ejército pequeño pero bien armado y equipado, con cuadros calificados, que siguió su vida normal dedicado a sus funciones castrenses. La oficialidad, con contadas excepciones, era de la Escuela, los oficiales antiguos eran ya muy pocos.

La segunda guerra mundial estalla en septiembre de 1939. El país acorde con su política internacional, se declara beligerante y para cumplir compromisos como casi todos los países latinoamericanos, recibe armamento y equipo de acuerdo con la ley de préstamos y arriendos. Llegan al país las primeras misiones americanas; los oficiales colombianos salen a los Estados Unidos a perfeccionar sus conocimientos y una nueva doctrina va adoptándose en las Fuerzas Militares.

Terminada la conflagración mundial, el ejército sigue asistido por misiones americanas; los cursos para oficiales en los Estados Unidos. Se hacen más numerosos y los asistentes bélicos americanos se adaptan entre nosotros.

En, el año de 1946, hay un cambio político en el país con este cambio se inicia una era de violencia en campos y veredas que se agudiza y se generaliza con motivo de los hechos del 9 de abril de 1948. Desde esta fecha el ejército está por decirlo así, dedicado a las labores propias del restablecimiento del orden público.

Con motivo de los pactos internacionales, y como consecuencia de la agresión comunista a Corea, Colombia se hace presente y es así como en el año de 1951 se envía a Ultramar al Batallón de Infantería Colombia, el cual combatió brazo a brazo junto a las Naciones Unidas (tropas de las Naciones Unidas), hasta el año de 1954 en que regresó a la patria.
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Respuesta  Mensaje 8 de 11 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 27/12/2010 20:58

En 1.967 yo era un muchacho sin ninguna formación política ... y mas que a estudiar me dediqué a practicar todo tipo de deportes y a enamorar a las muchachas ...  .- Estuve prestando mi servicio militar en el bat. Pichincha de Cali ...en el bat. Boyacá de Pasto  y en el Junin de Popayán ... Nunca tuve enfrentamientos o combates .. y por eso puede estar " intranquilo " el de santa ana ... jajajaja ...eran tiempos distintos a hoy aunque mirando en la historia ya se empezaban a formar las guerrillas ... en ese momento nunca supe de ellas ... Y  lo de " Criminal " pués ya me condenó el enfermero  en su pregunta ... sin fórmula de juicio ... y sin que yo hubiera sido oido y vencido en juicio ... Él es un buen tipo ... pero mas peligroso con su mente ... que con el armamento de guerrillero   jajajajaja .- .- Luego entré a la U . pasaba el día entero en la biblioteca estudiando política y economía .. sobretodo marxismo ... y mis ideas son bien conocidas aquí ... y no me arrepiento de ellas ....- No sé cuanto ha influido la escuela de las américas en nuestro ejercito pero que ha habido muchos militares asesinos y deshonestos ...  en los últimos tiempos ...  el mundo lo sabe .. El maridaje fuerzas armadas paramilitarismo no es ningún secreto (en algunos sectores )

 

 

 

Está en: Escuela de las Américas

La Escuela de las Américas (SOA por sus siglas en inglés) fue establecida en Panamá en 1946, y luego transladada a Fort Benning, Georgia en 1984. El presidente de Panamá, Jorge Illueca, describió al SOA como "la base más grande para la desestabilización en América Latina", y los principales diarios internacionales la apodaron "La Escuela de Asesinos". La historia apoya estas acusaciones.

En Febrero de 2001, la Escuela de las Américas, cambia de nombre y pasa a llamarse "Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación de Seguridad" Western Hemisphere Institute for Security Cooperation (WHISC), inaugurado el 17 de febrero del 2001, no hay más que nuevas papeleras, timbres y letreros. El mismo edificio emplazado en los mismos terrenos, mantiene a los mismos instructores enseñando las mismas lecciones de crueldad , tortura y represión.

Cientos de miles de latinoamericanos han sido torturados, violados, asesinados, desaparecidos, masacrados y obligados a refugiarse por soldados y oficiales entrenados en esa Escuela. Los egresados del SOA persiguen a los educadores, organizadores de sindicatos, trabajadores religiosos, líderes estudiantiles, y a los pobres y campesinos que luchan por los derechos de los damnificados.

A lo largo de sus cincuenta y ocho años, el SOA ha entrenado más de 61,000 soldados latinoamericanos en técnicas de combate, tácticas de comando, inteligencia militar, y técnicas de tortura. Estos graduados han dejado un largo trecho de sangre y sufrimiento en los países donde han regresado. Hoy día, la "nueva" Escuela de las Américas (WHISC) entrena mas de mil de soldados cada año.

La historia de muerte que rodea a los graduados de la Escuela de las Américas es larguísima: Cientos de miles de desaparecidos y ejecutados, centenas de miles de torturados, exiliados, y presos políticos dejaron en las dictaduras pasadas. Muchos tienden a pensar que esa historia acabó desde que la Escuela de las Américas cerró sus actividades en Panamá. Otros se han dejado engañar ante el nuevo nombre que hoy tiene. Sin embargo, la "industria de asesinos" sigue funcionando.

Se ha conocido cómo antes del golpe de Estado de Argentina de 1976, se habían graduado en la Escuela del Ejército de las Américas, 600 militares argentinos.

De éstos últimos, 58 militares tenían como plan de estudios, en el período 1970-1975, determinados cursos escogidos: en ellos se graduaron once en "operaciones de contrainsurgencia", siete en "contrainsurgencia urbana", trece en "operaciones en el monte", cinco como "oficial sin mando en inteligencia militar" y seis en "interrogatorio militar".

Contradiciendo la ingenua imagen del "exceso" ocasional en la tortura cometido por algún represor perverso y psicológicamente desequilibrado, en este último curso, según el testimonio directo de un militar chileno apellidado González, ex-alumno boina negra del curso E-16 de Suboficial de Inteligencia Militar, los militares latinoamericanos eran torturados por sus propios instructores y a su vez se torturaban entre ellos, para poder luego ejecutar mejor ese mismo "procedimiento de interrogatorio" a su enemigo, es decir, a nuestros pueblos.



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Respuesta  Mensaje 9 de 11 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 28/12/2010 00:40
Hay que ver para creer  ..... 
 
 

Rubén, personalmente no lo he insultado. Pero ser un militar en Colombia creo que es altamente vergonzoso. El ejercito, colombiano, Rubén, masacra y reprime a su propia gante a su propia pueblo.

A Cuantos colombianos usted mató? ¿No le da vergüenza decir que ha sido un criminal?


Respuesta  Mensaje 10 de 11 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 28/12/2010 00:50
Como es posible que un tipo que se dice marxista saque una conclusión que lleva a concluir que todos los hijos de los pobres que son los que van a prestar servicio militar ... porque es obligatorio .....  son asesinos .  De comunistas así  " líbranos señor  "   jajajajajajaja

Respuesta  Mensaje 11 de 11 en el tema 
De: Nobotuma Enviado: 28/12/2010 02:31
Los ejércitos de Colombia, Venezuela, Perú, Bolivia, Ecuador, Argentina....se formaron en las duras batallas por la libertad, lamentablemente el proceso revolucionario que lo organizó fue eclipsado por la oligarquías de antes y las de ahora y convirtieron a nuestros ejércitos en fieles defensores de los opresores de nuestros pueblos. También hay que tomar en cuenta lo que dice Rubén, las filas de los ejércitos lo forman los jóvenes del pueblo que tienen que pagar un servicio militar obligatorio, mientras los hijos de la burguesía sólo van al ejército como mandos militares para joder a su mismo pueblo. Ahí está la lucha de hoy, en Venezuela hemos emprendido esa batalla: poner al ejército al servicio del pueblo y no de la oligarquía. Ya no se recluta, los jóvenes van voluntarios y se les da oportunidad para superarse estudiando y prestando un servicio social a los más necesitados.


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