¡Cuba declara guerra armada a EU!

Héctor Gamboa Quintero

Los griegos y los espartanos que también eran griegos, que son útiles para llenar cuartillas a todos los escritores sin talento llamaban strategos a sus generales y planeaban la guerra, que era asunto de todos los días, con verdadera devoción; por supuesto, no ajena a las técnicas guerreras, tácticas del combate y medición de fuerzas con quien debían enfrentar. El resultado, como todas las guerras, lo decidían los dioses, los oráculos los anunciaban con cierta anticipación y el senado, el rey o el consejo de ciudadanos, daban la voz de ataque.

Aunque guardando las proporciones y aprovechando las distancias, Cuba acaba de declarar la guerra a los gringos y lo que es factible, dentro de la más pura táctica y estrategia bélica, podrían derrotarlos.

Pero para entendernos, vayamos por partes y consideremos los elementos y cualidades que sin duda favorecen a los cubanitos:

No necesitan claves secretas para comunicarse ya que hablan tan crípticamente que solo ellos se entienden. Un punto a su favor.

Pueden aguantar hasta más de treinta años sin comer y entonces no necesitan vituallas. Otro puntacho.

Son expertos, como lo comprueban los resultados olímpicos, en saltar vallas, correr como endemoniados y buenísimos para boxear. Cualidades valiosísimas en la guerra.

Provistos de un bongó jamás se desmoralizan y arman un mitote en cualquier instante y eso contribuye a mantener en alto la moral de las tropas. El Mitanes y el fantasma de Celia Cruz, (manumitida del espejismo-dream) llevarían el ritmo. ¡Azúcar! Anote otro punto, por favor.

Su arma secreta será un batallón de jineteras con sida, que recorrerán incansables, el país invadido ofreciendo sus servicios sexuales gratuitos a los gueritos de las grandes ciudades. En este rubro Vargas Llosa implementará sus brillantes páginas de “Pantaleón y las Visitadoras”

El general Y oruba y sus comandantes Ecue- Y amba-O y el espíritu de Nicolás GuiUén dirigirán los combates, la asesoría de proclamas y arengas estarían a cargo de Carpentier.

Lu Tzu y el Bonaparte de antes de Waterlo manejarán las maniobras

sobre tierra. Se luchará siempre en suelo americano por supuesto. Al {“m que las batallas las deciden los dioses. Esta estrategia tendrá el propósito de que los pinches gringos sientan lo que es ser invadidos y amar a Dios al ritmo de guantanamera.

En el recuento de pérdidas y ganancias, Cuba nada tiene qué perder. Si acaso deciden las heroicas tropas cubanas usar uniformes, estos llevarán sobre la parte frontal el poster de Bin Laden o Sadam, con el insano objetivo de asustar a los pendejos y por la parte trasera, in good whe trost, para apaciguar la ira divina, que siempre está con los malos.

Los veinte millones de mexicanos que tenemos agazapados como caballitos de Troya viviendo en los EU, automática mente se unirán en las trincheras, hombro a hombre con los invasores Cubanos. De pasadita, recuperaremos los territorios que nos robaron.

En acto de la más pura solidaridad Bolivariana, Colombia y México no surtirían de drogas y mariguana a los clientes gringos. Esta acción acentuaría la locura colectiva. Honduras, Guatemala y El Salvador no exportarían plátanos a gringolandia, Argentina evitaría que sus bailarines de tango los visitaran. Inglaterra preocupada por el asesinato de la princesa adúltera, no mandaría tropas de refuerzo a suelo yanqui. El dólar caería hasta el sótano y México dado lo vivillo que son sus jefes de hacienda, pagaría con pocos dólares y algunos bilimbiques la deuda eterna. El petróleo catalogado como articulo suntuario, se vendería en las joyerías. Les iría como en feria a los méndigos gringos.

Todos los países de la tierra aprovechando el río revuelto, declararían moratorias a sus deudas. El derrumbe de Forth North, está a la vuelta de la esquina.

Los yanquis nunca han ganado una guerra. Los ejemplos sobran: Korea, Vietnam, Afganistán, Irak, México, Panamá, Grenada, etc. Para colmo de la mala estrella, Rambo y Zewenezer (o como escriba) se declararán homosexuales y perseguirán con ingenuos fines eróticos a los invasores. ¡ La mueIte chico ¡

Los Cubanos son expertos en la guerra marítima, sus ingeniosas balsas lo demuestran.

No necesitan obuses lanza granadas, sus peloteros bastan y sobran.

La gusanera de Miami, que realmente son espías encubiertos de Fidel, se quitarían las máscaras y tomarían las armas; el amor a Cubita los impele a morir o vencer. Será efectivo aquello de ¡Patria o muerte, Venceremos!

Churchil ganó su guerra particular gracias a los habanos. El misterio de los Cohiba y Partagás no era tal, era evidente y definitivo para alentar aromáticamente la victoria.

De la tierra de los Cubanos fue planeado el derrumbamiento del mayor señorío conocido en tiempos lejanos, me refiero a la conquista del Imperio Azteca. Otro punto, por favor.

El himno de batalla sería: “Fidel, Fidel, qué tiene Fidel que los americanos no pueden con él...” acompañado de un estribillo que provocaría pánico entre los americanos: “Si Fidel es comunista, que me pongan en la lista” Anótele al escore.

En el remoto caso de que las cosas salgan al revés, los gringos tendrían que rediseñar un nuevo plan Marshal 11, para pagar sus destrozos.

El loco Bush encontrará otra horma de su zapato. Veremos si escarmienta. Puntito, favor.

Homero que está en el cielo, reputado como el mejor cronista de guerra de todos los tiempos, morirá nuevamente de envidia al no poder hacer la crónica de esta nueva Díada.