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General: Cueva de Bellamar, bellezas y espeleología en Cuba PDF
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 03/05/2013 09:21

Cueva de Bellamar, bellezas y espeleología en Cuba

 

 

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30 de abril de 2013, 01:01Por Wilfredo Alayón *

Matanzas, Cuba (PL) Ningún accidente natural de la occidental provincia cubana de Matanzas gana a la Cueva de Bellamar, caverna de singular belleza que junto a sus valores espeleológicos la convierte en sitio de reconocimiento internacional.

Situada en una de las suaves colinas que bordean la majestuosa bahía de esta ciudad cabecera territorial, a 100 kilómetros al este de La Habana, tiene como otros de sus principales atributos ser el centro turístico en funcionamiento más antiguo de Cuba.

La apertura al público con fines comerciales data de 151 años atrás, cuando el avispado minero español Manuel Santos Parga abrió la espelunca a los ávidos ojos de los habitantes de la urbe el 22 de noviembre de 1862.

Los matanceros hablan orgullosos de ella y la consideran una verdadera maravilla ya que el descubrimiento casual en áreas de la antigua finca La Alcancía, propiedad de Santos Parga, estuvo rodeada de un misterio que invocaba incluso al propio infierno.

UN ASIATICO EN APUROS

Transcurría el mes de febrero de 1861 y la citada hacienda era un hervidero de trabajadores.

El motivo era la extracción de piedras para la construcción de un teatro en Matanzas, que con los años se convertiría en una de las salas más emblemáticas de la isla: el Sauto.

Justo Wong, un empleado de origen asiático, cavaba con su barreta el duro suelo cuando de pronto la herramienta se perdió por un hueco abierto de improviso.

La oquedad llamó la atención de todos porque, según narraciones de la época, de él emanaba humo y malos olores.

La leyenda de que el asustado Wong había tocado la propia puerta del infierno se regó por los supersticiosos operarios, quienes rehusaron acercarse por la zona de marras.

Santos Parga (1815-1884), por su lado, maldecía la inoportuna coincidencia ya que la demora en la extracción conspiraba, sobre todo, contra su bolsillo, al retrasarse la entrega del material para la obra.

A propósito de este personaje, se conoce que emigró a la mayor de las Antillas desde su natal Vivero en la región gallega de La Coruña.

Estuvo empleado como práctico de minas en las cercanías de la municipalidad yumurina, como también es conocida la zona, antes de adquirir la propiedad de La Alcancía.

Como era un hombre de armas, decidió cortar con los comentarios y fue el primero, auxiliado por una soga, en penetrar en el interior del reciente descubrimiento.

El recorrido por el subterráneo impresionó y entusiasmó al emprendedor gallego, quien acondicionó el cubil y lo abrió al público un año después, por supuesto con el correspondiente pago de la entrada.

Las visitas ininterrumpidamente permanecieron hasta 1939, cuando fue cerrada por un espacio de tiempo de ocho años, y reabierta en 1947 hasta la actualidad.

ENTRE LUGARES SUGESTIVOS Y UNA VEDETTE

La Gran Paleocaverna Bellamar tiene una extensión estudiada de más de 20 kilómetros, sin embargo su ruta tradicional para los visitantes es de kilómetro y medio con una duración de unos 45 minutos.

Espeleólogos ubican su antigüedad en 300 mil años y durante los recorridos de estudio han hecho importantes hallazgos paleontológicos, entre ellos una amplia gama de procesos cristalinos en las paredes.

Una escalera con más de centenar y medio de peldaños introduce al visitante, que es recibido por la vedette de la cueva, una estalactita con 32 siglos de vida, acorde con los expertos, denominada El Manto de Colón.

Esta es la formación más grande y a la vez la más antigua del afamado sitio, que se presenta en forma de cascada con una altura de 12 metros.

Dividida en cuatro sectores, las galerías y salones de la Cueva de Bellamar están tapizados de estalactitas, estalagmitas y helictitas, estas últimas de caprichosas formas horizontales.

Diseñados por la naturaleza y bautizados por el hombre se hallan un Túnel del Amor, La Capilla de los 12 Apóstoles, La Garganta del Diablo, El Paso de la Lluvia, El Salón de las Nieves y Los Templos a San Pedro y Gótico.

La piedra Si me tocas no me olvidas, las salas del coco rallado y de la bendición, las fuentes del matrimonio, el divorcio y la juventud, así como el baño de la americana están incluidas dentro de las propuestas a los curiosos.

Sobre esta última existe la leyenda de que una veraneante estadounidense, muchos años atrás, se perdió en ese sitio cuando decidió refrescar su cuerpo en las cristalinas y frías aguas.

Sin embargo, los guías reconocen que mujeres de más de una veintena de nacionalidades han hecho caso omiso a esta fábula, y se han bañado en el tranquilo manantial.

Como colofón al viaje y después de ascender a la superficie, tres bares y dos restaurantes ofrecen coctelería y platos de la cocina criolla, en especial de cerdo.

*Corresponsal de Prensa Latina en la provincia de Matanzas.

arb/wap


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De: Ruben1919 Enviado: 03/05/2013 09:26



 
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