Oración semana 10 al 16 de febrero~

UNCIÓN

El gozo del Señor es nuestra fortaleza. Es la unción del Espíritu Santo la que pudre el yugo que esclaviza y
es Cristo quien nos hace verdaderamente libres. Tenemos gozo y libertad en nuestro Salvador,
¡este es un nuevo día!

Declaramos que los creyentes en Guatemala hemos crecido y aumentado en conocimiento, poder y unción.
Sabemos pelear las batallas y ganar para la honra y gloria de Cristo. Tu perfecto plan para cada vida requiere
que confiemos en ti; para crecer, debemos rendirnos a ti, Señor.

No permitimos que los “hermanos de Goliat” nos amedrenten. Sí, efectivamente ganamos la batalla contra nuestro
Goliat y, aunque esta nueva batalla se le parezca, no es la misma. Ahora estamos ejercitados en el uso de la fe y
tenemos la certeza de que estamos preparados para pelear. Esta batalla también la ganaremos. No volvemos a
edificar las cosas que Cristo nos ayudó a destruir, nos rehusamos a vivir según la pasada manera vivir. Hemos
estado trabajando la transformación de nuestra mentalidad para que el Dios de paz gobierne nuestra vida. Nuestra
supervivencia depende de nuestra sujeción al Espíritu… ¡no podemos ni queremos retroceder!

Seguimos el camino que el Espíritu abre ante cada uno, no caminamos en círculos. Insistentemente y con fe buscamos
el rostro del Señor para sacar partido de la diaria renovación de nuestro hombre interior y glorificar a Dios. Oramos que
los creyentes guatemaltecos nos tomamos con firmeza de la promesa de Dios para cada uno y no la soltamos. Como
Jacob, perseveramos hasta que la bendición prometida sea visible. Tú deseas darnos lo prometido y también estás
interesado en que seamos transformados mientras esperamos la respuesta.

Obra en la Iglesia en Guatemala, Señor. Derrama tu unción sobre tus pastores y líderes para que ellos, a su vez, la
derramen sobre sus congregaciones. Que tu Iglesia crezca en unidad y estemos bien posicionados para recibir nuevas
responsabilidades en ti, Señor.

Ven, amado Señor. Manifiéstate en nuestra vida en donde sea que nos desenvolvamos diariamente. Que tu unción y tu
gracia nos colmen cada día para mostrar a otros que Tú eres la puerta. Ofrecemos sacrificio de alabanza, adoración y
obediencia a ti allí, en el lugar en donde pasamos las horas del día. Intercedemos y oramos que tu presencia descienda
y las vidas sean tocadas y libertadas.

Clamamos que los creyentes en Guatemala nos apartamos del pecado para ser tus siervos personales, para amarte todos
los días de nuestra vida, para hacer conocidas tus grandezas y tu misericordia a todos. Amén.

(Gá. 2:18; Ef. 4:22; Fil. 4:8-9; Ro. 12:2; Jn. 15:5)