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General: ¿Cómo muere una dictadura?
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: residente  (Mensaje original) Enviado: 15/02/2011 07:37

¿Cómo muere una dictadura?

¿Por qué Egipto y no Marruecos? ¿Por qué en China sigue mandando el Partido Comunista, pero se hundió la Unión Soviética? ¿Por qué Fidel Castro ha sobrevivido en el poder y Augusto Pinochet no? En fin, ¿qué determina que algunas dictaduras sean depuestas y otras se perpetúen? Las razones son tan variadas como la naturaleza misma de estos regímenes. Hay dictaduras que son totalitarias y brutalmente represivas. Otras son dictablandas que intentan hacerse pasar por democracias: organizan elecciones que nunca pierden, toleran una oposición anémica y permiten periódicos "libres" que pocos leen. Muchas necesitan del sostén de potencias extranjeras. Arabia Saudí depende de Estados Unidos, Bielorrusia de Rusia y Corea del Norte de China. Y claro está, la historia, la cultura y la religión fortalecen ciertas monarquías despóticas. Aunque cuando un pueblo se harta y sale a la calle dispuesto a morir por la libertad -y el Ejército no lo masacra- no hay cultura, historia, religión o potencia extranjera que salve a un déspota. Pero ¿qué hace que esto ocurra?

      La noticia en otros webs

      Los militares son siempre el actor determinante. Todas las tiranías dependen de ellos

      - El cambio. Los cambios económicos, sociales o internacionales pueden disparar procesos matadictaduras. Los autócratas no conviven bien con las reformas. Incluso los Gobiernos revolucionarios que inicialmente promueven grandes transformaciones terminan manejando mal los cambios. En la Unión Soviética, la liberalización económica, que comenzó siendo gradual, escaló hasta desbordar al régimen. El sah de Irán pagó las consecuencias de una modernización que resultó demasiado acelerada para su pueblo. En contraste, en la China de hoy un súbito freno a su veloz crecimiento económico es la principal amenaza al régimen.

      - La vejez. Los Gobiernos también envejecen. Ver y oír a Hosni Mubarak pronunciando discursos totalmente desconectados de lo que estaba pasando en las calles de su país es el más reciente ejemplo de una dictadura aislada de su pueblo y del mundo, lenta en reaccionar y que, a pesar de sus costosos servicios de inteligencia, estaba patéticamente mal informada. Hay dictaduras que fallecen por "viejas" no solo debido a la avanzada edad o a la muerte de sus líderes, sino por la esclerosis de sus vetustas estructuras de gobierno.

      - La pelea por el botín. A veces la caída de un régimen se produce por peleas entre las élites en el poder y no entre el pueblo y su Gobierno. Las dictaduras habitan en un ecosistema de privilegios, alianzas y codependencias con los más variados actores: los militares, líderes regionales, grupos económicos y políticos, medios de comunicación, líderes religiosos, aliados extranjeros, etcétera. A veces este delicado equilibrio de poderes se rompe, desencadenando enfrentamientos que pueden llevar al fin del régimen. Algo de esto pasó recientemente en Túnez.

      - Errores mortales. Las autocracias pocas veces pagan altos precios por sus equivocaciones. Esto, en combinación con la propensión de los dictadores a rodearse de ayudantes que temen criticarlos o expresar desacuerdos, crea un ambiente donde los errores son frecuentes. Y alguno puede llegar a acabar con el régimen. Sadam Husein es un buen ejemplo de esto. O el general Leopoldo Galtieri, el jefe de la Junta Militar argentina quien, en 1982, decidió que era una buena idea invadir las islas Malvinas. Su derrota contribuyó a poner fin a la dictadura en Argentina.

      - El contagio. La democratización de Portugal y España vinieron muy juntas. También la de los países del Cono Sur de América. Y la de Europa central. Ahora, después de Túnez, ha venido Egipto. No hay duda de que la muerte de una tiranía irradia esperanzas en otros países gobernados por dictadores, y sirve de ejemplo y estímulo para quienes se oponen al régimen. La libertad es contagiosa.

      - La información. Un pueblo mejor informado de los abusos y la corrupción de sus autoridades, enterado de cómo se vive y se gobierna en otros países y que, además, se puede conectar y coordinar fácilmente con otras personas que, en su misma ciudad o en el otro lado del mundo, piensan igual, es un pueblo peligroso para una dictadura. Está claro que las tecnologías que informan y conectan a la población son un nuevo dolor de cabeza para los autócratas.

      Esta lista no es exhaustiva y además siempre hay más de uno de estos factores en juego. También es cierto que estos elementos a veces no bastan y hay dictaduras que, a pesar de todo lo anterior, sobreviven. Pero, siempre, el actor determinante -y poco predecible- son los militares. Todas las tiranías dependen de ellos. A veces los militares están exclusivamente al servicio del tirano. En otros casos, cambian de parecer y deciden defender a su patria, y no al régimen. Al final, lo único que cuenta es si los militares están dispuestos a disparar contra sus compatriotas. Cuando se niegan a hacerlo, nace la libertad.

      mnaim@elpais.es

      http://www.elpais.com/articulo/internacional/muere/dictadura/elpepuint/20110213elpepiint_8/Tes

       



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      Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
      De: residente Enviado: 15/02/2011 08:09

      La corrupción es ya inasumible en España y abre las puertas a una dictadura

      13.02.11 | 20:14. Archivado en Gobierno Zapatero, Política, Democracia, Corrupción, España

      La Historia demuestra que después de la corrupción, inevitablemente, llega una dictadura, abierta o camuflada, pero dictadura al fin y al cabo. Es un principio que casi nunca falla y que explica por qué Cuba recibió con los brazos abiertos al dictador Fidel Castro o cómo América Latina está siendo dominada por autoritarios como Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales y Daniel Ortega o por qué fue tan sólida la dictadura de Franco en España o por qué razón un partido tan demencial como el GIL se hizo con el poder, por mucho tiempo, en la ciudad española de Marbella.

      Si este principio es cierto, España es ya un terreno lo bastante abonado para padecer una dictadura. El último de los escandalos de corrupción, la utilización en Andalucía de fondos públicos para prejubilar a socialistas y amigos del poder en empresas en las que nunca trabajaron constituye, probablemente, la cima de la montaña de estiercol que la falsa democracia española ha construido desde la muerte de Franco. El escándalo de los falsos EREs en Andalucía apesta tanto que ya debería haber dimitido medio gobierno andaluz, pero, como suele ocurrir cuando las entrañas del sistema están podridas, nadie ha dimitido y los responsables, aunque la nausea indigne a los ciudadanos, se ponen de perfil.

      Matsa, Mercasevilla, la tela de araña de contrataciones a dedo tejida por los socialistas y ahora el fondo de reptiles para pagar jubilaciones a los amigos del poder, junto con otros cientos de escándalos, hacen que el nivel de corrupción andaluz se coloque a la cabeza del español, que ya es inasumible. El escándalo de las falsas prejubilaciones pagadas con dinero de todos los andaluces, en el que están implicados varios cargos y ex cargos públicos, es un golpe moltal para el cortijo que han creado Manuel Chaves, José Antonio Griñán y compañía.

      El hecho de que la corrupción sea el cimiento sobre el que los dictadores construyen sus reinos está más que demostrado, como también está probado que la corrupción es letal para la democracia, un sistema que se basa en la confianza de los ciudadanos, un valor decisivo que se pierde con el mal gobierno, el abuso del poder y la corrupción.

      Muchos demócratas no entienden por qué los inteligentes italianos votan a Berlusconi y le perdonan casi todas sus extravagancias y carencias democráticas, pero la razón es evidente: los partidos tradicionales, en teoría demócratas, como la democracia cristiana, el comunista y el socialista, fueron tan corruptos que los italianos prefieren a un millonario en el poder, que no necesita robar y que al menos tiene el mérito de haber hecho su fortuna al margen del erario público.

      En muchos países destrozados por el mal gobierno y la corrupción, el terreno está abonado para cualquier tipo de tiranía. En España, después de Aznar y Zapatero, con la confianza de los ciudadanos derrumbada, el país al borde de la ruina por el mal gobierno y la democracia desprestigiada por la corrupción, el abuso y la impunidad de los políticos, la democracia está tan deteriorada que cualquier salvapatrias que prometa limpieza y regeneración sería recibido con los brazos abiertos por el pueblo frustrado y empobrecido, incluso si el redentor fuera un tirano.

      Ese drama de la llegada a España de un tirano, si algún día ocurriera, habría que incluirlo en el enorme saco de estragos que han causado a España la derecha y el socialismo, especialmente este último con la figura lamentable de Zapatero. Ni unos ni otros han sabido prestigiar la democracia, ni generar confianza e ilusión en unos ciudadanos españoles que ya contemplan a los políticos, que deberían ser queridos y apreciados como representantes del pueblo, como uno de los peores problemas de la nación.

       

      http://blogs.periodistadigital.com/votoenblanco.php/2011/02/13/la-corrupcion-es-ya-inasumible-en-espana



       
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