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EL CUARTO CAMINO DE GURDJIEFF-BENNETT
 
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Sitting: EJERCICIO GURDJIEFF
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Buscadordelcamino  (Mensaje original) Enviado: 17/04/2013 23:35

G. nos enseñó una cantidad de ejercicios relacionados con el control de la tensión muscular, así como ciertas posturas adoptadas en las escuelas para la oración y la contemplación, y que un hombre no puede tomar si no sabe cómo reducir la tensión inútil de los músculos. Entre ellas se encontraba la llamada postura de Buda, en que los pies reposan sobre las rodillas, y otra más difícil aún, que él demostraba a la perfección y que no éramos capaces de imitar sino muy aproximadamente.

Para tomar esta última postura, G. se arrodillaba, después se sentaba sobre los talones (sin zapatos), con los pies estrechamente pegados uno a otro — sentarse así sobre los talones ya era muy difícil por mas de un minuto o dos. Después levantaba los brazos y, tendiéndolos al  nivel de los hombros, se inclinaba lentamente hacia atrás hasta tocar el suelo y allí se extendía manteniendo sus piernas pegadas debajo de él. Luego de haberse quedado echado en estaposición durante cierto tiempo, se volvía a levantar lentamente con los brazos extendidos, luego se volvía a echar y así sucesivamente.

Nos enseñó el relajamiento gradual de los músculos, comenzando siempre por los músculosde la cara, y nos dio diversos ejercicios para "sentir" a voluntad las manos, los pies, los dedos y así sucesivamente. La idea de la necesidad de un relajamiento muscular no era de ninguna manera una idea nueva, pero la explicación de G., según la cual el relajamiento de los músculos del cuerpo debía comenzar por los de la cara, era para mí totalmente nueva;nuncahabía visto algo parecido en los manuales de "yoga" ni en ninguna otra obra de fisiología.
Uno de los ejercicios más interesantes era el de la "sensación circular", como lo llamaba G.

Un hombre se echa de espaldas. Después de haber soltado todos los músculos, concentrando su atención, trata de tener la sensación de su nariz. Cuando lo logra, lleva la atención a la oreja derecha; una vez que la ha "sentido" lleva la atención al pie derecho, luego del pie derecho al pie izquierdo, luego a la mano izquierda, luego a la oreja izquierda, nuevamente a la nariz y así sucesivamente.

Todo esto me interesaba particularmente, porque ciertos experimentos me habían llevadoantes a la conclusión de que los estados físicos que están ligados a nuevas impresiones psíquicas comienzan con la sensación del pulso en todo el cuerpo, lo que nunca sentimos enlas condiciones ordinarias. En este caso, el pulso se siente de inmediato como un solo latido en todas las partes del cuerpo. En mis experimentos personales, obtenía esta "sensación" de una pulsación en todo el cuerpo, por ejemplo después de ciertos ejercicios de respiración combinados con varios días de ayuno. Estos experimentos no me llevaban a ningún otro resultado definido, pero guardaba la profunda convicción de que el control sobre el cuerpo comienza por el control sobre el pulso. Al adquirir por poco tiempo la posibilidad de regular, acelerar o disminuir el pulso, era capaz de acelerar o disminuir los latidos del corazón, lo que a su vez, me dio interesantes resultados psicológicos. En general, constaté que el control sobre el corazón no podía provenir de los mismos músculos del corazón, sino que dependía del control del pulso correspondiente a la "gran circulación", y G. me lo había hecho comprender bien al precisar que el control sobre el "corazón izquierdo" depende del control de la tensión de los músculos; pues si no poseemos ese control, es ante todo por la mala e irregular tensión de los diversos grupos de músculos.


Habíamos comenzado a practicar los ejercicios de relajamiento muscular y nos llevaron a resultados muy interesantes. Así, uno de nosotros se encontró capacitado de repente para hacer desaparecer un dolor neurálgico en su brazo. Por otra parte, el relajamiento muscular tenía una inmensa repercusión en el sueño verdadero, y cualquiera que hiciera seriamente estos ejercicios no tardaba en darse cuenta de que dormía mucho mejor, necesitando menos horas de sueño.

Fragmentos de una Enseñanza Desconocida - P.D.  OUSPENSKY



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