Navidad:

La mas Bella Historia de Amor

El Creador se enamoró de la obra de sus manos y quiso desposarse con ella.

-¿Cómo sucedió esto?

Desde el principio, antes de los siglos existía la Sabiduría, y la Sabiduría estaba en Dios,
y la Sabiduría era Dios.

Todas las cosas fueron creadas por Ella y sin Ella no se hizo nada de cuanto ha sido hecho:
lo celeste y lo terrestre, lo visible y lo invisible. Todo fue creado por Ella y para Ella.
La Sabiduría es anterior a todo y todo lo mantiene.

Cuando llegó la plenitud de los tiempos, el momento culminante, descendió de
su trono de estrellas hasta la tierra para unirse con la Humanidad en la Virgen de Nazaret.

Y la Sabiduría se hizo carne y habitó entre nosotros y vimos su gloria.
La Gloria del Hijo Único Eterno, del Padre Eterno, lleno de Gracia y de Verdad.

Hasta entonces, a Dios nadie le ha visto jamás: Jesucristo,
imagen de Dios invisible, nos lo dio a conocer.

Nacido de una mujer, tomó como hermanos a todos los nacidos de mujer,
y mediante esta inefable unión, dio a la Humanidad sus arras y su dote.

Por arras, su pasión y muerte en la cruz.

Por dote, el Paraíso y la Vida Eterna.

A pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango, tomó la condición de un Niño y pasó por uno de tantos.

Y, desde aquel instante, la Historia se dividió en un antes y un después.

Noche de Dios.... Noche de Paz...
¿Qué es eso? ¿Quién canta?
Eres Príncipe desde el día de tu nacimiento.
Yo mismo te engendré como rocío,
entre esplendores sagrados,
antes de la Aurora.
Eres el más bello de los hombres;
en tus labios se derrama la gracia
el Señor te bendice eternamente.
Un Niño nos ha nacido, un Hijo se nos ha dado.
Lleva a sus hombros el imperio y se llama:
Ángel del Gran Consejo, Dios Guerrero,
¡Príncipe de la Paz!
Hoy nos ha descendido del Cielo
la Paz verdadera.
Hoy, en todo el mundo,
los Cielos destilan miel.
Son ángeles que cantan sólo para su Señor.