La desesperación produce cambio
«Es de destacar que Jesús comparó a sus elegidos con una viuda acosada por el enemigo. La imagen es, a decir verdad, liberadora,
pues tendemos a caracterizar a los héroes de la fe como semejantes a David o Josué-personas cuyos éxitos desplazan sus humildes
inicios. Pero cada uno de los siervos de Dios tiene, al igual que la viuda, una vida anterior que rebosa de excusas y oportunidades
para flaquear.
Veamos a la viuda: Ella tenía razones legítimas para rendirse, pero en lugar de ello, prevaleció. Sí, ella descartó retraerse de su
enorme potencial por causa de sus pocas pertenencias. Ella no ofreció disculpas por su falta de dinero, conocimiento o
belleza. Sin concederse lugar para fallar, osadamente presentó su caso ante el juez a quien imploró para recibir lo que era suyo:
protección legal de los embates de su oponente.
¿Y cómo es que una viuda ordinaria tuvo tal fortaleza de carácter? Podemos imaginar que debe haber habido un tiempo en el que,
bajo la implacable presión de su adversario, ella se desesperó-y la desesperación obró para su beneficio. La desesperación es el
martillo de Dios: demuele la fortaleza del temor y hace añicos las cadenas de nuestras excusas. Cuando la desesperación excede
nuestros temores, comienza el progreso.
Hoy, la fuerza que acicatea a muchos cristianos hacia una mayor unidad y la oración no es la dulzura de la comunión unos con
otros, sino que más frecuentemente, se debe a los ataques del enemigo. Vivimos en tiempos de gran desesperación. Cuando de
tocar el corazón de Dios se trata, aparte de hacerlo por algunas pocas verdades esenciales y más que hacerlo por la unidad
doctrinaria, ha sido la unidad en desesperación el factor crucial que predomina. [...]
Nuestra nación sufre un profundo colapso social y moral. Si alguna vez fue necesaria la unción de Dios ahora es un buen
momento para contar con ella-pero, ¿dónde están los elegidos?
¿En dónde están las personas de las que Daniel dice, "los que conozcan a su Dios se le [al enemigo] opondrán con firmeza"?
(Dn. 11:32) ¿Será que ninguno ha sido autorizado por el cielo para hacer caer a los Goliat de este tiempo? Talvez estamos
buscando en los lugares equivocados. Quizás sería suficiente con ver nuestro propio reflejo en el espejo del baño. Si
usted cree en Jesús y está desesperado por Él, usted califica como uno de los elegidos de Dios. Recuerde, en la parábola anterior,
la viuda tipifica a los elegidos de Dios.
Erróneamente hemos sostenido que los elegidos nunca serán agredidos por el adversario, mucho menos que serán
arrinconados por la desesperación para orar "día y noche." Pero a menudo esta desesperación es precisamente el crisol en
el que se forjan los electos de Dios. Jesús muestra esta característica con el ejemplo de la viuda. Él revela el medio por e
l cual sus elegidos prevalecen en la batalla al final de los tiempos.
Además, al final del día, puede ser que esta viuda no haya sido una persona individual, sino un pueblo, un colectivo -una
"iglesia viuda"-unida en Cristo en una oración única y desesperada pidiendo por protección de los ataques del adversario.
Necesitamos de la "protección legal" que el avivamiento nacional provee. Pero no vendrá sin la oración incesante. [...]
Es nuestro turno de orar. Somos la viuda que no puede permitirse fallar. Dios responderá el clamor que llevamos a cabo de
día y de noche. Posicionémonos ante el trono. Él nos dará la protección legal en nuestras ciudades. »
Tomado de:
In Christ's Image Training Center; Track Three: Prayer; Session 2
Pastor Francis Frangipane
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Padre levanta un ejército de intercesores en cada nación
hombres y mujeres que hagan temblar el reinode las tinieblas.
hombres y mujeres (de todas las edades) que reconozcan Tu
poder, tu misericordia, tu gran amor hacia tus hijos que te aman
y t obedecen, que se intgren al Ejercito del Dios de Israel, yque
usen las armas que de antemano nos has dado, que se unan
como una sola carne y levanten esa espada de doble filo
Señor, que tus hijos comprendan que "hay poder en la oración del justo"
Satanás no le teme a un predicador, alabador, pero un hombre de
oración si leteme! Dobla rodillas y empieza a orar hoy mismo!
En Su amor,
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