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Respuesta  Mensaje 1 de 72 en el tema 
De: MaryChain  (Mensaje original) Enviado: 05/12/2011 20:34
Nanajuuichi-Chiku. Había caminado y caminado, tan profundamente hundido en sus pensamientos, en sus no-recuerdos, en su imaginación, indagando por posibles respuestas (seguramente todas erradas), que había doblado por calles cualquiera, cruzado puentes cualquiera, dado pasos cualquiera... Había llegado sin darse cuenta a una hermosa tienda de antiguedades, cuya puerta estaba decorada con enredaderas de plantas, florecidas en algunos lugares. Se acercó precavido a la vitrina, notando adentro hermosas lámparas y muñecas que podría añadir a su colección. Muñecas en silencio, que seguro gritaban en su interior dolorosamente, abandonadas ahí, en esa oscuridad, rodeadas de personas, personas que eran objetos, y que lloraba... Una hermosa muñeca rubia que lloraba y gritaba desconsolada porque su dueño se fue. Golpeó ligeramente su cabeza con el vitral, intentando calmar el hilo de pensamientos, intentando calmarse... Pero no podía. Dispuesto una vez más a avanzar y sintiendose solo -sólo sintiendo, quizás estaba demasiado distraido-, bajó la manilla de la puerta, pero estaba cerrado. Una lástima, ciertamente. Media vuelta y- la puerta se abre muy sutilmente, invitandole a entrar. Sin dudar retrocede uno, dos pasos, y entra con cuidado, cerrando la puerta a su espalda.
Estaba oscuro, si, pero una lámpara al final se encendió, indicando una puerta. Por qué ya no estaba la muñeca...? Extrañamente atraido, siguió, abriendo la nueva puerta, que daba a un pequeño patio. Había una mesa al medio y varias sillas dejadas descuidadamente por todo el lugar. Los rayos de luna apenas llegaban a ,su piel, pues habían muchas ramas de un gran árbol cubriendo todo el lugar. Si, era un buen sitio para descansar y pensar. Al dar un paso, sintió como algo pequeño se fragmentaba bajo sus pies. Se inclinó, y tomó a la muñeca de porcelana entre sus dedos: su rostro estaba fragmentado y sus largos cabellos rubios brillaban extrañamente a pesar de la oscuridad, como si estuviera viva... Sus parpados cubrian sus ojos; con un gesto delicado la tomó entre sus manos, dejando el bastón a un lado de la silla antes de sentarse con los codos en la mesa, nuevas luces encendiendose, luces qu estaban como enredaderas en las ramas de los árboles, sutiles, casi podría pensar que eran luciernagas. 'Quién te abandonó, pequeña? Esperaste mucho..?', le susuró, acomodando sus cabellos con tranquilidad y apenas rozando su dedo por la mejilla de ella... Dos trocitos de porcelana cayeron, abriendo un agujero. Suspiro pesadamente, estrellando la muñeca contra su pecho, su cabeza enterrada en la mesa. Si, definitivamente, ella estaba llorando, y había sido su culpa...

Aquí está el privado, espero le guste *A*! y si, Remiel parece loco hablandole a una muñeca uvu xD


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Respuesta  Mensaje 43 de 72 en el tema 
De: MaryChain Enviado: 02/07/2012 03:05
"...n... no hace falta" El joven se sonrojó mientras le miraba, y sus labios se curvaron muy suavemente. Por algún motivo simpatizaba con él sin darse cuenta; aunque no conocía su historia junto con Yeremi, podía presentir que ambos habían tenido los mismos sentimientos, y por ello, pensaba que quizás le comprendía. Aquel pensamiento lo calmaba un poco, pero también le asustaba... El también luego, cuando Yeremi se fuera, iría a advertirle a su nueva muñeca sobre el peligro que le traería?... Sentía que era un espejo, una ilusión de su mente, lo que estaba frente a él, y no otra persona; era él en unos dias, semanas, meses más. No podia permitirlo...
Lo que sucedió luego fue tan rápido que le desconcertó de sobremanera, dejandolo inmóvil y con ojos de plato en su lugar. Una mano severa rodeó el cuello de la joven (perdon, él), dejandolo apenas de puntillas, mientras la chaqueta caía como suave tela por su cuerpo hasta deshacerse a sus pies. El demonio tenía la mirada nerviosa, y su cuerpo temblaba, a saber si por el esfuerzo, el susto o la rabia. "que.... le.... dijiste...??" Estaba aturdido y no atinaba a nada, mientras que Yeremi lo hacía retroceder suavemente, aún con el rubio en sus manos, mientras salía de la casa y lo tenía, ahí, practicamente flotando en el piso. Uñas, se crispaban en sus manos, se enterraban, le hacian sangrar sutilmente, la cara estaba asfixiada, tenía el terror en la mirada, y un grito: "QUE HACÉS ACÁ?!" Lo siguiente que escuchó fue el crujir de unos huesos contra el asfalto, el agua que saltaba y que lo terminaba de empapar, y en su mente escuchaba la porcelana fragmentarse. El pecho le pesaba de pronto, y le dolía como si él hubiera sido al que arrojaron al suelo. Por segundos se sintió fuera de sí, casi como si viera un futuro, cercano y oscuro. "¡ALEJATE DE ÉL!" Por fin reaccionó, y con un rápido movimiento, tomó su bastón junto al perchero, golpeandolo con furia contra el suelo, una coraza de piedra rodeando al ojiverde, mientras se acercaba a paso lento y firme hacia Yeremi, ubicandose frente a la coraza, mirando al demonio. "Alejate de él, ahora", amenazó con la voz filosa, rostro implacable y mirada cruel. La lluvia le mojaba el cabello y las ropas, y le hacía ver incluso mas molesto de lo que se encontraba. Era una muñeca de porcelana, bastante rota, que el demonio no acababa jamás por fragmentar... Iba a acabar del mismo modo?... Sus labios se contrayeron con fuerza, mirando firmemente a Yeremi, casi amenazandole que volviera dentro. No quería, bajo ningun motivo, enfrentarse a él, ya que le sería dificil vencerle (a pesar de que se sentia capaz), pero el principal motivo era que no lo deseaba, no deseaba enfrentarse a él. Por ahora, necesitaba que le dejara... Que le dejara restaurar aquella muñeca, igual a él, y permitirle irse... Necesitaba que volviera dentro de la mansion. "...ahora...", volvió a decir, con la voz un poco más calma.

OMG!! esto esta muy bueno! ame el post, asi que con calma que yo le espero, asi que sigamos *u*!

Respuesta  Mensaje 44 de 72 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 05/07/2012 22:59
"Alejate de él, ahora"
Los ojos celestes le observaron, fuera de si. Sus dientes aprisionándose aún más al ver a su niño defender al rubio aquel que no conocía en absoluto, que no sabía como la desolación aún no lo había matado - TSK! - el sonido con su lengua reemplazó la sarta de insultos que podría haber dicho en ese momento, empapándose también por la lluvia. El rostro completamente implacable de Remiel y su valentía eran justamente adjetivos gratos, cosas que realmente le gustaban de él. Pero en ese momento no quería otra cosa que devorarlo. Aún así, la sangre volvió a subir a su cabeza, la cual había permanecido nula hasta ese entonces. Mirando al rubio ojos verdes que levantó su torso del suelo y observó con unos ojos filosos a Yeremi, aunque su boca indicaba que parecía que lloraría. Su rostro también era blanco de expresiones. "...ahora..." le oyó, antes de volver a dirigir sus frios ojos a su actual pareja. El rostro del demonio era una confusión entre sí mismo y su forma besondere, la cual Remiel jamás había apreciado, y la cual Yeremi no enseñaría en ese momento. Una vez que relajó un poco su pulso que no existía gruñó con fuerza - No te dejes llenar la cabeza de mierda por alguien que siquiera conoces - no habló, no ordenó. Pareció haber escupido esas palabras. La sombra bajo sus pies parecía volverse loca, inquieta se movió constantemente antes de volver a ser normal. Encerrando a su verdadera forma para que no molestara más, dirigiendo sus ojos celestes con odio a Hisoka, que continuaba mirándolo de la misma manera inexpresiva pero fija. Comenzó a caminar en dirección a la casa, sus pasos sonaban fuertes en el ambiente, casi como un golpe, y la calle se agrietaba bajo sus zapatos, por cada paso que daba. Hasta que metió su cuerpo a la casa, obedecía solo por obedecer. Estaba seguro de poder volver a salir si un pensamiento lo alertaba, comerse aquel escudo y matar esa sangre noble que tanto le molestaba.


Hisoka sentó su cuerpo en el suelo, con algo de esfuerzo. Moviéndose solo cuando Yeremi se fue. Todo seguía igual, definitivamente, para el ojiverde su relación con Yeremi seguía igual como desde aquel día. Miró los ojos de Remiel, limpiándose la sangre en la boca, que estaba lejos de ser poca. Pero no era demasiada. Su piel algo morada y sucia debido al golpe, pero nada más. Por su reacción, Remiel pudo interpretar lo acostumbrado que estaba a ello. Dejó salir su voz, esta vez más segura que desde un principio - ...gracias - habló, intentando levantarse, pero sin hacerlo por el poder que le resguardaba allí - ....por protegerme, gracias - hizo una reverencia, aún de rodillas. Posando su mano en el piso, marcando la sangre en el suelo que luego se llevaría la lluvia, su atmósfera ya no era de paz y tranquilidad, era fría y vacía. Como si con aquella repentina acción Yeremi se hubiera comido esa tranquilidad que emanaba el rubio - ...debes saber... que él no era así - habló, algo perdido en los recuerdos - ...Yeremi Valence nunca fue asi.... - limpió uno de sus ojos, quién sabe porque, quizás  estaba llorando, quizás solo le ardian por la lluvia, la tierra... por cualquier cosa.

- ...creo que... debo irme - habló, con cuidado, sin querer incomodarlo.
Sin levantarse aún, siendo protegido por aquel muchacho que casi parecía un príncipe con esas vestimentas,
un príncipe valiente, serio y con un amor maternal increíble, había concluido de él todas aquellas cosas.

Le miró, fijamente aunque sin querer invadirlo, alrededor de sus ojos verdes lineas rojas reflejaban sus ojos irritados - ...le amas?

Respuesta  Mensaje 45 de 72 en el tema 
De: MaryChain Enviado: 07/07/2012 18:29
Estaba ligeramente asustado, pero era algo que no dejaba ver tras el rostro decidido y la pose firme, el bastón firme en sus manos y frente a él desde siempre. Podía sentir las sombras moverse bajo Yeremi, mas agradecia que la oscuridad le impidiera ver qué eran aquellas sombras. De pronto, aquella fuerza amenazante desapareció, dejando solo a un Yeremi increiblemente furioso, que poco a poco abandonaba el lugar. No se había percatado que había contenido la respiración, y dejó escapar pesadamente el aliento, un poco más relajado. En qué momento se había puesto tan tenso? Era solo Yeremi.... Bajó la vista, intentando no pensar en ello.
Se volteó al rubio, golpeando el bastón contra el suelo para hacer desaparecer la pared, mientras el joven se sentaba, cansado. Cuando lo observó, pudo ver un hilo de sangre cayendo de su boca, la que rapidamente limpió con el hermoso kimono. Tenía la mejilla sucia y morada, pero no parecía realmente afectado por la reacción de Yeremi. La calma ante algo asi solo era producto de la costumbre. 
"...gracias ....por protegerme, gracias"  Hablaba un poco más seguro, y no se veía capaz de ponerse de pie, por lo que hizo una reverencia ahí, marcando sus manos con sangre en el suelo. No pudo hacer más que mirar las manchas, sintiendo que el rubio de verdad era una muñeca, desprovista de todo y ahora tirada a la basura. La armoniosa voz lo sacó de pronto d sus pensamientos. "...debes saber... que él no era así ...Yeremi Valence nunca fue asi...." "
Pero ahora lo es", declaró con voz firme, mirando con intensidad al rubio, a sus pestañas delicadas, a la piel morada. Era un silencio sordo, excepto por la lluvia que caía como aguja sobre ambos. "...creo que... debo irme" Lo quedó mirando fijamente, ofreciendole una mano para ayudarse a poner de pie, sin dejar de mirarlo. Los ojos verdes se habían incrustado en los suyos también. "...le amas?" Su rostro implacable no demostró ni una pizca de asombro. Tomó su mejilla, limpiando con su pulgar la gota de lluvia que resbalaba por su mejilla, con toda la sutileza que podía pues era justo por la zona del golpe. Una serpiente de fuego apareció a su lado con la chaqueta de hace un rato, tomandola entre sus manos y colocandola sobre el rubio. Afirmó una vez con su cabeza y lo miró fijamente a los ojos. Realmente era verse a si mismo... Despedirse de si mismo...
Por mera inercia besó suavemente su frente, el rostro ligeramente compungido, antes de dar media vuelta y retirarse a paso rápido a su hogar, cerrando nerviosamente la puerta tras de si. La serpiente, N, había desaparecido afuera. Llevó una mano a su cabello para retirarse el exceso de agua, frunciendo el ceño, dirigiendose rapidamente a la cocina, abalanzandose sobre Yeremi bruscamente, con el impulso suficiente para hacerlo caer de espaldas con él sentado sobre el demonio, el bastón bajo el cuello del demonio apretado ligeramente, su respiración agitada, su cuerpo temblando ligeramente por la ropa humeda. Lo miraba a los ojos, y lentamente fue debilitando la presión que hacía con el bastón, hasta retirarlo por completo de su cuello, sin dejar de mirarlo.

Respuesta  Mensaje 46 de 72 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 08/07/2012 07:41
Freno sus pies mirando la cocina, la mesada... todo un dejo de asco en la boca y el seño fruncido. Como si se hubiera detenido a pensar, pero no era así, se había detenido a calmarse. Aunque sabría que no podía hacerlo, prestó suma atención mientras apoyaba ambas de sus manos en la mesada, cansado. Exhalando y permitiéndose oír la conversación ajena. Lo poco que podría oír de ella, no importa, supondría el maldito resto. ¿Por qué demonios sería tan importante para él, Hisoka, acaso ya lo conocía? ¿Acaso eran amantes? que maldita relación tenían Remiel y ese RD...?

"Pero ahora lo es" aquello lo dejo fríamente mudo. Con la mirada en el otro, fijo, sin nada que hacer al respecto. Era verdad. Ahora lo era. Y solo había dos opciones, amarlo u odiarlo. "...le amas?" recordó haber dicho, justo en el momento en el que había aceptado y tomado su mano para levantarse. Un pequeño impulso eléctrico recorrió la mano de Hisoka, solo la de Hisoka, como si algo lo hubiera pinchado repentinamente, abriendo un poco más sus ojos, sorprendido. El muchacho aquel había afirmado con su cabeza, pero esa no había sido la razón de su sorpresa. Al tocarlo, miles de sensaciones, de momentos pasados junto a Yeremi, momentos que no le pertenecían. Tristeza, soledad,
alivio, sexo... calor, mirarlo, besarlo, ser besado por él, amarlo...  

Todo ello le había estremecido solo en un segundo. Él le amaba, si. Como era que alguien.. podía amar al Yeremi de ahora? no supo explicarse que vería en él. Pero aun así se dejó tomar la mejilla, se dejo besar sonrojándose tanto que hasta sus orejas se colorearon cuando fue cubierto por la chaqueta. Tragando saliva, juntando valor para volver a mirar al rubio que ya se había volteado, dispuesto a irse. Respiró dos, tres veces o cuatro de forma exagerada, como si le hubiera faltado el aire y quisiera juntarlo todo de una vez, subiendo un poco la voz al verlo irse - ...entonces no te alejes nunca! - esperanzadas palabras, dichas con necesidad. Si no se alejaba, no habría razones por las que ese amor se convirtiera en odio.

Respiró normalmente al verlo entrar a su casa. Apretó la chaqueta entre sus manos, tocándose preocupado la zona del golpe... pensando, que si hasta un monstruo puede encontrar alguien a quien amar. ¿Por qué no podría él, entonces, tener la misma suerte?... despacio, continuo su caminata prometiéndose jamás volver allí.

.  ~ . ~ . ~ .

Dirigió sus fríos ojos a la puerta, sin cambiar la repugnancia que marcaba en sus labios
– Maldita sea, no lo conoces… no sabes quién mierda es - habló con sus manos recargadas en la mesada, observando a Remiel aproximarse y apretando los dientes. No esperaba que se abalanzara sobre él, solo dio cuenta de ello al caer y encontrarlo encima - qu....?! - quiso gruñir, enfadado. Pero el bastón frenó su habla de un momento a otro, presionando su cuello con saña. Sus manos, ambas, se aplastaron en el suelo, como si se sostuviera de él, pero sin tener reacción ante lo que hacía el rubio menor. Mirando los ojos de Remiel... miedo... miedo?... parecía que Remiel sentía más miedo que él en ese momento. Realmente no tenia miedo, no temía de él. Pero hay algo que no pudo evitar. Que no intentó evitar tampoco. De un momento a otro ese quien estaba arriba de su cuerpo, intentando hacer algo con él, ya no era Remiel... se había convertido en otra persona. Se había convertido en su hermano, su admirable hermano mayor. Era él... era Brian. Su pelo tan rubio que casi rozaba lo blanco, vestido con ese uniforme de colegio que llevaba en el momento en el que había intentado matarlo, sus ojos azules casi desbordados de adrenalina y esa sonrisa pintada en la cara. Jamás había apretado su cuello intentando matarlo con un bastón, pero en ese momento, en el que vio a Brian en Remiel, sus ojos se abrieron un poco más de lo común, su expresión fue completamente humana. Y miedo.... miedo? si, tuvo miedo. Pero Brian desapareció, llevándose ese sentimiento, ese temor, a donde fuera que se encontrara ahora y tan pronto como había llegado.

El bastón fue debilitando la presión. El cuerpo del menor temblaba por el frio de encontrarse empapado y quien sabe porqué más. Sorprendido, Yeremi no podía sacar los ojos de Remiel. - ....porque? ... - fue lo único que salió de su garganta, tirado en el suelo, observando el rostro su amado. Porque?.. si lo amaba.

Sus manos se levantaron, tomando suavemente la cintura de Remiel - ...porque hiciste eso? - su voz parecía perdida, confundida. Sus ojos abiertos, sorprendidos tambien... tan humano. 

Respuesta  Mensaje 47 de 72 en el tema 
De: MaryChain Enviado: 08/07/2012 08:04
Los ojos de Yeremi se habian abierto con temor, el horror casi resbalando de sus pupilas. Por qué le miraba con terror? Si era él el que temblaba de susto, él el que tenía miedo de los secretos del demonio, él el que tenia ser su muñeca... Yeremi no tenía nada que temer... Entonces, qué era? Más la sorpressa no desaparecia del demonio, al contrario del temor, y se había perdido en su mirada, asi, congelado sobre él, hundiendose en su mirada, con la respiración fría saliendo de sus labios, observando al demonio bajo el. ...porque hiciste eso?"  Se sobresaltó al sentir las manos estrechando su cintura, el rostro compungiendose de pronto, queriendo huir de ahí de un salto, alzando el baston como si fuera a golpearlo, pero dejandolo caer sobre la propia cabeza como para despertarlo, hasta que el objeto rodó por el suelo, lejos de ahí. Cerró fuertemente los ojos, sus brazos descasando a sus lados, la cabeza enterrada en sus hombros. Jamás había tenido verdadera intención de lastimarlo, de hacer el ademán de matarlo, cómo podría?... Y Yeremi lo miraba con sorpresa, como un niño asustado... Él era el monstruo, entonces? Se cubrió el rostro con ambos brazos, de pronto con profunda verguenza. "No lo sé... No lo sé..." murmuraba, repitiendolo varias veces, rapidamente y nervioso. No dejaba de temblar, y habia dejado de ser el frio... Por qué habia hecho eso? Ahora mismo no se lo podía explicar, y no estaba en condiciones de pensar demasiado. "Yeremi...", susurró de pronto, una de sus manos tomando su mejilla, como si quisiera asegurarse que estaba ahi, que era él aunque no pudiera verle, que el demonio era el mismo al tacto, que no le odiaba, que no se habia vuelto un monstruo... Asegurarse qué ninguno de los dos era la muñeca de nadie y que solo estaban ambos ahí, nada más.

Respuesta  Mensaje 48 de 72 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 08/07/2012 08:27
La confusión de Remiel era increíble, se encontraba casi atónito. Cuando el bastón se elevó, los ojos claros del demonio observaron a ese objeto inanimado, hasta que cayó al suelo golpeando la cabeza del menor torpemente. Apretó sus labios al verlo cerrar sus ojos y su rostro se relajó, tratando de parecer normal.. lográndolo lentamente al oírlo "No lo sé... No lo sé..." podía escuchar, aunque las manos que cubrían su rostro impedían que lo oyera mejor, podía entenderlo. Admitía que no sabía el porqué. "Yeremi...", habló casi como si lo llamara, como si lo necesitara, tomando una de sus mejillas, permitiéndole sentir como temblaba su frágil cuerpo.

Lo necesitaba, Yeremi tenía que hacer algo al respecto. Las manos en la cintura ajena se presionaron más, aferrándose a la ropa en ese lugar al aún sentirlo temblar y ayudándose con ese agarre a sentarse costosamente en el lugar. Sin dejar de mirar sus ojos en ningún momento, rodeándolo en un fuerte e intenso abrazo. Aprisionando todo el cuerpo del rubio menor entre sus brazos. Abrazándolo. Hundiendo entre su cuello y su hombro, la cabeza. Respirando profundamente su perfume y exhalando sin cuidado por entre sus labios. Sonriendo un poco debido a lo bien que podía llegar a sentirse abrazarlo - ...lo conoces? - preguntó, ahora Yeremi. La misma pregunta que Hisoka había hecho hacía hora atrás, ahora la decía el demonio, abrazándolo mas fuerte - ...dime que no lo conoces y que no te importa lo que pueda decir de mi - hablo, como si fuera un pedido.

Respuesta  Mensaje 49 de 72 en el tema 
De: MaryChain Enviado: 08/07/2012 08:48
De pronto sintió el cuerpo de Yeremi contra el suyo, sin dignarse a abrir los ojos para mirarlo. No quería mirarlo, no quería ver la sorpresa en sus ojos, si es que esta aún continuaba ahí. Su cuerpo se amoldó a su abrazo, dandole el espacio necesario para que el mayor apoyara su cabeza comodamente en su hombro y su cuello, su mejilla apoyandose en su cabeza, como si le abrazara, sin dejar de temblar. Uno de sus brazos rodeó el cuerpo del Teufel, aferrandose a su camisa y negando con su cabeza. No le conocía, aunque sentía que le comprendía; pero ambos hechos eran muy diferentes. Era la primera vez que le veía, y no le había dicho nada sobre él, solo le había advertido... Advertido algo de lo que él ya sabía desde el comienzo. Lo demás lo habia deducido por si mismo a partir de la reacción del ojiverde y lo que Yeremi le habia contado sobre aquella mujer de la fiesta; Yeremi lo habia golpeado, por cuánto tiempo? Lo suficiente para acostumbrarse, aunque asumía que había aceptado acostumbrarse, que el ojiverde deseaba permanecer en esa condición bajo Yeremi. "Yeremi Valence nunca fue así", por lo que algo, desconocido para él, había gatillado el comportamiento en el demonio. "...dime que no lo conoces y que no te importa lo que pueda decir de mi" Era eso lo que me quieres ocultar, Yeremi? Aquello que te convirtió en esto?... Volvió a negar con su cabeza. "No importa...", susurró, sus labios contra su hombro, su dedos aferrandose con más fuerza a su espalda, sintiendo que se quebraría en cualquier momento, aunque no deseaba que Yeremi lo viera asi jamás. Despues de todo, lo que sea que haya llevado a Yeremi hasta aquí, se sentía preparado a enfrentarlo... El pasado ya no se podía arreglar.

Respuesta  Mensaje 50 de 72 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 08/07/2012 09:11
Exhaló, aliviado. No le conocía, no le importarían los chismes ni los demases. Apartó su rostro de ese cómodo lugar en el que estaba, para mirarlo, borrando su sonrisa y dejando su boca entreabierta. Poniendo frente con frente, y sin dejar de abrazarlo, obligándole a mirarlo - ...me enojé un poco afuera... - murmuró, como si quisiera que solo él le oyera, mirando sus ojos, notándolo frágil... acariciando su cintura lentamente. Quería que todo aquello pasara y se quedara en el olvido, no tenía ganas de hacerse cargo de sus arranques. Subió ambas manos, para atrapar el rostro de Remiel y continuar observándole - ...perdón, creí que te perdería - habló. Porque? había razones para irse? si, definitivamente las había. Pero no quiso explicarlo, apenas había terminado de hablar continuó con otra cosa, simulando una pequeña sonrisa mientras miraba sus ojos - ...haha... - rio un poco elevando las rodillas, acomodándose - ...por un momento creí.... volver a ver a mi hermano.. - cambio el tema para dejar de verlo así. Intentar que Remiel abandonara esa preocupación en el rostro.

Respuesta  Mensaje 51 de 72 en el tema 
De: MaryChain Enviado: 08/07/2012 18:51
Se sobresaltó al sentir su frente en la suya, sin abrir los ojos aún, entreabriendo ligeramente sus labios al sentir su respiración. La mano que lo sujetaba no lo soltaba, pero la otra quería apartarlo, aún se sentía demasiado avergonzado (avergonzado de qué?); poco a poco fue abriendo sus ojos, observando su barbilla, sus labios, la nariz y las mejillas, lentamente, hasta topar la mirada con sus ojos azules. ...me enojé un poco afuera... Lo sabía, él mismo también se habia enojado un poco, había desarmado su recta e impecable calma, así que ambos se sentían del mismo modo. Suspiró suavemente, hundiendose en la mirada de Yeremi al sentir como acariciaba su cintura, y cerrandolos con calma al sentir que tomaba su rostro, casi aturdido, quedandose inmovil en su agarre, sus delicadas manos aferrandose a su camisa. Ahora que el estupor había pasado, se sentía ligeramente aturdido y pensativo, pero por más que intentaba no podía pensar en nada, absolutamente nada. ...perdón, creí que te perdería Sus ojos se abrieron de pronto, observandolo fijamente pero sin expresión alguna, solo con interes. Yeremi no parecía notar que el temor que tuvo afuera frente a él, escondido tras débil amenaza, era por ello, por el temor de perderlo si se enfrentaba, de dañarlo (aunque veía improbable dañarlo fisicamente) y de salir dañado (en todos los sentidos). Su agarre se intensificó al escucharlo reir, por qué reía?... De pronto estuvieron más cerca, pues el hecho de que haya alzado sus rodillas simplemente lo acercó más a su rostro, y tildó suavemente la cabeza hacia un lado, mirando el suelo. por un momento creí.... volver a ver a mi hermano.. Sus ojos giraron lentamente en su dirección, luego su cabeza, volviendo a topar frente con frente. "Tu hermano?... Qué sucede con él? Dónde... lo viste?", preguntó con calma y cierta ternura, aunque intentaba no pensar en lo que podría haber hecho su hermano... Podría ser qué le haya lastimado? Después de todo, nunca antes había escuchado algo sobre su familia, por lo que tenía curiosidad.

Respuesta  Mensaje 52 de 72 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 23/07/2012 22:50
Negó con la cabeza, sonreía de solo ver su rostro y oír su voz. Se sentía bien estar sentado justo en medio de una amplia cocina, en piso, bajo una noche de tormenta y justo antes de cenar. Le hacía reír el hecho de reiterar en sus pensamientos el hecho de que realmente podría acostumbrarse a vivir a su lado, a entregarle una cuota de aventura a la plena y recta vida de Remiel, regida por sus pasiones pero bajo la rectitud de la obediencia que él mismo se imponía. Al notar su interés en su hermano, observó fijamente sus ojos. Así que dijeran lo que dijeran él estaría a su lado? Los amantes se defienden a garras y dientes aún sabiendo la verdad de cada uno, aún así conociéndose perfectamente, sonrió un poco más.

- mi hermano.. - continuó, acomodando algunos mechones sobre el rostro de Remiel, acariciando ese cabello plano y suave... frágil como lo era también de cuerpo entero. Mirándolo casi con deseo en sus pupilas, pero ninguna expresión mas que la mueca de una sonrisa - ...él - lo pensó mejor - ...quizás no esté listo para hablar de eso ahora mismo... - su sonrisa se fue por un momento, poniendo su mente en blanco, apagando la voz de su hermano, sus gritos llamándolo dentro de su cabeza, el recuerdo de verlo corriendo por el patio de su casa con un arma en la mano... una vez que permaneció en silencio, se mantuvo unos segundos que parecieron largos para Remiel aunque Yeremi no lo notaba, miraba a Remiel pero no lo miraba en sí. Hasta que agudizó su mirar y se concentro en su rostro, se enfocó en él por fin, continuando con la caricia desde su cabello a su mentón, suavemente...

- cuando nos vayamos a dormir... podría contártelo, como se le cuenta un cuento de terror a un niño para no dejarlo dormir - sonrió apenas, pues no quería arruinar la cena, más de lo arruinada que ya estaba - ...solo que esto no será solo un cuento - elevó una ceja y sonrió un poco más - ni tu un niño, claro - se adelantó a que el otro se ofendiera y le golpeara. No había querido decirle crio, burlón sonreía mirándolo. Permaneciendo una vez más cayado y mirándolo en silencio, solo que esta vez sí enfocaba los ojos de Remiel en los propios, esta vez no se encontraba dentro de su cabeza hurgando en los recuerdos, esta vez estaba allí en esa realidad, actualmente presente. Sin aviso alguno, el cuerpo de Remiel se recostó en el suelo, pues Yeremi lenta aunque sin frenar en ningún momento salió de esa posición y se arrimó tanto a la boca ajena que por escapar de él ante la impresión ahora Remiel estaba en el suelo boca arriba, con Yeremi frente a sus ojos - ...bésame - fue lo único que murmuró antes de unir su boca a la ajena, como si hubiera estado conteniendo los deseos de besarlo, desangrándose de ganas. Atrapando la boca ajena sin esperar una respuesta a cambio, lamiendo la comisura de sus labios para abrir su boca e introducir su aliento caliente, su húmeda ternura acariciándolo.

. . . . . . . . . .

Respuesta  Mensaje 53 de 72 en el tema 
De: MaryChain Enviado: 26/07/2012 14:48
mi hermano.. ...él..." Habia permitido comodamente que arreglara los mechones de su cabello, sus pestañas alzandose para mirarlo más a los ojos, ansioso pero algo temeroso de lo que diría. "...quizás no esté listo para hablar de eso ahora mismo..." La sonrisa de Yeremi se había ido por algunos momentos, parecía absorto en algo más, incluso aunque lo mirase, su mente estaba perdida en algun oscuro y remoto recuerdo; cuando por fin el demonio logró reaccionar a esto, le observó, y no pudo evitar inclinar su cabeza en dirección a la mano que bajaba por su rostro, casi como si le guiara... Aunque aún quedaba pendiente la historia respecto a su hermano, que le importaba demasiado conocer. "cuando nos vayamos a dormir... podría contártelo, como se le cuenta un cuento de terror a un niño para no dejarlo dormir... solo que esto no será solo un cuento, ni tu un niño, claro" Se había apresurado en remarcar lo ultimo, incluso si no se había sentido en lo más minimo afectado por el comentario, simplemente observandolo, notando que el demonio sí estaba ahi presente; dónde había viajado hace un par de segundos? A que remoto recuerdo se había asomado a observar? Por qué evitaba aquello?... Pero antes de poder chistar o quejarse sobre el silencio que Yeremi habia decidido guardar respecto a su hermano, la boca del mayor se arrimó a sus labios, apartandose y logrando el cometido del demonio, que era el dejarlo en el suelo recostado. Se sorprendió, aunque sin demostrarlo mucho, parecía resignado más que otra cosa, una extraña resignación. "...bésame" Cerró con delicadeza sus ojos, entreabriendo suavemente la boca cuando sintió los labios de Yeremi en los suyos, atrapando sus labios. Una de sus manos se aferró al cuello del demonio, viajando hasta su nuca, donde enredó sus dedos en su cabello mientras profundizaba más el beso, extrañamente ansioso. Era como si despues de todo lo sucedido hace un rato hubiera esperado aquello...

Respuesta  Mensaje 54 de 72 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 27/07/2012 07:09
Fue automático, por decirlo de alguna manera, Remiel había respondido casi al segundo de haber oído esa ¨orden¨ o pedido. La boca caliente del demonio abrazaba la ajena con hambre pero manteniéndose sutil en cada movimiento. El menor subió sus manos para acariciar sus cabellos, Yeremi no pudo evitar pensar que siempre hacia lo mismo, que quizás era una de sus manías tocar su pelo mientras le besaba o le acariciaba o mientras durmiese.

Y estaba agradecido de que Remiel fuese así, sentir sus finos dedos entre los cabellos de su nuca no hacía más que estremecerle placenteramente. Una de las manos del rubio mayor se hundió entre el suelo y la cintura ajena, tomándolo para elevarlo y apretarlo más contra su cuerpo, haciendo que le roze, que le sienta por completo en cuerpo entero aún sobre su ropa, que notara las ganas que se encontraba guardando hacía rato. Profundizando un poco más el beso justo en el momento en el un relámpago se dejaba oír en el ambiente, un sonido que retumbó en las paredes por unos segundos, haciendo parpadear un poco la luz, ¿que sucederia si se cortara? vaya que tendrían con qué entretenerse el resto de la noche. El piso frio se contrarestaba con las manos calientes del demonio. La lengua de Yeremi envenenaba el interior de Remiel, de alguna forma lo violaba. Acariciaba su lengua con vehemencia, tan angurriento como ansioso, le arrebataba poco a poco el aire.

Oh si, Remiel sabía mejor cuando también se encontraba ansioso por su boca. La mano que permanecía aún con el brazo apoyado en el suelo, justo al lado de la cabeza de Remiel, tomó los cabellos finos, rubios, tirando apena de ellos y separándose de su boca apenas unos centímetros, para morder su labio inferior y lamerlo hasta llegar a lamer su mejilla también… después, volver a introducir su lengua intrusa en esa garganta, quemándolo por dentro, dejando escapar un gruñido suave.


. . . .

asdkjsahdk no hay una sola palabra en mi respuesta, será que las acciones valen más la pena juju 1313
Yeremi quiere ya...y en el piso º//º 

Respuesta  Mensaje 55 de 72 en el tema 
De: MaryChain Enviado: 27/07/2012 07:36
El suelo estaba helado, y pronto comenzó a temblar de nuevo, pues la ropa continuaba algo humeda, aunque el calor del cuerpo de Yeremi pegado a su cuerpo contrarestaba esta sensación un poco. El beso se habia tornado en una temperatura completamente contraria al frío del exterior, pero se sobresaltó al escuchar el relampago, atrayendo al demonio más a si mismo de la nuca, ignorando el hecho de que estaba aplastando su mano. No importaba, nada parecía importar en ese instante, un suave jadeo escapando de sus labios cuando el demonio le permitó tomar algo de aire, la respiración entrecortada, correspondiendole el beso con las mismas ansias, dejandose besar y morder tranquilamente. No podía ni explicarse a si mismo, pero sabía que buscaba aquellos gestos de Yeremi, sus besos, sus brazos, para cerciorarse de algo. De qué? No lo sabía. Con ambas manos en su cuello, acariciandolo suavemente, acomodaba la cabeza del demonio a su gusto para besarlo, jugando con su lengua, demandante, aunque interrumpiendo el beso de pronto para poder respirar, jadeante, atrayendo su cabeza y su cuerpo más a si mismo. Un nuevo relampago iluminó toda la cocina, pues la luz se cortó al instante, y chilló suavemente, asustado, mirado al demonio fijamente a los ojos, incluso en aquella oscuridad podía verlos brillar levemente, la lluvia golpeando la ventana. Con sus brazos rodeó su cuello, murmurando el nombre del demonio suavemente sobre sus labios antes de hundirse delicadamente en ellos, uno de sus brazos acariciando su espalda lentamente, sin acabar de besarlo. Quería olvidarse por un momento de los relampagos...

Respuesta  Mensaje 56 de 72 en el tema 
De: Shounen Kait Enviado: 27/07/2012 07:57
- Hum… - dejó escapar al separarse cuando el menor se sobresaltó y la luz se cortó irremediablemente. Yeremi quiso sonreír, pero los ojos de Remiel estaban tan fijos en él… que no pudo hacer más que hipnotizarse con su mirar. Escuchó su nombre… miel en los labios, agua a la boca. Relamió su propia boca antes de recibirlo y volverlo a aprisionar en su aliento. Humedeciendo mucho la boca ajena… profundizando cada vez más ese beso y apretándose fuertemente contra el cuerpo que tenía debajo, trayéndolo a la vez con su mano hasta lograr generar cosquillas en esas partes íntimas a su acompañante, aún sobre la ropa, dándose un poco de placer al acariciarse suavemente, como si se tratara de un leve vaivén entre las piernas de Remiel.

Deslizando su lengua fuera de los labios ajenos para dejar apenas un camino de humedad en toda su piel hasta llegar a su cuello y morder ligeramente, lamer y absorber su piel como si quisiera marcarlo, deslizando los dedos que tenía en su cintura, por toda la extensión de sus caderas, aferrándolo a su cuerpo un poco más. Un poco más... más... hasta que lo sintiera tan bien como él. La mano que tenía en su cabello tomó una del menor, llevándola a pasear por el cuerpo de Yeremi, desde su cabello, hasta su rostro que besaba intensamente ese cuello, pasando por su torso… y llegando a los botones de su camisa… como si le invitara a sacarle la ropa. Volvió a subir a su boca, primero lamiendo sus labios.. después mordiendo el inferior y tirando un poco de él mientras le clavaba los ojos encima - …tan deliciosamente sumiso – murmuró, con voz ronca, como si le excitara verlo así. Hundiendo una vez más su boca en la ajena… absorviendolo como si le llevara el alma. El cuerpo del demonio estaba caliente, realmente caliente, como siempre. Su piel quemaba, lo mismo que su boca.

Respuesta  Mensaje 57 de 72 en el tema 
De: MaryChain Enviado: 27/07/2012 08:13
Los escalofríos le recorrían exquisitamente la columna al sentir su cuerpo tan cerca, estremeciendose al sentir que no solo lo tenia cerca, sino que también el demonio buscaba contacto con su cuerpo, muy ligeramente. Al percatarse de ello se puso ligeramente nervioso, respirando agitado cuando separó el beso, observando el oscuro techo de la cocina mientras la lengua de Yeremi recorría su cuello, y de pronto un abrupto gemido al sentir como lo mordía, luego suaves, delicados y placenteros; y como si eso no fuera suficiente, Yeremi lo pegó más contra sus caderas, y sentía lentamente su cuerpo arder por dentro, doblando una de sus rodillas a un costado del cuerpo del demonio, lentamente, como si con timidez aceptara más. No había notado lo tensa que estaba su puño en los cabellos del demonio hasta que Yeremi la tomó, sorprendiendolo, acariciando su cuerpo guiado por el, sin poder dejar de gemir ante sus mordidas, acabando el recorrido en su camisa, sobre los botones, una invitación explicita a quitar la camisa. No podia dejar de respirar, nervioso,el corazón desbocado, completamente sonrojado pero agradeciendo la ausencia de luz que ocultaba el sonrojo, sintiendola mirada de Yeremi clavarse en su cuerpo. "…tan deliciosamente sumisoLe avergonzaba, pues tenía razón, pero no hacía mucho por evitarlo. Recibió sus labios, tan gustosamente como al comienzo, arqueando suavemente su espalda para acomodar sus brazos y comenzar a desabrochar su camisa, con cuidado, acabando todos los botones y colando sus manos entre la camisa y la piel del demonio en la parte de sus hombros, deslizandola fuera de estos para dejarla caer suavemente, rodeando su espalda y pegando el torso del mayor al propio, sin dejar de besarlo, repitiendo su nombre con voz placentera y ronca.


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