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De: mfelix28  (Mensaje original) Enviado: 27/06/2006 22:53
Estafa y escándalo entre terroristas en Miami
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POR JEAN GUY ALLARD y GABRIEL MOLINA

LA Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) ha planteado un temprano reto al grupo McClatchy que acaba de comprar la célebre cadena Knight Ridder, hasta ahora propietaria de los diarios Miami Herald y Nuevo Herald.

La FNCA emplazó agresivamente al Herald este viernes 23, expresando que "Las falsas alegaciones del señor José A. Llama, aparecidas originalmente en el periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba y recogidas por el Nuevo Herald en el día de hoy responden a una antigua campaña de difamación orquestada por el régimen castrista que sirve como pretexto para la labor de infiltración, subversión y división del exilio que viene realizando por más de cuarenta años… Lo que resulta altamente irresponsable es que un órgano periodístico como el Nuevo Herald se haga eco de ellas..."

La Fundación se refería a las acusaciones formuladas por José Antonio Llama, ex director de la propia FNCA, quien ha demandado por estafa a varios de sus colegas, a quienes acusa de haberse apoderado de fondos por cerca de 1,5 millones dólares que estaban destinados a un plan terrorista contra Cuba.

McClatchy Co. es una firma de medios masivos con sede en Sacramento, California, que compró Knight Ridder por $4 500 millones. No por azar, la noticia de la venta apareció en el Nuevo Herald, versión en Español del Miami Herald, firmado por la periodista Christina Hoag, del staff del Herald original que se publica en inglés, con el sugerente título de Comienza La Era McClatchy en el Herald. La información se publica al día siguiente de que la FNCA emplazara al diario por publicar esa información que denigra al poderoso lobby cubano americano.

McClatchy Co. fue fundada en 1857 por el inmigrante irlandés James McClatchy con The Sacramento Bee. Su política es concentrarse en los aspectos locales, dijo el editor de The Miami Herald, Jesús Díaz, Jr.

Hoag expresa significativamente que "Ahora la firma debe ponerse en el dilema de hacer buen periodismo mientras busca ganancias a mucha mayor escala, en un momento en que la mayoría de los periódicos se debaten entre ambas exigencias. El desempeño de McClatchy —agrega— será seguido de cerca en el Sur de la Florida. Gary Pruitt, presidente ejecutivo de McClatchy, dice que la compañía se atiene al desafío sin reparar mucho en las actuales condiciones del mercado. Preferimos tomar en cuenta los hechos concretos y analizar las evidencias para, en función de éstas, tomar decisiones a largo plazo para la compañía".

El escándalo financiero-terrorista, sólo un capítulo más de una de larga historia, fue destapado en realidad por Radio Miami en su crónica El Duende y dada a conocer por el periodista Reynaldo Taladrid, en el programa Mesa Redonda de la Televisión Cubana y en el diario Granma.

Los dos diarios de Miami confirmaron la denuncia de Llama el jueves 22, en una entrevista que amplía los detalles de una conspiración para cometer actos terroristas en la que participaron el ya fallecido presidente de la FNCA, Jorge Mas Canosa, y varios directores del reputado lobby cubanoamericano. El Nuevo Herald reconoce que realizó una investigación sobre el caso y retuvo la información durante casi dos años para "análisis de su departamento legal". También admite que "con anterioridad, el Gobierno cubano había lanzado reiteradas acusaciones sobre los presuntos planes armados de la Fundación, utilizando incluso testimonios de agentes infiltrados en la organización".

Asimismo indirectamente confirma que fue la aparición de la escandalosa información en Granma la que los llevó a hacerse eco: "La prensa oficial cubana publicó este miércoles un artículo basado en la información de los panfletos" (que Llama hizo circular en Miami).

Carente de argumentos para refutar la acusación de Llama, la Fundación una vez más trata de chantajear al Herald utilizando infundadas y manidas acusaciones contra Cuba. Por cierto, la Fundación en su declaración criticando al Herald afirma de modo aparentemente incoherente, que "según se aproxime el nuevo juicio a los espías cubanos de la Red Avispa, veremos un incremento en esta campaña de difamación con la aparición de nuevos infiltrados con nuevas falsas alegaciones".

El párrafo trata de adelantarse al descubrimiento de nuevas pruebas sobre la colusión entre los gobiernos y agencias secretas de Estados Unidos en los atentados terroristas contra Cuba, que ahora se yerguen como la balanza de la justicia ante la política de utilizar la voladura de las Torres Gemelas en septiembre del 2001 para justificar las invasiones de Iraq y Afganistán.

Llama, ex lugarteniente de Mas Canosa, no se arrepiente de su participación en la campaña terrorista que llamaron Guerra Total. Aseguró que la motivación esencial de su confesión son los $1,4 millones que aportó para financiar el proyecto, los cuales considera le fueron estafados por varios directores de la Fundación.

Toñín Llama reconoció al Herald que "él y otros miembros de la jerarquía de esa organización crearon un grupo paramilitar para acometer actos de desestabilización en Cuba y eliminar al presidente Fidel Castro".

Las palabras "actos de desestabilización" y "eliminar" resultan eufemismos en la Florida mafiosa, para actos de terrorismo y asesinato.

UN HELICOPTERO, 10 AVIONES, SIETE BARCOS Y EXPLOSIVOS

Los diarios miamenses confirman también que la FNCA, un grupo arropado por todas las administraciones norteamericanas desde su creación por el presidente Reagan, utilizando a Jorge Mas Canosa, adquirió un helicóptero de carga, 10 aviones ultralivianos propulsados por control remoto, siete embarcaciones y abundante material explosivo con el objetivo explícito de realizar acciones terroristas.

Según Llama, aquellos planes de asesinar al Presidente cubano se vieron impedidos en 1997 por la imprevista captura, por la Guardia costera norteamericana, del yate La Esperanza frente a Aguadilla, en Puerto Rico. La embarcación se dirigía hacia la isla venezolana de Margarita con el objetivo confeso de asesinar al Jefe de la Revolución Cubana, quien iba a participar allí en una Cumbre Iberoamericana. Se han documentado intentos también al menos en las Cumbres de Cartagena y Panamá.

Dueño del yate, Llama fue acusado con los tripulantes de conspiración para asesinar al Presidente de Cuba. Sin embargo, todos fueron exonerados en diciembre de 1999 por un jurado complaciente, por "falta de pruebas".

Esa causa amañada fue manejada por Héctor Pesquera, el oficial corrupto del FBI que luego fue recompensado con la jefatura de esa agencia en Miami. Por el contrario, Pesquera arrestó a los cubanos infiltrados para contrarrestar a esos grupos terroristas miamenses. Uno de los terroristas detenidos en el yate La Esperanza, Juan Bautista Márquez, fue detenido después, mientras estaba en libertad bajo fianza, por tráfico de 360 kilogramos de cocaína.

La Esperanza era parte del paquete para el complot contra Cuba, junto a otro yate, el Midnight Express, de 40 pies de eslora, que transportaría a Mas Canosa a la Isla para declararse presidente, una vez asesinado Fidel Castro y derrocado su Gobierno.

Llama clama por que se le diga a dónde fueron a parar los fondos, pues, por ejemplo, los aviones teleguiados fueron supuestamente vendidos por Pepe Hernández, en 1997.

El director ejecutivo de la FNCA, Alfredo Mesa, calificó de "intento de extorsión y difamación" la denuncia de Llama, mientras Ninoska Pérez Castellón, directora y portavoz del grupo desprendido de la FNCA, el Cuban Liberty Council (CLC), dijo que el caso se encontraba "en manos de abogados".

LA CONSPIRACION COMENZO EN 1992

Llama recordó que la conspiración criminal se fraguó durante el congreso anual de la FNCA celebrado en Naples, Florida, en junio de 1992. Según él, fue el puertorriqueño Miguel Angel Martínez quien "lanzó la idea".

Una veintena de directivos participaron en el delito conspirativo y designaron a José "Pepe'' Hernández y a Mas Canosa para que escogieran a los integrantes del grupo terrorista.

"En el congreso con directores y fideicomisos, celebrado al año siguiente (1993) en Puerto Rico, los escogidos comenzamos a reunirnos y a reparar en todo lo que hacía falta comprar", confesó Llama al Herald.

El periódico nombra "entre los integrantes del grupo" a Elpidio Núñez, Horacio García y Luis Zúñiga, Erelio Peña y Raúl Martínez, de Miami; Arnaldo Monzón Plasencia y Angel Alfonso Alemán, de Nueva Jersey, implicado en el caso La Esperanza; Fernando Ojeda, Fernando Canto y Domingo Sadurní, de Puerto Rico.

Pero no menciona a otros conspiradores denunciados por Llama: José "Pepe" Hernández, también implicado con él en el caso de La Esperanza; Luis Prieto, Miguel Angel Martínez, Fermín Pernas y Luis Botifol.

Curiosamente, en la denuncia de José Antonio Llama no aparecen los nombres de otros prominentes jefes de la Fundación: el médico Alberto Hernández, el terrorista Roberto Martín Pérez, designado coordinador del grupo, y su esposa, Ninoska Pérez Castellón. No podía faltar el célebre Luis Posada Carriles, quien durante la Cumbre Iberoamericana en Panamá fue apresado, pues como parte de estos planes pretendía asesinar a Fidel Castro y a los jóvenes panameños que asistirían a su conferencia en el paraninfo de la Universidad.

Taladrid se refirió en Granma a un documento presentado por la propia Fiscalía de Estados Unidos, como parte del injusto proceso, sobre las instrucciones cursadas a Gerardo Hernández a mediados de los años 90, "con una pormenorizada información enviada desde Cuba, de lo que ya se conocía en nuestro país sobre este tenebroso grupo paramilitar de la FNCA y con el objetivo de que René González buscara más información al respecto".

En el documento se mencionan los nombres de los miembros del grupo que serían "pagados por cada misión que hagan y tendrán seguros de vida por 100 mil dólares para sus familias".

Tres de los conspiradores, Arnaldo Monzón Plasencia, Raúl López y Manuel "Nolo'' García, fallecieron.

La compra de los aviones teledirigidos y de los otros equipos militares se realizó bajo la cobertura de las firmas Nautical Sports Inc, registrada en la Florida, y Refri Auto, radicada en República Dominicana, señala el reportaje.

Llama mostró al Nuevo Herald las evidencias de transacciones que conserva en su casa del suroeste de Miami.

Asegura que aportó 1 471 840,35 dólares de sus propios fondos "para financiar el proyecto", se le pidió que solicitara un préstamo comercial a su nombre en el Internationa Finantial Bank. El préstamo se suponía que sería pagado por todos, pero no fue así y al no poder cumplir el compromiso contraído con el banco, se vio obligado a declararse en bancarrota. Llama considera que la enorme cantidad de dinero le fue estafada por varios directores de la Fundación.

Los explosivos se compraron a través del connotado terrorista Raúl López, quien era propietario de una firma autorizada al efecto, algo normal en la Florida mafiosa. Pepe Hernández ordenó a López que solicitara un préstamo en el Ready State Bank, de Miami, para estos fines. Según Llama, los explosivos fueron lanzados desde una embarcación al fondo del mar, "en un arrecife cerca de Bahamas" por "Nolo'' García, cuando una lancha patrullera bahamense se aproximó al yate de Núñez, donde se encontraba.

Un mecánico, Eulogio Amado "Papo" Reyes, confirmó al Herald que ensambló los aviones, mientras José "Pepín'' Pujol, terrorista fichado y capitán del Santrina, que trasladó al terrorista Posada Carriles a Estados Unidos, confesó que la Fundación lo utilizó desde 1993 como asesor para comprar embarcaciones.

Pujol acaba de ser citado por un Gran Jurado de El Paso, Texas, que investiga esa entrada ilegal en Estados Unidos de Posada, que el Herald nombra "militante anticastrista".

Unos días después del 11 de septiembre del 2001 se produjo un cisma en la FNCA, cuando algunos fundadores del grupo comandado por Jorge Mas Canosa, como su ex presidente Alberto Hernández, su ex tesorero Feliciano Foyo, la ex vocera Ninoska Pérez Castellón y los directores Diego Suárez, Horacio García, Elpidio Núñez y Delfín Pernas, se negaron a presentarse a una convención anual convocada en Puerto Rico. Posteriormente crearon el llamado Cuban Liberty Council, que heredó buena parte de las estrechas relaciones de los Bush con estos terroristas.

José Antonio Llama, quien tampoco viajó a Puerto Rico, acusó entonces a Mas Santos —a quien hoy exonera— de caudillismo.

10 DE OCTUBRE DEL 2003: BUSH ABRAZA EFUSIVAMENTE A ZUÑIGA

El terrorista Luis Zúñiga Rey, ahora denunciado por Llama y cuya participación en actos de terrorismo fue señalada muchas veces desde La Habana, fue recibido el 10 de octubre del 2003 en los jardines de la Casa Blanca por George W. Bush, quien lo abrazó efusivamente ante las cámaras de la televisión.

Anteriormente, Mel Martínez, hoy senador y entonces alto oficial de la administración, había participado el 10 de octubre del 2001 en la reunión donde se anunció la creación del CLC, en el Biltmore Hotel, de Coral Gables, al lado del propio Llama y de varios de los conspiradores que denuncia, entre otros Alberto Hernández, Ninoska Lucrecia Pérez Castellón, Horacio García, Elpidio Núñez y Luis Zúñiga Rey.

En claro: apenas un mes después del 11 de septiembre, Mel Martínez, después nombrado secretario de Comercio por Bush, apadrina a un grupo de terroristas cubanoamericanos.

Por otro lado, Llama fue el responsable del Buró España de la FNCA y se encargó de desarrollar las relaciones entre el Partido Popular español y la FNCA. Participó en Madrid en una reunión que tuvo lugar en la sede del PP, calle Génova, en la que estuvieron Guillermo Gortázar, José María Aznar y Jorge Mas Canosa. En noviembre de 1995, Aznar se apareció en Miami donde confraternizó con los dirigentes de la FNCA. Llama animó luego la creación en España de una sucursal de la FNCA dirigida por Gortázar y a la cual se sumara Carlos Alberto Montaner, terrorista prófugo de la justicia cubana y hoy comentarista del Miami Herald. Aznar llevó a Miami hasta a los Reyes de España, a quienes reunió con Mas Santos, Pepe Hernández y el propio Llama. Como primer ministro, prácticamente regaló la empresa SINTEL a Mas Canosa y fue autor de la posición común de la Unión Europea contra Cuba.

El escándalo surgido en Miami con la confesión de un alto dirigente de la mafia cubanoamericana, apunta hacia el FBI, tantas veces denunciado desde Cuba por su grosera tolerancia del terrorismo, cuando Estados Unidos pretende librar una guerra al terror.

¿Qué hará ahora el FBI? ¿Realizará por fin una profunda y esperada investigación de esta fauna criminal? ¿Aprovechará para indagar sobre la forma en que se utilizó la información entregada al FBI sobre los planes terroristas para perseguir, arrestar y condenar a Los Cinco jóvenes cubanos, precisamente por haber penetrado los círculos terroristas del Sur de la Florida para neutralizarlos?

Todo el escandaloso proceso presentado por Llama como una iniciativa para liberar a Cuba, y que él mismo muestra fue un sucio negocio, demuestra que Cuba no miente. Y constituye una oportunidad y un reto para que el Gobierno de Estados Unidos, para que sus agencias como el FBI y la CIA, para que su sistema judicial, para que su prensa —representada en este caso por la cadena McClatchy—, las cuales ante revelaciones criminales no reaccionan ni amonestando a los culpables confesos, traten de demostrar que no todo está podrido en el establishment de ese país. Las fuerzas sanas norteamericanas tienen que despertar y rescatar el prestigio de esa nación que se hunde cada día más en un tenebroso pantano.

 



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