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voodoo: Los fenomenos psiquicos en las pueblos primitivos
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De: x-x-loly_ta-x-x  (Mensaje original) Enviado: 09/01/2005 08:25
Los fenomenos psiquicos en las pueblos primitivos

Resúmen.- En este informe, el autor ofrece un caso muy sugerente de que el fenómeno paranormal puede existir con frecuencia entre los miembros de las llamadas culturas primitivas. Diversas contrahipótesis pueden ofrecerse para explicar los aparentes fenómenos parapsicológicos: observaciones erróneas, exageraciones provenientes de recuerdos borrosos, trucos de prestidigitación, alucinaciones producidas por estados alterados de conciencia, autosugestión, para mencionar solo algunas de la mayoría de explicaciones alternativas. Tales críticas son minimizadas cuando se lleva a cabo una investigación controlada. Unos pocos estudios empíricos han sido llevados a cabo con grupos primitivos de personas, lo cual ofrece una razón para revalorizar la hipótesis psi.

El mito del buen salvaje desempeñó un importante papel en la historia de la literatura europea y americana. En la investigación psíquica, el mito del salvaje psíquico inspiró a un extraordinario número de escritores. La creencia de que los hombres primitivos poseen un profundo conocimiento de la naturaleza y sus secretos, vedado a los miembros de una sociedad civilizada, se remonta a los primeros estadios de nuestro pensamiento.

Plinio y Séneca rechazaban ciertas creencias y prácticas mágicas pero no dudaban de que las fuerzas naturales eran de carácter divino y de que los hombres que vivían en directo y constante contacto con la naturaleza podían adquirir poderes sobrehumanos. Los relatos de fenómenos psíquicos en Africa o en Asia, inexploradas, siempre han sido populates: hay poca diferencia entre las discusiones de Plinio sobre los "fenómenos de desmaterialización", en Persia y los recientes escritos de W. Searbrook o Ernesto Bozzano (siendo Plinio, por supuesto, el mas crítico de los tres).

Examinar la literatura referente a los fenómenos psíquicos entre los pueblos primitivos es una experiencia entretenida pero decepcionante. La mayoría de los "relatos de testigos oculares" omite mencionar nombres de lugares y fechas. La mayor parte de los diarios de viaje ofrecen relatos de segunda mano, atribuídos a otros exploradores o a "fuentes autorizadas". El mejor material se encuentra generalmente en los escritos de los misioneros, oficiales médicos o etnólogos que no están interesados en la investigación psíquica, ignoran sus problemas y métodos y con frecuencia son hostiles a sus posibles implicaciones. Existe, por ejemplo, una excelente descripción de sesiones mediúmicas en la región de Kasai, del Congo Belga, en un relato publicado por el Royal Colonial Institute de Bélgica (Fourche y Morlighem, 1939). Sus autores, dos oficiales médicos están interesados en el papel atribuído a los muertos en una comunidad de Kasai, pero no tienen la menor inclinación a discutir la autenticidad de los fenómenos que observaron. En una sola frase descartan el problema: los efectos eran similares a los observados en las sesiones espiritistas en Europa.

La misma actitud se nota en los excelentes estudios del culto vudú realizados por Dorsainvil (1931, 1937), en el sobresaliente estudio de Elíade (1951) sobre las técnicas arcaicas del éxtasis, etc. Hay pocas excepciones, como el estudio de Laubscher (1937) sobre los adivinos paganos y los médicos brujos de Suddfrica.

No es fácil, tratándose del mito del salvaje primitivo, separar el Dichtung del Wahreit. En su libro Psychic Phenomena in Jamaica, Williams (1934) describe varios casos de precognición presenciados en Jamaica antes del terremoto del 14 de enero de 1907. Mientras esperaba un tren para Kingston vió a una jóven mulata que entre sollozos convulsivos repetía: algo horrible va a ocurrir... " Media hora después el suelo comenzó a temblar. Muchas horas antes de que se produjera el terremoto, una cantidad de personas oyó hablar de un misterioso profeta que... había dejado en las calles de la ciudad... su grito de alerta". El autor no vió personalmente al profeta pero "se preocupó por indagar minuciosamente" antes de confirmar la historia.

El 13 de enero de 1921 el Times de Londres mencionó al misterioso profeta: "Un hombre que vestía un manto rojo..." que "en víspera del 14 de enero de 1907 hizo su aparición en Kingston advirtiendo al pueblo que antes de la noche la ciudad serl'a destruída". Es interesante notar que el padre Williams, en 1907, no describió al profeta ni citó exactamente sus palabras ("un grito de alerta"), pero catorce años depués el corresponsal del Times añade color a la historia ("el manto rojo") y hace la profesía mucho más específica.

"Estaba en Jamaica, en agosto de 1951, cuando el peor huracán en la historia de la isla devastó su costa sur. En esa oportunidad circuló una cantidad de excitantes historias de precognición, algunas de las cuales fueron publicadas en el Daily Gleaner, principal diario de Kingston. Estaba, entre otras, la historia de una "mujer de blanco" que fue vista en las calles de Kingston "anunciando al pueblo su día de castigo." Con ayuda de un jóven reportero establecí fácilmente que la profetisa de blanco fue vista por primera vez el 22 de agosto, cinco días después del desastre. Hubo otros doce casos de precognición personas que advertían a sus vecinos, madres que se negaban a enviar sus hijos a la escuela, etc. En diez casos de "presentimientos psíquicos" tuvieron lugar antes del huracán, pero después del primer anuncio radiofónico por el Miami Hurricane Service. En un caso, un adivinador semiprofesional anunció a su cliente "desgracia y enfermedad hacia el 16 del mes" (el huracán se desató el día 17).

El hecho de que una profetisa de blanco se retrasara cinco días en 1907 el límite de tiempo. Pero está permitido dudar. No obstante, mis impresiones y observaciones en Jamaica durante el fatídico mes de agosto de 1951 no fueron todas negativas. Durante las primeras treinta y seis horas siguientes al desastre el pueblo se vió privado de los medios de comunicación habituales: no había radio, teléfonos ni diarios. Muchas poblaciones quedaron completamente aisladas por estar suspendidos todos los viajes por tren, ómnibus y automóvil. Al mismo tiempo se sentía y se sabía que las noticias circulaban de familia en familiar que de alguna manera misteriosa y natural se establecían comunicaciones. No puedo dar ninguna evidencia válida de las comunicaciones telepáticas entre las familias dispersas por el desastre. No se podía intentar ninguna clase de test o experimentos. Todo cuanto puedo decir es que cada miembro de la comunidad sentía un "clima psicológico" muy peculiar que sugería una forma de comunicación telepática.

Uno de los relatos recibidos mencionaba a una madre que apeló a un álamo para enviar un mensaje a sus hijos, que estaban a diez millas de distancia, se alegaba que los niños hicieron exactamente lo que su madre le habla ordenado (por medio del álamo). Por supuesto, no hubo manera de verificar la historia. Cuando intenté interrogar a la pobre mujer porque y como esperaba que el árbol se pusiera en contacto con sus hijos, respondió: "Los ricos tienen su teléfono. Yo soy pobre. No tengo teléfono. Tengo que hacerlo de esta manera ..." Eso no hace más verosímil la historia pero ayuda a comprender el significado del mito del salvaje psíquico y porque algunos de los pueblos menos civilizados creen ellos mismos en sus poderes psíquicos y en los sucesos paranormales.

Durante mis dos viajes a Haití en 1952 Y 1953 recogí muchos casos de pretendidas comunicaciones telepáticas. No fue posible verificación seria, ya porque el testigo rehusase contestar o porque fuese demasiado locuaz y demostrase ser merecedor de poca fe. El rasgo significativo de estos relatos estaba en las condiciones en que se suponía que las pretendidas comunicaciones telepáticas tenían lugar. Había invariablemente medios prácticos para resolver las situaciones críticas o los conflictos, especialmente entre los miembros de una misma familia Un grupo de casos frecuentemente discutidos en Haiti merece, a mi entender, una minuciosa investigación: los pretendidos contactos telepáticos entre gemelos idénticos. Se atribuye a los "marassas", una amplia gama de facultdes psíquicas.

Para terminar mis observaciones sobre Jamaica debo mencionar dos casos de "sanadores paranormales". No sé si las plegarias y encantamientos de una vieja campesina, la "Madre Penny" (así llamada por ser de un penique sus honorarios habituales), ayudaban en efecto a sus pacientes, pero algunos de sus diagnósticos a distancia eran impresionantes. El otro caso es el de una médium, antigua maestra de escuela, que trabajaba en colaboración con un médico. Me dijeron que algunas de sus experiencias en diagnóstico clarividente han sido sometidas al Laboratorio de Duke para mayor investigación. Los competentes investigadores de Durham pueden haber llegado a distinta conclusión pero mis propias observaciones me conducen a creer que la mujer poseía una extraordinaria sensibilidad a los estimulos auditivos y olfativos, tan extraordinaria que fácilmente podía ser confundida con facultades psíquicas.

Casos similares fueron descriptos por Villey (1954, pp.60-89).

) en su brillante ensayo sobre la psicología del ciego, por Eller (1941) en su estudio de los olores del cuerpo y por Bienfang (1947), quien sugiere también que ciertas enfermedades poseen entidades olfativas específicas. Algunas de las observaciones y experimentos descritos por el doctor Laubscher, psiquiatra de El Cabo, merecen una mención especial. Su descripción de las facultades y técnicas de los médicos brujos y de los adivinos de Africa del Sur es excepcionalmente interesante. También realizó una serie de sencillos testa con un adivino Salomón Baba y con una jóven dotada que era sujeto de hipnosis. Resumiré dos de sus experimentos.

1- El adivino S. B. vivía a 96 km. de El Cabo. Antes de visitarlo el doctor L. compró un portamonedas, lo envolvió en papel marrón y lo enterró. Colocó sobre el lugar una piedra marrón lisa y encima una piedra gris. Desde el momento en que le doctor L. compró el portamonedas, nadie lo vió, y nadie conocía tampoco la naturaleza del objeto que se utilizaría en el test. Nadie vió al doctor L. enterrando el portamonedas. Partiendo del lugar viajó a una velocidad media de 56 km. por hora, es decir, que S.B. no pudo ser informado por corredores antes de su llegada. Poco después de llegar, durante una danza-sesión, S.B. describió con minucioso detalle el objeto y el lugar donde estaba enterrado, el papel que lo envolvia, el color y el tamaño de las piedras. El doctor L. concluyó que el adivino "leta telepáticamente su pensamiento."

2- El sujeto era una jóven que poseía una "aptitud supranormal de apreciación del tiempo. Sesenta experimentos se hicieron en un período de cinco años. Se retiraban todos los relojes del cuarto. Se hipnotizaba a la jóven detrás de una pantalla, sobre un sofá. En el otro extremo de la habitación había dos testigos que registraban las respuestas. Los períodos de tiempo que la jóven debía estimar variaban entre treinta segundos y veinticinco minutos y nunca erró en más de un minuto. En un período de treinta segundos erró en dos segundos. Segú el doctor L. la facultad de apreciación del tiempo no es de la misma naturaleza de la telepatía o la clarividencia, sino una capacidad psíquica para la que no puede ofrecerse ninguna explicación adecuada.

Con referencia al primer experimento, es claro que las precauciones adoptadas por el doctor Laubscher, por minuciosas que fueran, no podrían compararse con las rigurosas condiciones de laboratorio descritas por el doctor Soal. Pero estas condiciones, ¿pueden ser aplicadas en una investigación de las facultades psíquicas de los pueblos primitivos? ¿Es posible o siquiera deseable introducir un modelo definido de experimentos. Para examinar a un grupo de sujetos que nunca aceptarán técnicas repetitivas y aparentemente sin sentido? Se han intentado algunos experimentos de cartas y dados en Haití, en el Africa Ecuatorial Francesa, etc. Todos fracasaron. Salomón Baba se interesaría por encontrar una vaca perdida y se lo podría interesar en descubrir un objeto escondido. Pero con -seguridad es alérgico a la realización de 500 o 5000 sesiones de adivinaciones de cartas. Muchos sensitivos de nuestra sociedad civilizada no son en este sentido muy diferentes de los paganos sudafricanos Igkira.

El experimento del doctor Laubscher de apreciación del tiempo es otro "caso marginal" en que un desusado desarrollo de los sentidos conocidos se acerca mucho a la ESP. Cabe mencionar aquí un curioso efecto dedistorción del tiempo que observé en Haití, durante las ceremonias vudúes que duran toda la noche. Después de muchas horas de escuchar tambores y otros instrumentos de percusión, tres observadores (mi esposa, un amigo y yo) notamos el mismo efecto de creciente discrepancia entre la duración aparente del tiempo y la señalada por el reloj, semejante a los efectos descritos por Cooper y Ericson (1954) en sus experimentos metronómicos en hipnosis. Esos fenómenos de apreciación y de distorción del tiempo deberían ser investigados minuciosamente, test en las condiciones de Laboratorio como entre los primitivos. No puedo discutir aquí con alguna extensión las técnicas mentales y fisiológicas del shamanismo. Algunos de los problemas característicos de la investigación psíquica deben ser redescubiertos y reexaminados en su original y auténtico contexto psicofisiológico. En las prácticas shamanísticas las facultades psíquicas aparecen al mismo tiempo como aptitudes espontáneas y como parte de tradiciones y habilidades heredadas o adquiridas. Dos grupos de fenómenos me parecen particularmente interesantes: (1) G. Bogoraz menciona la "técnica de voz doble o distante" de los shamanes Chukchee y afirma que ella parece diferente de toda forma conocida de ventriloquía. (2) Varios trabajos discuten la insensibilidad shamánica al calor y al fuego (Mikhailovski, 1899; Gusince, 1947; Stevenson 1901, 1902; De Martino, 1948; Elíade, 1951) y describen técnicas de modificación de la temperatura del cuerpo y de tratamiento especial de la piel que forman parte de la iniciación de un shamán y de su primer adiestramiento.

Los investigadores psíquicos han discutido largamente la aptitud de caminar sobre el fuego en las islas Fidji y en la India, sin llegar a alguna conclusion definida. He mencionado antes las dificultades y limitaciones del trabajo experimental entre los pueblos primitivos. Es importante notar que incluso la observación objetiva puede ser difícil y muchas veces decepcionante. Es admitido que en las condiciones de laboratorio la actitud negativa del experimentador puede ser causa de descubrimientos negativos. Ello es verdad también en todo intento de observar las ocurrencias psíquicas entre los pueblos primitivos, pero el peligro de verse "emocionalmente envuelto" en los fenómenos observados es, en este último caso, infinitamente mayor. No creo que las "alucinaciones colectivas" o "sugestiones de masas" puedan explicar algunos de los hechos observados durante las ceremonias rituales en Haití o en Africa.

Pero no hay duda de que el sonar de los tambores y los pesados vapores de los sahumerios pueden producir alucinaciones. Recientemente un observador fidedigno me describió "su clara impresión de que una sacerdotisa se convirtió durante la danza en una masa oscura y amorfa". El mismo efecto de desmaterialización fue descrito por varios participantes que asistieron a las ceremonias de encantamiento de Aleister Crowley. En diciembre de 1953 presencié un caso impresionante de agilidad anormal, una posesa saltó a 1,60 o 2 metros de altura, y quedó por un tiempo suspendida de una viga. El mismo fenómeno, observado desde un ángulo algo diferente, podría haber sido descrito como una levitación. Finalmente, hasta el más experimentado investigador puede sorprenderse ante la elaborada e ingeniosa técnica de simulación y fraude inventada por la mayoría de los sacerdotes, adivinos y hechiceros. "En el Oeste -me explicaba un filósofo nativo- el dinero conduce al poder, aquí el poder conduce al dinero. Un adivino no puede dar en sus prácticas "aciertos y errores". Aún cuando sus poderes sean genuinos, debe ser un maestro de la simulación y el fraude. Ese es su seguro de desocupación ..."

Para terminar, quiero puntualizar una vez más unos pocos conceptos-esenciales (a) Mayores investigaciones sobre las comunicaciones telepáticas entre los pueblos primitivos pueden conducir a descubrimientos muy significativos con tal que el investigador recuerde que para ese grupo de sujetos la telepatía no puede ser un "juego de adivinación", sino que sigue siendo un medio arcaico de comunicación en situaciones críticas y conflictuales. (b) Necesitamos tanto experimentos de laboratorio como observaciones sobre el terreno en relación con una amplia esfera de "fenómenos marginales" y de casos que sugieren un desarrollo inusitado de los sentidos conocidos, posiblemente vinculado con la ESP. (c) Necesitamos un estudio serio y sistemático de las técnicas psicofisiológicas en las practicas shamánicas. (d) Hay todavía regiones de Africa. Sudamérica, Asia, Indias Occidentales donde puede hacerse un trabajo útil. Pero la penetración del progreso tecnológico es más rápida de lo que creemos.

Dentro de algunos años puede quedar muy poco de los fenómenos y facultades a que nos venimos refiriendo. Por el momento, en vista de la escasez de sujetos dotados en Europa y America, las investigaciones en los países subdesarrollados ofrecen posibilidades excepcionalmente interesantes.

REFERENCIAS

Bienfang, R. (1947). The Subtle Sense. Oklahoma University Press.

CooDer, L.F.(1954). Time Distortion in Hypnosis. Baltimore: Williams & Wilkins.

Dorsainvil, J.C.(1931). Voodoo et Nevrose. Port-au-Prince: La Presse.

DorsainVil, J.C.(1937). Psychologie haitienne: Voodoo et M'agie. Port-au-Prince: La Prense

Eliade, M.(1951). Le Shamanisme. Paris: Payot.

Eller, J.J.(1941). Med. Rec., New York, (154), p.167.

Fourche, J.A.T. & Morlighem, H. (1939). Les communications des indigenes du Kasai avec les ames des morts. Institut Royal Colonial Belge, 9 (2).

Laubscher, B.J.F. (1937). Sex, Custom and Psychopathology: A Study of South African Pagan Natives. Londres: Routledge.

Martino, E. de (1948). Il Mondo Magico. Turin.

Plinii Secundi, Naturalis Historiae, XXXVII, 60. "Majorum Impudentiae etc." Para Séneca, ver: Thorndike, L. (1905). The Place of Magic in in the intellectual history of Europe. New York: Columbia University.

Stevenson, M.C.(1901-2). The Zuni Indians. En el 23er. Informe Anual del Bureau of American Ethnology.

Villey, P. (1954). La Suppleance des sens. Le Monde des Aveugles. Paris: Corti.

Williams, J.J. (1934). Psychic Phenomena in Jamaica. New York: Dial.

PSYCHIC PHENOMENA IN THE PRIMITIVE CULTURES by M.Pobers.Abstract.- In this paper, the author provides a strong suggestive case that parapsychological phenomena may occur with considerable frequency among members of primitive cultures. Many counterhypotheses can be offered to explain apparent paranormal occurrences: inaccurate initial observations, exaggerations arising from faulty recall, sleight-of-hand trickery, hallutinations produced by altered states of consciousness, auto-suggestion, and to mention some of the more obvious alternative explanations. Such criticisms are less relevant when controlled experimentation is carried out. A few empirical studies involving members of primitive groups have been undertaken which do offer some support for the valid of the psi hypothesis.

* Publicado originalmente en: Ciba Foundation Symposium on Extrasensory Perception.(1956). J.& A-Churchill Ltd.: London. Informe presentado por Pobers, M. (1961). Los Fenómenos Psíquicos entre los Pueblos Primitivos. Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDEBA) (pp. 135-144).-

** M.Pobers fue miembro del Institute for Clinical and Industrial Psychology, Universidad Real de Utrecht (Holanda).



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