Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

El Universo de los Hechizos
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 ritos fin de año 
 
 
  Herramientas
 
espiritismo: SISTEMAS / LIBRO DE LOS MEDIUMS SEGUNDA PARTE
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta Eliminar Mensaje  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: magicman497  (Mensaje original) Enviado: 13/01/2008 18:19

43. Sistema del reflejo.

Una vez reconocida la acción

inteligente, queda por saber cuál es el origen de ésta inteligencia.

Se ha pensado que podía ser la del médium o de los asistentes que

se reflejaba como la luz o los rayos sonoros. Esto era posible: sólo

la experiencia podía decir su última palabra. Mas desde luego,

observamos que este sistema se separa ya completamente de la

idea puramente materialista; para que la inteligencia de los

asistentes pueda reproducirse por la vía indirecta, sería preciso

admitir en el hombre un principio fuera del organismo.

Si el pensamiento expresado hubiera siempre sido el de los

asistentes, la teoría de la reflexión se hubiera confirmado; ¿pero

el fenómeno, aun reducido a esta proporción, no sería acaso del

más grande interés? ¿Reflejándose el pensamiento en un cuerpo

inerte y traduciéndose por el movimiento y el ruido, no sería una

cosa muy notable? ¿No habría motivo para excitar la curiosidad

de los sabios? ¿Por qué, pues, le han desdeñado, aquellos que

agotan sus fuerzas en la investigación de una fibra nerviosa?

Sólo la experiencia, decimos nosotros, podía dar o dejar de

dar la razón a esta teoría, y no se ha dado, porque demuestra a

cada instante, y por los hechos más positivos, que el pensamiento

expresado, puede ser no sólo extraño al de los asistentes, sino que

muchas veces le es enteramente contrario; que viene a contradecir

todas las ideas preconcebidas y desbaratar todas las previsiones;

en efecto, cuando yo pienso blanco y se me responde negro, me es

difícil creer que la respuesta venga de mí. Dicha teoría se apoya

en algunos casos de identidad entre el pensamiento expresado y

en de los asistentes; ¿pero qué prueba ésto, sino que los asistentes

pueden pensar como la inteligencia que se comunica? Nadie dice

que deben ser siempre de opinión contraria. Cuando en la

conversación, el interlocutor emite un pensamiento análogo al

vuestro ¿diréis por esto que viene de vosotros? Bastan algunos

ejemplos contrarios bien acreditados, para probar que esta teoría

no puede ser absoluta. Por otra parte, ¿cómo explicar con la

reflexión del pensamiento, la escritura producida por personas

que no saben escribir, las respuestas filosóficas de la mayor

elevación obtenidas por personas no literatas, las que se dan a

preguntas mentales o en un lenguaje desconocido del médium, y

mil otros hechos que no pueden dejar duda sobre la independencia

de la inteligencia que se manifiesta? La opinión contraria solo

puede ser el resultado de una falta de observación.

Si la presencia de una inteligencia extraña está probada

moralmente por la naturaleza de las contestaciones, lo es

materialmente por el hecho de la escritura directa; esto es, de la

escritura obtenida espontáneamente, sin pluma ni lápiz, sin

contacto, y a pesar de todas las precauciones tomadas para

garantizarse de todo subterfugio. El carácter inteligente del

fenómeno, no puede ponerse en duda; luego hay otra cosa más

que una acción fluídica. Además, la espontaneidad del pensamiento

expresado fuera de toda espera, de toda cuestión propuesta, no

permite ver en ello un reflejo del de los asistentes.

El sistema del reflejo es bastante desatento en ciertos casos;

cuando en una reunión de personas decentes, sobreviene

inopinadamente una de estas comunicaciones irritantes por su

grosería, sería hacer poco favor a los asistentes el pretender que

proviene de alguno de ellos; y es probable que todos se apresurarán

a rechazarla. (Véase

El libro de los Espíritus, Introducción XVI).

44.

Sistema del alma colectiva. Es una variante del

precedente. Según este sistema, sólo el alma del médium se

manifiesta, pero se identifica con la de muchos otros vivientes

presentes o ausentes, y forma un

todo colectivo reuniendo las

aptitudes, la inteligencia y los conocimientos de cada uno. Aunque

la obrita en que esta teoría se expone se titule

La Luz (1), nos ha

parecido de un estilo muy oscuro; confesamos haberla

comprendido poco y no hablamos de la misma sino para que se

tenga presente. Por otra parte, es, como muchas otras, una opinión

individual que ha hecho pocos prosélitos. El nombre de

Emah

Tirpsé

es el que toma el autor para designar el ser colectivo que

representa. Toma por epígrafe:

nada hay oculto que no deba ser

conocido.

Esta proposición es evidentemente falsa, porque hay

una porción de cosas que el hombre no puede ni debe saber; muy

presuntuoso sería el que pretendiese penetrar todos los secretos

de Dios.

45.

Sistema de sonambulismo. Este ha tenido más

partidarios, y cuenta todavía con algunos. Como el precedente,

admite que todas las comunicaciones inteligentes tienen su origen

en el alma o Espíritu del médium; pero para explicar su aptitud y

tratar de objetos fuera de sus conocimientos, en lugar de suponer

en él un alma múltiple, atribuye esta aptitud a una sobrexcitación

momentánea de las facultades mentales, a una especie de estado

de sonambulismo o de éxtasis que exalta y desenvuelve su

inteligencia. No se puede negar, en ciertos casos, la influencia de

esta causa; pero basta haber visto operar a la mayor parte de estos

médiums, para convencerse que no puede resolver todos los

hechos, y que forma la excepción y no la regla. Se podría creer

que es así, si el médium tuviese siempre el aspecto de un inspirado

o de un extático, apariencia que por otra parte podía simular

perfectamente, si quisiera hacer una farsa; pero, ¿cómo creer en

la inspiración, cuando el médium escribe como una máquina, sin

tener la menor conciencia de lo que obtiene, sin la menor emoción,

sin ocuparse de lo que hace y mirando a otra parte, riendo y

haciendo diferentes cosas? Se concibe la sobrexcitación de las

ideas, pero no se comprende que pudiese hacer escribir al que no

sabe, y aun menos cuando las comunicaciones se transmiten por

golpes, o con la ayuda de una tablita o de una cestita. Veremos en

la continuación de esta obra la parte que es preciso conceder a la

influencia de las ideas del médium; pero los hechos en que la

inteligencia extraña se revela por señales incontestables, son tan

numerosos y tan evidentes, que no pueden dejar ninguna duda. La

falta de razón en la mayor parte de los sistemas nacidos en el

origen del Espiritismo, es el haber sacado consecuencias generales

de algunos hechos aislados.

46.

Sistema pesimista, diabólico o demoníaco. – Aquí

entramos en otro orden de ideas. Estando acreditada la intervención

de una inteligencia extraña, se trataba de saber cuál era la

naturaleza de esta inteligencia. El medio más sencillo era, sin duda,

el preguntárselo; pero ciertas personas no han encontrado en eso

una garantía suficiente, y sólo han querido ver en todas las

manifestaciones una obra diabólica. Según ellas, tan sólo los

demonios o el diablo pueden comunicarse. Aunque este sistema

encuentra poco eco hoy, no ha dejado de gozar de algún crédito

por algunos momentos por el carácter de aquellos que han tratado

de hacerle prevalecer. Sin embargo, haremos observar que los

partidarios del sistema demoníaco, no deben estar colocados entre

los adversarios del Espiritismo, antes al contrario. Que los seres

que se comunican sean demonios o ángeles, siempre son seres

incorpóreos; luego, admitir la manifestación de los demonios,

siempre es admitir la posibilidad de comunicarse con el mundo

invisible, o al menos con una parte de este mundo.

La creencia en la comunicación exclusiva de los demonios,

por irracional que sea, podía no parecer imposible cuando se

miraba a los Espíritus como seres creados fuera de la Humanidad;

pero desde que se sabe que los Espíritus no son otra cosa que las

almas de aquellos que han vivido, ha perdido todo su prestigio, y

se puede decir toda verosimilitud; porque se seguiría que todas

estas almas son demonios, aunque fuesen de un padre, de un hijo

o de un amigo, y que nosotros mismos muriendo, venimos a ser

demonios, doctrina poco lisonjera y poco consoladora para muchas

gentes. Será muy difícil persuadir a una madre de que el niño

querido que ha perdido, y que viene a darle, después de su muerte,

pruebas de su afecto y de su identidad, sea un dependiente de

Satanás. Es verdad que entre los Espíritus, los hay muy malos, y

que no valen más que aquellos que se llaman

demonios, por una

razón muy sencilla: porque hay hombres muy malos, y que la

muerte no les hace inmediatamente mejores, la cuestión está en

saber si éstos son los únicos que puedan comunicarse. A los que

lo crean así, les dirigimos las preguntas siguientes:

1짧 ¿Hay buenos y malos Espíritus?

2짧 ¿Dios es más poderoso que los malos Espíritus, o que los

demonios, si así los queréis llamar?

3짧 Afirmar que sólo los malos se comunican, es decir que

los buenos no lo pueden; si esto es así, una de dos: esto tiene lugar

por la voluntad, o contra la voluntad de Dios. Si es contra su

voluntad, es que los malos Espíritus son más poderosos que él; si

es por su voluntad, ¿por qué en su bondad, no lo permitiría a los

buenos para contrabalancear la influencia de los otros?

4짧 ¿Qué prueba podéis dar de la impotencia de los buenos

Espíritus en comunicarse?

5짧 Cuando se nos opone la sabiduría de ciertas

comunicaciones, respondéis que el demonio toma todas las

apariencias para seducir mejor. Sabemos en efecto, que hay

Espíritus hipócritas que dan a su lenguaje un falso barniz de

sabiduría; ¿pero admitís acaso que la ignorancia pueda falsificar

el verdadero saber, y una mala naturaleza remendar la verdadera

virtud, sin dejar penetrar nada que pudiese descubrir el fraude?

6짧 Si sólo el demonio se comunica, puesto que es enemigo

de Dios y de los hombres, ¿por qué recomienda orar a Dios,

someterse a su voluntad, sufrir sin murmurar las tribulaciones de

la vida, no ambicionar honores ni riquezas, practicar la caridad y

todas las máxima de Cristo; en una palabra, hacer todo lo que es

necesario para destruir su imperio? Si es el demonio quien da

tales consejos, es preciso convenir que siendo tan astuto es poco

diestro al suministrar armas contra sí mismo. (1)

7짧 Si los Espíritus se comunican, es porque Dios lo permite;

viendo buenas y malas comunicaciones, ¿no es más lógico pensar

que Dios permite unas para probarnos y otras para aconsejarnos

el bien?

8짧 ¿Qué pensarías de un padre que dejase a su hijo a merced

de los ejemplos y consejos perniciosos, que apartase de él, y le

prohibiese ver personas que pudiesen desviarle del mal? Lo que

un buen padre no haría, ¿debe creerse que Dios, que es la bondad

por excelencia, haga menos de lo que haría un hombre?

9짧 La Iglesia reconoce como auténticas ciertas

manifestaciones de la virgen y otros santos, en apariciones,

visiones, comunicaciones orales, etc.; ¿acaso esta creencia no es

(1) Esta cuestión ha sido tratada en

El libro de los Espíritus (número 128 y

siguientes); pero recomendamos a este objeto, como sobre todo lo que toca a la parte religiosa,

la obrita titulada: “

Carta de un católico sobre el Espiritismo”, por el doctor Grand, antiguo

cónsul de Francia (casa Ledoyen, In-18; precio. Ifr.), así como la que nosotros vamos a

publicar bajo el título de: “Los contradictores del Espiritismo, al punto de vista de la religión,

de la ciencia y del materialismo”.

contraria a la doctrina de la comunicación exclusiva de los

demonios?

Creemos que ciertas personas han profesado esta teoría de

buena fe; pero también creemos que muchas lo han hecho

únicamente con el objeto de que no se ocupasen de estas cosas, a

causa de las malas comunicaciones que se exponen a recibir;

diciendo que sólo el diablo se manifiesta, han querido asustar,

como se le dice a un niño: no toques esto, porque quema. La

intención puede ser laudable, pero el fin es erróneo; porque la

sola prohibición excita la curiosidad, y el miedo al diablo retiene

a muy pocas gentes: se le quiere ver, aunque solo sea para saber

cómo está hecho, y se quedan admirados de no encontrarlo tan

negro como se creían.

¿No se podría ver también otro motivo en esta teoría

exclusiva del diablo? Creen algunas gentes que todos los que no

son de su opinión van mal; así pues, aquellos que pretenden que

todas las comunicaciones son obra del demonio, ¿acaso no estarían

dominados por el miedo de que los Espíritus no fuesen de su mismo

parecer sobre todos los puntos, principalmente sobre los que tocan

a los intereses de este mundo, más que a los del otro? No pudiendo

negar los hechos, han querido presentarlos de una manera

pavorosa; pero este medio no ha contenido más que los otros.

Cuando el miedo al ridículo es impotente, es preciso resignarse

que las cosas sigan su curso.

El musulmán que oyera a un Espíritu hablar contra ciertas

leyes del Corán, pensaría seguramente que éste era un mal Espíritu;

lo mismo sería de un judío por lo que mira a ciertas prácticas de la

ley de Moisés. En cuanto a los católicos, hemos oído afirmar a

uno que el Espíritu que se comunicaba solo podía ser el

diablo,

porque se había permitido pensar de otro modo que él sobre el

poder temporal, aunque por otra parte sólo hubiese predicado la

caridad, la tolerancia, el amor al prójimo, y la abnegación de las

cosas de este mundo, máximas todas enseñadas por el Cristo.

Los Espíritus, no siendo otros que las almas de los hombres,

y los hombres no siendo perfectos, resulta de esto que hay Espíritus

igualmente imperfectos, y cuyo carácter se refleja en sus

comunicaciones. Es un hecho incontestable que los hay malos,

astutos, profundamente hipócritas, y contra los cuales es preciso

ponerse en guardia; pero, porque haya en el mundo hombres

perversos, no es una razón para huir de la sociedad. Dios nos ha

dado la razón y el juicio para apreciar a los Espíritus, así como a

los hombres. El mejor medio de precaverse contra los

inconvenientes que puede presentar la práctica del Espiritismo,

no es el prohibirle, sino el hacerle comprender. Un miedo

imaginario sólo impresiona un instante y no afecta a todo el mundo;

la realidad claramente demostrada se comprende por todos.

47.

Sistema optimista. Al lado de aquellos que no ven en

estos fenómenos sino la acción de los demonios hay otros que

sólo han visto la de los buenos Espíritus; éstos han querido suponer

que estando el alma separada de la materia, ningún velo existía

para ella, y que debía tener la soberana ciencia y la soberana

sabiduría. Su ciega confianza en esta superioridad absoluta de los

seres del mundo invisible, ha sido para muchos el origen de

bastantes decepciones y han aprendido a sus costas a desconfiar

de ciertos Espíritus así como de ciertos hombres.



Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados