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General: Capriles contra América Latina
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 25/04/2013 11:59

Capriles contra América Latina

 
En lo que se refiere al gran proyecto bolivariano y sanmartiniano sellado con el abrazo de Guayaquil, al sueño de Martí, Morazán, Villa y Zapata, Sandino, el Ché Guevara, y tantos otros, para Capriles y sus seguidores, ese sueño no pasa de sueño.

Por Eduardo Rothe

 

Quien ve lo presente ve todas las cosas: las que ocurrieron en el insondable pasado, las que van a ocurrir. (Marco Aurelio)

La contraofensiva de los Estados Unidos contra la nueva unidad latinoamericana ya cuenta con algunas victorias como la firma de tratados de libre comercio y los golpes parlamentarios de Honduras y Paraguay. El golpe en cámara lenta de Capriles, dos veces derrotado excandidato presidencial venezolano, ya causó 10 muertos (entre ellos 2 niños) y forma parte de esta contraofensiva, coordinada en Venezuela con el ex presidente Uribe y sus grupos paramilitares, con recursos de la CIA, la derecha europea, y sus ONGs en Venezuela.

Xenofobia

Otras señales del golpe de Capriles es la reaparición mediática de dos expresidentes de la petrolera PDVSA: Gustavo Rossen, hábil conspirador, y el torpe Guaicaipuro Lameda. Junto a ellos emergieron en la Televisión otros participantes del golpe de 2002 que entonces promovieron el anticomunismo y la xenofobia anticubana. Esta vez, sin embargo, todos añadieron a su discurso el racismo anticaribeño y antilatinoamericano: Nicolás Maduro es acusado de ser colombiano o hijo de colombianos, y Capriles descalifica personalmente a los jefes de Estado que vinieron y siguen viniendo a despedir y rendir honores al Comandante Hugo Chávez.

En la calle esta política se manifestó en ataques contra las servicios de salud donde trabajan médicos cubanos (Barrio Adentro para la atención primaria y los avanzados Centros de Diagnóstico Integral CDI) en cuya defensa cayeron asesinados varias de las víctimas de la violencia opositora iniciada el 15 de abril, al día siguiente del estrecho pero claro triunfo de Maduro.

Malvinas y Misoginia

Según el candidato derechista, potencias como Rusia, China y Brasil son mendigos que viven de la caridad venezolana (?) mientras que la pequeña y bloqueada Cuba sería un imperio que ocupa a Venezuela. En la vehemencia de Capriles se destaca su ensañamiento con las mujeres, venezolanas o extranjeras, que ocupan cargos públicos; para los chavistas esto tiene más que ver con una falla de carácter que con geopolítica: la Ministra de la Mujer del gobierno venezolano lo acusó abiertamente de misógino. Además, sus repetidas y groseras descalificaciones de la Presidenta Cristina de Argentina parecen compaginarse con el apoyo tácito de Capriles a la ocupación británica de las Malvinas: lo contrario de un campeón continental como Chávez, este líder derechista es uno de los pocos, fuera de Estados Unidos e Israel, que apoya el bloqueo estadounidense a la República de Cuba.

Contra teleSUR

Una gran ventaja política y electoral de Capriles es su absoluta libertad de decir cualquier cosa sin obligación alguna, ni siquiera de coherencia con lo que dijo antes o dirá después. Pero cuando afirma que un cambio en Venezuela significaría un cambio en América Latina sabe muy bien lo que dice: ese cambio es la meta su política contra los organismos de la unión, ALBA, CELAC, MERCOSUR, PETROCARIBE, UNASUR etc. Tal como el asedio y agresión de sus grupos motorizados a la interestatal TeleSUR, sobre la que el lider derechista ya afirmaba, en el punto 138 de su Programa que, de llegar al poder, estudiaría las condiciones en que se encuentran Telesur y Radio del Sur para servir efectivamente como parte de proyecto de integración de América Latina. Aquí la ambigüedad, característica de las propuestas de Capriles no es más que un eufemismo para la nacionalización y posterior privatización de TeleSUR, que sería vendida al Grupo Prisa español.

Contra Venezuela

El reconocimiento a regañadientes del Presidente Maduro por los gobiernos europeos de la OTAN no impide que Estado Unidos mantenga su apoyo al golpe de Capriles, a sabiendas que lo de sus socios de la OTAN es un provisional, mientras se logra un quiebre de gobernabilidad en Venezuela, o la violencia de calle alcanza tal gravedad que obligue a un pronunciamiento militar que justifique una ruptura en cadena y una ingerencia abierta. Para Washington lo que esta en juego no es la ya imposible presidencia de un Capriles evidentemente incapaz llevar a buen término la liquidación del chavismo, sino su capacidad de desequilibrar a Venezuela mediante la violencia, lo suficiente para desmontar o entrabar la unidad latinoamericana. Para ese propósito de romper o entrabar la unión de América Latina Capriles es perfecto, pues parece despreciar a los gobiernos y pueblos del continente tanto como al gobierno y a la mayoría del pueblo de Venezuela.

Su norte es el norte

En lo que se refiere al gran proyecto bolivariano y sanmartiniano sellado con el abrazo de Guayaquil, al sueño de Martí, Morazán, Villa y Zapata, Sandino, el Ché Guevara, y tantos otros, para Capriles y sus seguidores, ese sueño no pasa de sueño. En la grandeza de Chávez no ven sino un mito, ante el cual hoy se proclaman realistas como hace 200 años. Los que, aliados al Imperio, inundaron los campos para que el Libertador arase en el mar, los que enfrentaron y mataron a Bolívar, son los mismos que enfrentaron y mataron a Chávez.



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De: Ruben1919 Enviado: 25/04/2013 23:21

Nicolás Maduro: el hijo de Nuestra América

Publicado en 17 abril, 2013 by
 
 
 
 
 
 
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Nicolás Maduro en la inauguración del Hospital Cipriano Castro en Carabobo. (Foto: AVN)

Nicolás Maduro en la inauguración del Hospital Cipriano Castro en Carabobo. (Foto: AVN)

Por Luz Marina López Espinosa. “Éramos una máscara, con los calzones de Inglaterra, el chaleco parisiense, el chaquetón de Norteamérica y la montera de España”.

La derecha, esa anomalía del espíritu que hace amar demasiado a los ricos y odiar mucho más a los pobres, no tiene límites ni se para en mientes  a la hora de realizar su designio.

La República Bolivariana de Venezuela de hoy –aunque en rigor hay que decir la de siempre-, ejemplo palmario. No sólo su pasado remoto y reciente habla de ello en una historia de despojos, enriquecimiento y sangre  que es común al ejercicio de esa a la que mal cabe la palabra ideología en toda parte, sino que en este aquí y ahora de abril de 2013 insiste en mostrar su mal talante.

Lo anterior, a propósito de la forma como hoy enfrenta al recién electo presidente de la república Nicolás Maduro. Recordemos así no haga falta, que tal como las   descalificaciones al redivivo padre de la patria Hugo Chávez pasaban por verlo un poco  mestizo, un tanto tosco y un mucho populachero para el refinado gusto de plutócratas, emergentes y arribistas, de igual manera el nuevo presidente les parece muy plebeyo para tan alto estatus. Pero con un agravante absolutamente inadmisible, eufemismo que estilan los comunicados de los  jefes de prensa de la Casa Blanca para decir que la conducta de este o aquél jefe de Estado ha legitimado el despegue de una escuadra de bombarderos: el nuevo presidente de la república Bolivariana de Venezuela  fue conductor de línea del metro de Caracas.

¡Que prendan motores pero ya, todos los bombarderos de la oligarquía! ¡Absolutamente inadmisible!

Y más: que su madre es de Cúcuta, la fronteriza ciudad colombiana, y que es humilde y la vieron vendiendo hayacas  allí. Y peor por si no fuera bastante, que el hoy presidente, de niño vendió chontaduro en las calles de Cúcuta. Creemos que esas dos historias son mentiras. Sin embargo, aquí en Colombia, los que hacemos nuestra la revolución bolivariana y nos hermanamos con el pueblo que la sustenta, declaramos verdad esas dos versiones, las hacemos propias y proclamamos nuestro orgullo por ese tierno niño a quien la insensible oligarquía venezolana obligaba a ayudar al sustento familiar. Y nos inclinamos hacia esa madre humilde y trabajadora  que  honraba su doble condición elaborando uno de esos tradicionales bocadillos, corazón del maíz de nuestro origen, uno y otro confundidos en el espíritu de la etnia exterminada.

Pero los defectos del hombre no son pocos: además sindicalista. ¡Y de qué gremio! Y como si no fuera bastante el haber tenido formación política en la Cuba de Fidel, militó en la Liga Socialista cuyo sólo nombre espanta, luego en el Movimiento Revolucionario Bolivariano 200 del Chávez golpista y después en el Movimiento 5ª República, siempre como leal escudero de su caudillo. Demasiadas cosas para el corazón de por sí afligido de la burguesía después de catorce años de privaciones.

Vienen luego otros defectos imperdonables –porque nada se le ha de dispensar- en quien vaya a ostentar la primera magistratura de la patria, en el baremo de esa aristocracia  cuya distinción la da lo pesado de la alforja, y el linaje, la ilusión de descender  de cepas más civilizadas que los lanceros de Páez y Bolívar. Entonces Nicolás tampoco es  buen orador y a veces yerra, su discurso no es el más galano, no tiene trazas de erudito y claro –algo le habían de reconocer al Comandante ahora que está muerto- no tiene el carisma de Chávez.

De nuevo concedemos. Y sí; que todo eso y más sea cierto. Pero lo que ocurre es que el catálogo de méritos y talentos de un dirigente del pueblo para representarlo y enaltecer su patria, es distinto, muy distinto del de quien sólo pretende encarnar los intereses del capital y de  la patria de este que es ninguna. Y si alguna ha de ser y en algún sitio estar, éste no es Barquisimeto ni Maiquetía sino  Washington. ¿Es mentira acaso que el destino de todo gobernante que gire en la órbita, digo mal, bajo la férula del capitalismo, es cumplir a rajatabla los mandatos del  llamado Consenso de Washington, que no por capricho ni por azar se llama así?

Así que así como estás,  estás bien Nicolás. Ya el pueblo te escrutó y te encontró bueno. El amor cierto y sencillo al pueblo, la disposición  sin demagogias de ir hasta al sacrificio mayor por él, el sentir como propias  sus ansias y dolores, aplicar para los más y mayormente necesitados los tesoros de su suelo y venerar la memoria de sus héroes, eso que de ahí resulta es la aristocracia que requiere un primer magistrado. Esa la erudición que debe tener quien dispense justicia a sus conciudadanos; tal la galanura que debe orlar al vocero de una nación pequeña en los escabrosos foros donde se conciertan los poderosos del mundo; ése el carisma que debe adornar a quien sólo necesita que lo ame su pueblo. Lo demás, tonterías, gárrula palabrería que dijera el gran poeta colombiano León de Greiff.

Así que ¡Adelante Nicolás!, hijo de Cúcuta, de  Chávez, de Caracas y de Nuestra América!



 
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