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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: \קяîи¢є§îtα x  (Mensaje original) Enviado: 18/01/2011 04:15

Mi nombre no es importante, solo mi historia puede llegar a interesar a alguien aunque lo dudo.

Tengo 44 años y hace unos 15, con 29 y una buena relación con el que sigue siendo mi marido, aunque no se por cuanto tiempo, me convenció después de mucho insistir y razonarlo aunque nunca he llegado a entender porque accedí para que mantuviera relaciones con un gran amigo suyo, para después contarle a el los detalles y el resultado.

Lo cierto es que nunca llegaron a ser nada excepcional eran mucho más satisfactorias para mí, las ocasiones excepcionales en que conseguía tener alguna con él. Esa situación duro unos tres años, en todo ese tiempo parecía, pero solo lo parecía que nuestra relación se fortaleció.

Nuestra confianza como pareja creció, pero solo por que el me "permitía" estar con otro hombre, sin sentirse ofendido ya que fue el quien decidió que y con quien, cuando planteo la posibilidad de hacer un trío, me negué en redondo y lo sigo haciendo.

Pasamos tres años así hasta que me harte de la situación y deje a su amigo, comenzamos a retomar nuestra vida, quizás no tan "emocionante" pero mucho más sincera.

Todo iba bien nos entendíamos y parecía que el pasado solo seria un mal recuerdo, hasta que un día a los pocos meses, me propuso volver a mantener relaciones con otro hombre, que en ese caso yo ni siquiera conocía, accedí también pues lo cierto es que quería a mi marido mucho.

En este caso fueron encuentros del todo frustrantes, no conseguía en ningún momento disfrutar ni tan solo el momento, diferente era el caso del primer amante que me buscó, ya que con ese si que llegue a pasar algún buen rato, en este caso era solo una relación mecánica, no teníamos ni tan solo conversación solo era encontrarnos, el disponía de mi cuerpo y cuando daba por terminado el encuentro se iba.

Eso duro cerca de dos años, durante los cuales el sexo con mi marido se resintió y mucho, prácticamente no existía.

En ese tiempo los encuentros cada vez eran más un sacrificio para mí, hasta que un día di por finalizado el asunto, ya no se ha repetido.

Desde ese momento hace ya casi diez años, nuestra vida sexual es prácticamente inexistente, sigo con el pero cada vez entiendo menos porque.

En todo este tiempo, me ha enseñado en varias ocasiones filmaciones de tipos con un cuerpo extraordinario, como volvían locas a las chicas (actrices) con las que estaban.

También me ha enseñado algunas paginas de Internet, de relatos eróticos, una en particular de la que ha "copiado y pegado" en documentos de Word algunos relatos para mostrármelos con un tamaño de letra grande y que sea más fácil de leer y menos pesado.

Sobre el papel todo parece bien, hay una cantidad por ahí de grandes amantes de nacimiento, parece que la mayoría lo hace todo bien, por desgracia de esos mi marido no conoce a "ninguno" también he podido ver que la mayoría de las mujeres que participan en los relatos, practican sexo oral y anal casi como si de tomar un refresco se tratara.

Sexo anal practique con lagrimas en los ojos con mi marido, antes de casarnos por miedo a un embarazo no deseado, después cuando se ha planteado casi siempre me he negado y si alguna vez lo ha conseguido ha sido con cremas y alcohol, el que yo había bebido de mas, pero hacerlo conscientemente y de forma voluntaria son pocas las veces en que he consentido.

En cuanto al sexo oral mis experiencias se reducen a dos veces en que el primer amante que me busco mi marido, me puso en tal grado de excitación que hicimos un 69, la primera vez estaba yo encima y cuando note que se venia simplemente lo aparte y punto, para continuar se tuvo que lavar pues el solo olor del semen me da arcadas.

La segunda vez estaba debajo y además un poco bebida y en esa ocasión no tuve escapatoria, se corrió por completo en mi boca, pero aun ahora solo de recordarlo me vuelven las nauseas, aunque ahora puedo controlarlas.

En aquella ocasión vomite mucho más de lo que había ingerido en todo el día, pero eso no fue todo, durante bastante tiempo cada vez que me llegaba un olor raro o simplemente que me acordara del asunto me hacia vomitar, al extremo que hubo quien pregunto si estaba en estado.

Esa es una de las causas de pensar que no existen "los buenos amantes" solo personas con más o menos gracia para según que y otras con un nivel de exigencia bajo y por eso es tan fácil que se cumplan sus expectativas.

He leído algunos relatos por mi cuenta, además de los que me recomendó mi marido y en la única parcela donde encuentro algo que se acerque a la realidad, es donde intervienen más de una mujer.

No me refiero a los relatos, de o entre lesbianas, un colectivo que respeto pues al menos ellas saben que es lo que quieren y luchan por ello.

Me refiero a algunos relatos bien de tríos o de infidelidad, donde una mujer acaricia a otra con ternura y le proporciona placer sin preocuparse del suyo, placer generoso. Pero eso tratando con un hombre es complicado.

En ningún momento hasta hace bien poco se me había pasado por la imaginación que mi marido hubiera obtenido algún tipo de beneficio o ventaja a cambio de ofrecerme, últimamente si que me ha asaltado esa duda, quizás por alguno de los relatos que he leído por mi cuenta.

Eso si que seria una gran decepción y el fin de nuestra casi inexistente relación.

En estos últimos meses, he conocido gracias a alguna de las paginas que "vi" con el y después visite sola alguna persona que me llama la atención y no se que podrá resultar de todo eso, pero sea como sea, seré yo quien elija jugar o no.

Como podéis imaginar mi pudor es inexistente, cuando vamos a alguna playa lo hacemos a nudistas, a el le complace y yo disfruto del sol y de las miradas lascivas de los que sé a ciencia cierta que NO me tendrán, es una forma de venganza, pues de momento no pienso repetir los errores cometidos tiempo atrás.

La empresa para la que trabajaba cerro y por eso paso tiempo en casa, los primeros días después de hacer lo poco que había que hacer, pues al no tener hijos y trabajar los dos, estoy bastante bien organizada y en cuestión de un par de horas ya había hecho la compra diaria y recogido lo poco que hubiera por medio, comencé a leer algunos de los libros que tenia pendientes pero me cansaba.

Comencé a conectarme a Internet, entre por casualidad en un foro gratuito donde hay gente "normal" que se conecta desde casa y muestra su cuerpo en parte o su totalidad y existe la posibilidad de "charlar" con quien participa como anfitriona, incluso con otros de los que están en ese momento en el foro.

Me registre y al principio solo miraba, pudiendo comprobar que era algo en directo ya que se hacían preguntas que obtenían respuesta inmediata, principalmente veía cams de chicas y no porque me gusten las mujeres solo porque las de hombres eran bastante menos "delicadas".

Compre una webcam la instale aunque es facilísimo y me compre un antifaz pues de esa manera no tengo porque preocuparme de si se ve la cara o no, al principio solo estaba algún rato conectada y parece que gustaba, comenzó a gustarme a mi también leer los comentarios que hacían algunos de los que visionaban mis imágenes hasta que un día una chica que también se muestra me propuso una comunicación entre las dos.

Me dijo que entrara en su "sala" que me tendría como única invitada, entonces durante la conversación, me dio su dirección de MSN la agregue, cerro su comunicación en el chat y estableció una conmigo, estábamos solo las dos, hablamos bastante y al principio solo nos veíamos la cara ya sin antifaz.

Después me dijo su nombre Marta y que tiene 38 años, con un cuerpo que me recuerda a Ursula Andress en "James Bond contra el doctor No".

Tenemos muchas cosas en común. La principal una vida de pareja "de pena" ella hace dos meses que esta divorciada de un narcisista celoso, que entre otras cosas la hacia vestir con ropa amplia y oscura para que nadie se fijara en ella, teniendo como tiene un cuerpo para lucirlo.

Según me contó, entro en ese chat por curiosidad y para aumentar algo su muy baja autoestima, cuando vio que mujeres con un físico no tan agraciado como el suyo eran alabadas y piropeadas (aunque en forma burda a veces) por muchos de los participantes, se decidió a mostrar el suyo y de ella tome la idea de ponerme un antifaz.

Quedamos en encontrarnos pues vivimos en la misma ciudad, en persona es aún más atractiva que por "cam." al vernos la reacción fue semejante, nos abrazamos como amigas de siempre, nos sentamos y mientras tomábamos un vermouth charlamos bastante de nuestras respectivas experiencias, cuando le relate lo que mi marido me había "organizado" tiempo atrás, se quedo perpleja ante la sumisión que mostré y me propuso ir a su casa.

Cuando le pregunte el ¿Por qué? Su respuesta también me dejo pasmada.

Es que me gustaría tener sexo contigo, si accedes serás la primera mujer con quien lo haga y sé que también será tu primera vez.

No le respondí, me levante saque dinero para pagar la cuenta di un paso y le tendí la mano diciéndole.

Vamos, no querrás que llegue a tu casa antes que tú verdad, además aun no se donde es.

Me tomo la mano, le levanto me sonrío y después me abrazo por la cintura y yo a ella, sé que había quien nos miraba pero íbamos muy orgullosas una junto a la otra, ni delante ni detrás justo al lado, rozando nuestros cuerpos, preludio de lo que se avecinaba, desconocido aunque prometedor.

Llegamos pronto y ya en el ascensor nos besamos, fue un beso calido tierno largo hasta que el ascensor paro en su planta, entramos en su casa y lo cierto es que no me fije en nada, solo notaba sus manos recorriendo mi cuerpo así como las mías el suyo, tratando de sacarle la ropa de forma atropellada en medio de una batalla de besos caricias suspiros deseo a fin de cuentas.

Estábamos tendidas en la cama abrazadas las dos mirándonos directamente a los ojos cuando sin mediar palabra comenzamos a restregar nuestras pelvis de forma desesperada, mientras le besaba el cuello, entonces entre suspiros me pidió que le hiciera un chupetón pero lo más exagerado de que fuera capaz. Fue una petición fácil de cumplir.

Cuando nos retiramos un poco ella bajo besando mi cuerpo hasta mi sexo y allí se entretuvo hurgando, con dos y después tres dedos follándome con ellos hasta que aplico sus carnosos labios, en "busca y captura" de mi ya excitado clítoris, lo lamia y sorbía de forma espectacular.

Alcance un orgasmo que me volvió loca, hacía más de un año que no tenia sexo con mi marido y quizás tres que no gozaba de un "verdadero" orgasmo, era interminable pues ella siguió hasta que no pude aguantar más y cerré las piernas mientras con mis manos sobre su cabeza hice intención de retirarla.

Subió hasta quedar junto a mí me abrazo y coloque la cabeza sobre su hombro y cuello con los ojos cerrados hasta que note que la respiración se normalizaba y había dejado de hipar, entonces la bese en los labios donde permanecía el sabor de mi sexo, sin dudarlo trate de hacerle algo semejante pero lo que hice fue arrodillarme entre sus piernas y comenzar con amplios lametones pues al contrario que yo ella iba totalmente depilada.

Comenzó a arquear el cuerpo cuando fue con la lengua con lo que la penetre, su clítoris a simple vista parecía mayor que el mío pero de todas formas cuando comencé a aplicarme en el aun creció más alcanzando un tamaño que solo había visto en algunas imágenes que llegue a pensar si no estarían manipuladas.

Su orgasmo fue muy escandaloso y lo alargue más aún que ella a mi pues me zafe de sus manos tomándolas con las mías y pude seguir, por un espacio de tiempo superior hasta que la presión de sus piernas, fue demasiada y como las manos las tenia ocupadas con las suyas tuve que dejarlo.

Trepe por encima suyo hasta quedar por entero cubriéndola, me abrazo y apretó de forma que pensé que me quedarían marcas pero no me importo, cuando la bese le note la cara húmeda había llorado, cuando le pregunte ¿Por qué? Su respuesta fue muy simple.

Soy feliz, es la primera vez en años que alcanzo un orgasmo, de hecho en los seis años que ha durado mi matrimonio ni una sola vez, mientras éramos pareja pero solteros sí que se esmeraba más pero después, los celos se lo comían hasta que fue algo obsesivo y desde que comencé a ir con él, hasta hoy nunca había estado con otra persona ni siquiera en broma.

Cuando pudo se levanto de la cama, fue al baño y a su regreso me beso y me dio las gracias.

Las gracias ¿Por qué? Creo que hemos disfrutado las dos, para mí también ha sido muy grato y espero que esta no sea la última vez ni que esto sea una despedida.

Me beso otra vez y me dijo.

¡No! no es una despedida espero, las gracias son por este maravilloso chupetón que me has hecho, servirá para alejar a los moscones de mi empresa, me lo maquillare un poco pero poco para que se note, aunque me lo tendrás que seguir haciendo de vez en cuando.

Entonces fue cuando me dijo que ese era su día libre entre semana, pues ese domingo trabajaba, le toca uno de cada cuatro y esa es la mecánica, un festivo entre semana.

Por mi parte de dije que estaba en paro, pero que podía hacer lo que quisiera, ya que mi marido en su momento me busco amantes le diría que ahora "me estaba procurando uno", que quizás más adelante le contaría algo al respecto.

Le dije con una picara sonrisa.

No me puede reprochar nada y vendré a tu casa siempre que quieras y me dejes, incluso puedo pasar la noche contigo cuando nos parezca, no seria la primera vez que lo hago con "permiso" de mi marido, en este caso el permiso me lo doy yo.

A Marta eso le hizo mucha gracia y respecto a ir a mi casa la única condición era ir esos días que tuviera libre entre semana, no quería que mi marido tratara de interferir en nuestra relación, le pareció bien, pasamos ese día descubriendo cosas nuevas la una de la otra, cuando llego el momento de la despedida quedamos en que nos comunicaríamos por cam. , además de intercambiar los teléfonos.



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